River, con el primer puesto del grupo 3 de la Copa Libertadores asegurado, no pudo anoche con su formación alternativa frente a Independiente Medellín de Colombia (DIM) que terminó venciéndolo por 2-1 en el estadio Monumental, donde en la previa al partido el club millonario festejó sus 116 años de vida. La caída le impidió a River cumplir el objetivo que se había trazado para el partido, y que hubiera podido asegurar con el empate: quedar como mejor equipo en la fase de grupos, lo que le hubiera significado definir todas las series que juegue en condición de local.
Apenas comenzó el partido, la suerte parecía estar del lado del equipo de Marcelo Gallardo. Es que tras una jugada de tiro de esquina ejecutada por Andrade, el defensor Valencia tomó del brazo a Auzqui dentro del área y el árbitro no dudó en cobrar la falta. Alario ejecutó la pena con un remate malo, al medio del arco donde el arquero David González alcanzó a tapar con sus piernas, ya arrojado hacia su derecha. El delantero intentó controlar la pelota con el pecho en rebote para el ingreso de Auzqui, quien anotaba el 1-0, pero la jugada se echó atrás porque el árbitro brasileño Raphael Claus interpretó que el goleador había desviado la pelota con la mano.
Lo curioso fue que después de esa jugada, el ímpetu de River se fue desinflando y eso le permitió al conjunto colombiano afirmarse en la cancha. La confianza de la visita tuvo premio en el arranque de la segunda parte, cuando tras una buena jugada de Valencia y Viola, John Hernández remató dentro del área para abrir la cuenta. Enseguida, el DIM tuvo una chance para ampliar, pero Velazco respondió bien, como no pudo hacerlo unos minutos más tarde ante el violento remate de Mosquera que se le clavó en el ángulo.
El equipo alternativo de River había perdido la brújula. Para colmo, Velazco evitó el tercero del DIM, conteniendo un buen cabezazo de Viola. La más clara de River en la etapa había sido un remate de Auzqui, que pasó cerca. Por eso, Gallardo comenzó a mover las piezas y mandó a la cancha a Driussi y a Rojas (por Alario y Mayada; antes había ingresado Martínez por Fernández).
Los hinchas de River, que acudieron en gran número al estadio, no se resignaban y a fuerza de aliento trataban de empujar al equipo hacía el descuento. Pero River no tenía claridad en su juego como para romper el cerco defensivo del conjunto colombiano, que se volvía peligroso en las jugadas de contraataque.
El esfuerzo de River tuvo sus frutos cuando, tras una buena jugada de River que terminaba con un buen remate de Driussi, que el arquero González logró tapar, apareció el ecuatoriano Mina para tomar el rebote y poner de cabeza el 2-1. Hubo un par de situaciones más como para acercarse a la igualdad pero faltó claridad en la definición y no alcanzó para terminar la noche con la misma euforia que con la que había iniciado, con los festejos por sus 116 años de vida y el show que incluyó música y el recuerdo de las glorias del club y sus hazañas deportivas.