Desde Roma

A causa de la pandemia de covid-19 y las restricciones impuestas por cada país, el número de migrantes internacionales ha disminuido en el mundo, pero en cambio han aumentado dramáticamente las migraciones dentro de los propios países, de gente que escapa de guerras, conflictos y desastres naturales, según el Informe 2022 de la Organización Internacional para las Migraciones (OIM). A esto se agrega como detalle novedoso, que entre los migrantes que llegaron en 2021a Italia, hubo 10.000 menores extranjeros no acompañados, más del doble de los que habían llegado en 2020, según el departamento de la Seguridad Pública de Italia. Lo que puede casi interpretarse como que la desesperación de las familias empuja a los adolescentes a partir solos para salvarse.

"Somos testigos de una paradoja nunca vista en la historia de la humanidad”, declaró el Director General de la OIM Antonio Vitorino. “Mientras billones de personas se han visto efectivamente paralizadas por la pandemia de covid-19, otros millones han tenido que desplazarse dentro del territorio de sus propios países”. El desplazamiento interno de la gente en el propio país aumentó hasta llegar a los 40,5 millones en comparación con los 31,5 millones registrados en 2019, según el informe OIM.

​ Contra lo que piensan algunos políticos y mandatarios antiinmigrantes repartidos por el mundo, que temen ser “invadidos” por los extranjero, sólo una pequeña parte de la población mundial (el 3,6%) está integrada por migrantes internacionales, según OIM.

​ Aunque los porcentajes varían según los países, los cinco primeros países por el número de migrantes en relación a su población actualmente son los Emiratos Arabes Unidos (88%), Kuwait (72,8%), Oman (46,5%) Arabia Saudita (38,6%), Australia (30,1%). En Europa está a la cabeza Suecia (19,8%), seguida por Alemania (18,8%) e Irlanda (17,6%). España, Reino Unido, Francia e Italia tienen entre el 15 y el 11%.

​ En las Américas, el país con más población de migrantes recientes es Canadá (21,3%) y Estados Unidos (15,3%). Mientras en América Latina, el primer país es Chile con el 8,6% seguido de Argentina con el 5% y Perú con el 3,7%. Según los datos de IOM, Brasil y México tienen menos del 1%.

Muchas personas emigran a los países vecinos a la propia residencia. Pero muchos viajan a lugares lejanos. Más del 40% de los migrantes del mundo actualmente son de origen asiático, principalmente provenientes de India, China, Bangladesh, Pakistan, Filipinas y Afganistán.

Italia y los migrantes

En el caso de Italia en particular, según el último informe bianual sobre migraciones 2022 publicado por la Fundación ISMU (Iniciativas y Estudios sobre la Multietnicidad), en 2021 el número de migrantes que llegaron a Italia (buena parte de ellos a través del Mediterráneo pero también por tierra) disminuyó en un 2,8%. Ismu estima que en enero del 2021 los extranjeros radicados en Italia eran 5,7 millones, 167.000 menos que en 2020.

Paralelamente, en los que ya estaban viviendo en la península aumentó la tasa de mortalidad en un 23,3% en comparación con el bienio 2018-2019, a causa en parte por la pandemia y las consecuencias desastrosas que trajo para esta gente que ya vivía en condiciones inhumanas antes de la llegada del virus. La pobreza aumentó en estos dos años de pandemia, tanto para italianos como para extranjeros, pero lo extranjeros pagaron el precio más alto. Según cifras del informe ISMU, la pobreza alcanzó al 29,3% de los extranjeros contra el 7,5% de los italianos, sobre todo porque los migrantes fueron los más afectados por la desocupación, en especial las mujeres. De los cerca de 456.000 puestos de trabajo perdidos entre 2019 y 2020, casi un cuarto eran de mujeres extranjeras.

En cuanto a los 10.000 menores no acompañados que desembarcaron en 2021 en las costas italianas, se trata en buena parte de chicos menores de 15 años, cuando antes llegaban jóvenes que tenían entre 15 y 18 años. Buena parte de ellos provienen de Nigeria, el más poblado país africano que vive en permanente conflicto y donde la pobreza ha hecho estragos. Italia, España y Grecia son los principales países a donde llegan migrantes menores de edad.

Las barcazas con migrantes, que disminuyeron un poco en los últimos meses, siguen llegando a las costas italianas. Y se esperan muchas más a medida que se acerca el verano. Pero Europa, sabiendo que en la postpandemia el número de migrantes aumentará, aún no ha tomado nuevas medidas que permitan afrontar mejor esta situación ofreciendo, por ejemplo, una mayor hospitalidad.

La población de migrantes ha sufrido más que la población italiana por covid y sus consecuencias. No sólo por las condiciones infrahumanas en las que viven muchos de ellos, sino que por el hecho de no estar legalmente inscriptos en el servicio sanitario nacional, no tenían acceso a los médicos del sistema ni a una protección sanitaria general. Todo eso los hizo más vulnerables al virus. Algunos estudios recientes relevaron que los casos de covid en la población de inmigrantes fueron diagnosticados con al menos dos semanas de retraso, es decir que fueron diagnosticados cuando la enfermedad estaba muy avanzada. 

Esta tardanza, según el Instituto Superior de Sanidad de Italia, fue determinada en parte por las dificultades que tienen los migrantes para acceder a los médicos, pero también a las barreras idiomáticas, administrativas, culturales, legales y sociales. Y hay que mencionar asimismo el hecho de que los pobres inmigrantes temían que si decían que estaban enfermos podían ser sometidos a cuarentena y perder el escaso trabajo que tenían para mantenerse, algo que muchos italianos también temieron y por eso no comunicaban que estaban enfermos ni iban al médico.