El traspaso de la competencia en materia de transporte público de pasajeros de la órbita del Gobierno nacional a la Ciudad Autónoma de Buenos Aires se convirtió en una de las peores noticias que el jefe de gobierno porteño, Horacio Rodríguez Larreta no logra desactivar. No solo no consigue la solidaridad de sus aliados del PRO sino que el gobernador de Jujuy y presidente de la UCR, Gerardo Morales, insiste en que es muy injusto" que el Área Metropolitana Buenos Aires (AMBA) "reciba subsidios que no se reciben en el interior" del país, llamó a replantear "la cuestión federal" y admitió que hay "diferencias" sobre el tema en el seno de Juntos por el Cambio.
Larreta intentó la semana pasada incluir este tema en la reunión de la mesa nacional de Juntos por el Cambio pero no tuvo suerte. El propio Morales planteó la inconveniencia de tener una posición unificada en este tema, el de los subsidios que recibe CABA para el servicio de transporte público, porque es "injusto" con lo que ocurre en el resto de las provincias. Por caso, Morales destacó ayer que en su provincia el costo del boleto mínimo de colectivos es de 50 pesos cuando en CABA llega a 18 pesos: "Quisieron plantearlo en la mesa de Juntos por el Cambio. Les pedí que no metan ese tema porque tenemos diferencias. Yo vengo del interior profundo del país en donde tenemos que pagar el millón de BTU a 11 dólares por el gas que le importamos a Bolivia, mientras que el centro y el sur del país paga 3,5 dólares", dijo.
Es más, el gobernador de Jujuy aseguró que "es mucho mas fácil gobernar la ciudad de Buenos Aires. Hay que ordenar un tema que son los conflictos, los cortes en las calles, la violencia, que son materias pendientes, no solo para CABA sino también para el AMBA. No sé si decir esta verdad de la injusticia en el precio del transporte me reporta más o menos votos, pero la verdad es la verdad", afirmó.
Mientras tanto, los funcionarios de Larreta trabajan para definir la postura que llevarán al encuentro del próximo jueves con autoridades nacionales. No tienen argumentos y menos respaldos para resistir. Un signo de esa preocupación es lo que dijo el jefe de Gabinete de la Ciudad, Felipe Miguel, quien consideró como una “buena señal” el hecho de que el presidente Alberto Fernández asegurara que se cumplirán los pasos “que exige la Constitución” para el eventual traspaso. En rigor está diciendo que aspiran a ganar todo el tiempo posible.
Miguel consideró que este posible traspaso del manejo de las líneas de colectivos -hoy en jurisdicción nacional- “debe hacerse de acuerdo a las normas, que haya leyes que validen ese acuerdo y que se haga con las partidas presupuestarias correspondientes”.
A lo que Larreta se resiste es a tener que hacerse cargo de pagar o no del subsidio, con el costo político correspondiente, a las líneas de colectivo que tienen su recorrido exclusivamente en CABA. Miguel indicó que la Nación destina al AMBA (Área Metropolitana de Buenos Aires) unos 230 mil millones de pesos en subsidios al transporte, y aclaró que de este total sólo 9 mil millones tienen que ver con la Ciudad.
Los argumentos políticos para resistirse corrieron por cuenta del ministro de Gobierno porteño, Jorge Macri, que recurrió a la remanida afirmación de que se está frente a “un nuevo avance contra el Gobierno porteño”, y afirmó que “hay una clara intencionalidad política de plantear una discriminación y una persecución contra la Ciudad, como ya sucedió con el recorte de la coparticipación”.