“¡Qué hermosa es esta fiesta popular argentina!”, dijo Fito Páez, tras subirse en el atardecer del domingo en el Escenario Sur, en la segunda fecha del Cosquín Rock. El músico rosarino regresó al festival luego de nueve años. Además, lo hizo en su mejor estado no sólo musical sino anímico. Al punto de que recibió del público una remera con las caras estampadas de Charly y Spinetta, y no dudó en ponérsela. Iluminado por sus mentores, el cantautor arrancó su performance con “Vamos a lograrlo”, incluido en su más reciente álbum, Los años salvajes (2021), al igual que “Lo mejor de nuestras vidas”. Salvo por estas canciones, el repertorio respetó el gusto popular al repasar sus hits.

“El chico de la tapa”, “11 y 6”, “Al lado del camino”, “Circo beat”, “Ciudad de pobres corazones” y “Dale alegría de mi corazón” fueron parte de su show, donde lo acompañó la banda que lo viene apoyando en los últimos tiempos. Sin duda se trató de una de las actuaciones más memorables de los 20 años del festival, al igual que la vuelta de Divididos al evento. A manera de guiño del debut de La Mona Jiménez en la cita cordobesa del rock, el trío largó con “Sobrio a las piñas”, que incluye un pasaje de “¿Quién se tomó todo el vino?”, del “James Brown del cuarteto”. Luego de eso la “Aplanadora del Rock” se explayó por un cancionero que abarcó desde “Huelga de amores” hasta “Paraguay”, pasando por “Salgan al sol”.

A diferencia del sábado, cuando hubo un escenario dedicado al heavy metal, el Cosquín Rock 2022 tuvo el domingo, en el mismo lugar, una programación orientada a la música urbana. Lo que le vino muy bien luego del buen eco que causaron en la primera jornada las participaciones de Wos y Trueno. La cosa arrancó bien temprano con The Colorated, Six Sex y Odd Mami, pero remontó con Lara 91K, Taichu y Saramalacara. Al cierre de esta edición, el trapero Dillom, figura no sólo del colectivo Rip Gang sino de esa escena, esperaba por su turno. Eso sucederá bien cerca de donde Las Pelotas debían llevar adelante, este domingo a la noche, la segunda de sus dos fechas, en un escenario preparado especialmente para ellos en esta oportunidad: una hermosa carpa de circo.

Al tiempo que España tenía representación a través de su banda más convocante, los catalanes Love of Lesbian, que pasaron de remarla a ganarse a la audiencia en el Escenario Sur, Javier Malosetti ofreció un show fabuloso en La Casita del Blues. Juan Ingaramo volvía a presentarse ante su público, el indie soulero de Isla de Caras destacaba en el Escenario Boomerang y Sara Hebe se advenía como el show más importante en el Escenario Paraguay. La Kermesse Redonda pedía cancha en el Escenario Norte, y Bandalos Chinos hacía lo mismo en el Escenario Sur. Aunque la atención del público cordobés, y de la jornada en general, se concentraba en La Mona Jiménez, quien ya había deslizado que tendría algunos invitados sorpresas.