El cine argentino se quedó con las manos vacías en la 36º edición de la gala de entrega de los Premios Goya, organizados por la Academia de Cine de España, y celebrados en la noche del sábado en el Palau de les Arts de Valencia. El más reciente film de Paula Hernández, Las siamesas, no pudo con el documental La cordillera de los sueños, del prestigioso realizador chileno Patricio Guzmán, que obtuvo el Goya a la Mejor Película Iberoamericana. De esta manera, el cine argentino no pudo alzar la décimo novena estatuilla del gran pintor español Francisco Goya. Sin embargo, la performance de las películas nacionales en esa categoría habla por sí misma: de 36 ediciones, obtuvieron el Goya 18 veces. Las estadísticas indicarían un Goya cada dos ediciones en toda la historia de los “Oscar españoles”.
El nuevo documental de Guzmán –estrenado en la Argentina- denuncia la amnesia colectiva de su país sobre la dictadura de Augusto Pinochet a través de una oda al milagro geográfico de los Andes. Guzmán dejó Chile hace más de cuarenta años cuando la dictadura militar derrocó al presidente Salvador Allende, pero no dejó de pensar en un país, una cultura, un espacio geográfico que nunca olvidó. Después de filmar "el norte" en Nostalgia de la luz y "el sur" en El botón de nácar, Guzmán filmó en La cordillera de los sueños lo que él llama "la inmensa columna vertebral que revela la historia pasada y reciente de Chile". El cineasta trasandino no estuvo en Valencia para recibir el Goya y en el escenario lo agradeció una de las productoras.
En cuanto a las películas españolas, El buen patrón, de Fernando León de Aranoa, tenía el récord de veinte nominaciones y sólo obtuvo seis. Pero entre ellos cosechó el Goya a la Mejor Película (el premio principal), Mejor Director, Mejor Guion Original y Mejor Actor Protagónico para Javier Bardem. En tanto, la Mejor Actriz fue Blanca Portillo por su labor en Maixabel, de Icíar Bollaín, film que llegaba con catorce nominaciones.
Uno de los momentos más vibrantes de la noche se produjo cuando Joaquín Sabina interpretó “Tan joven y tan viejo”. Fue la primera actuación del andaluz en una gala de Premios Goya, y coincidió con su 73º cumpleaños. Fue un esperado regreso ya que había estado ausente de los escenarios desde la caída que sufrió en febrero de 2020 en pleno recital. El Goya internacional fue entregado por Penélope Cruz y Pedro Almodóvar –el director y la actriz españoles con mayor proyección internacional- a la actriz australiana Cate Blanchett. La artista valoró la actitud del sector audiovisual para seguir trabajando y animando al público de todo el mundo durante la pandemia y abogó porq ue sigan abiertas las salas de cine. También se vivió otro emotivo momento cuando el gran actor español José Sacristán recibió el Goya de Honor. Rostro y voz imprescindible de la historia y del presente del cine español, Sacristán participó en 125 películas.