En medio de las protestas de camioneros antivacunas que bloquean las autopistas de Canadá en rechazo a las restricciones impuestas en el país para combatir el coronavirus, el primer ministro de Ontario, Doug Ford, anunció este lunes que esa provincia abandonará el pasaporte de vacunación.

Según el funcionario, la decisión no se debe a la manifestación de camioneros que desde hace semanas bloquea el puente Ambassador, un paso fronterizo clave entre Estados Unidos y Canadá por donde transitan todos los días más de 40.000 viajeros y camiones con mercancía valorada en 323 millones de dólares, sino a la situación sanitaria.

Se elimina el pasaporte porque "es seguro hacerlo", explicó Ford, ya que la gran mayoría de las personas están vacunadas y, además, ya pasó el pico de casos provocado por la variante Ómicron.

En ese marco, Ford afirmó estar "listo" para acelerar el "plan de reapertura" a partir del 17 de febrero: ese jueves, la provincia levantará el aforo de 50% que rige en los restaurantes mientras que a partir del 1 de marzo se eliminará el requisito que obliga a las personas a mostrar un comprobante de vacunación para ingresar a restaurantes, gimnasios y eventos deportivos.

El primer ministro de Ontario no especificó, en cambio, un cronograma para eliminar el uso de tapabocas en lugares públicos.

Protestas en Canadá

Las protestas en Canadá de un grupo de camioneros autodenominados "Convoy de la libertad", que se oponen a la obligación de vacunarse para atravesar la frontera terrestre con Estados Unidos, entre otras restricciones contra el coronavirus, mantuvieron en vilo a las autoridades en las últimas dos semanas.

Este lunes, al anunciar la eliminación del pasaporte, Ford pidió que lo dejen "ser muy claro: nos estamos moviendo en esta dirección porque es seguro hacerlo. El anuncio de hoy no se debe a lo que está sucediendo en Ottawa o Windsor, sino a pesar de ello”.

Sin embargo, agregó sobre la protesta: “Necesitamos ley y orden. Nuestro país está en riesgo ahora. No solo no está sucediendo aquí en Ottawa, sino que está sucediendo en Alberta y Columbia Británica. No aceptaremos eso”.

El cruce fronterizo más concurrido entre Estados Unidos y Canadá volvió a abrir recién este lunes, después de que la policía retirara a los últimos manifestantes que habían bloqueado el puente Ambassador. El bloqueo de ese puente que une a la ciudad de Windsor, en Ontario, con la estadounidense Detroit, por donde pasa aproximadamente el 25% del comercio entre ambos países, fue de tal magnitud que obligó a los fabricantes de automóviles de los dos lados de la frontera a detener o reducir la producción.

La situación llevó a que las autoridades de Ontario declararan el viernes el estado de emergencia, y a la corte suprema provincial a ordenar a los camioneros poner fin al bloqueo.

Los residentes de la ciudad, en medio del conflicto, hicieron sentir su descontento por la incapacidad de las autoridades para recuperar las calles. Hasta ahora, el primer ministro rechazó los llamados a utilizar el Ejército, aunque aclaró que "todas las opciones están sobre la mesa" para poner fin a las protestas, incluida la invocación de la Ley de Emergencias, que otorga al gobierno amplios poderes para sofocar los disturbios.

Según informaron medios locales, se espera que el primer ministro canadiense, Justin Trudeau, recurra a esa ley para poner fin a la situación. Esa norma puede invocarse en caso de una "crisis nacional" y otorga al Gobierno federal mayores poderes. Trudeau debía discutir el asunto esta jornada con todos los gobiernos provinciales.

Réplicas en otros países del mundo

Los camioneros de Canadá encontraron apoyo entre los conservadores y entre quienes se oponen a los mandatos de vacunación contra el coronavirus en todo el mundo, aun cuando las medidas anticovid se están levantando en muchos lugares.

De hecho, en Francia, Países Bajos, israel, Australia y Nueva Zelanda se replican manifestaciones similares, con "caravanas de la libertad" que movilizan con el objetivo de bloquear las principales ciudades. 

Este sábado, la policía de París reprimió con gases lacrimógenos a los manifestantes y emitió cientos de multas en un esfuerzo por desmantelar las protestas. 

En Bruselas, el alcalde Philippe Close informó este lunes que la policía bloqueó el acceso a esa ciudad de vehículos que se preparaban para converger en una de caravana de este tipo.