El expresidente brasileño Luiz Inácio Lula da Silva reforzó esta semana, de cara a las elecciones de octubre, la posibilidad de llevar como candidato a vicepresidente a su exrival, el exgobernador de San Pablo Geraldo Alckmin.
Lula, favorito en las encuestas frente al debilitado Jair Bolsonaro, dejó la puerta abierta a posibles alianzas con los partidos que votaron a favor de la destitución de Dilma Rousseff en 2016, estrategia que apunta a construir una mayoría parlamentaria que le garantice la gobernabilidad en un eventual tercer mandato presidencial.
"Si Alckmin como vice me ayuda a gobernar, no veo ningún problema. Las divergencias serán puestas de lado porque el desafío más que ganar es reparar al Brasil", afirmó en una entrevista con Radio B en la que fue consultado sobre Alckmin, político conservador que facilitó desde la gobernación de San Pablo las manifestaciones a favor de la destitución de Rousseff.
Alckmin, exgobernador paulista a quien enfrentó en las presidenciales de 2006 y que abandonó en diciembre el Partido de la Social Democracia Brasileña (PSDB), aún debe afiliarse a un partido para sellar la alianza con Lula, quien todavía no se postuló oficialmente como candidato a presidente.
Con esta alianza, el PT apunta a tener el camino allanado para por primera vez poder ganar la gobernación del estado más poderoso y poblado del país, San Pablo, con 46 millones de habitantes, cargo para el cual busca que el candidato sea Fernando Haddad, exaspirante presidencial en 2018.
El mes pasado, como primer guiño a esta alianza, Lula saludó al Movimiento de los Trabajadores Sin Tierra (MST) en la celebración de su 38° aniversario. El mensaje fue enviado pocos días después de que el coordinador del MST, Joao Paulo Rodrigues, manifestara su respeto hacia el conservador Alckmin.
Una alianza amplia
El expresidente se encuentra negociando con el Partido Socialista Brasileño (PSB) y el Partido Social Demócrata (PSD) una federación partidaria por cuatro años para dar sustento a su eventual gobierno, debido a que es favorito en las encuestas a vencer en las elecciones generales del 2 de octubre ante el presidente Jair Bolsonaro.
Una de las intenciones que lo motivan a aspirar a la presidencia, confirmó el fundador del Partido de los Trabajadores , es "reparar lo que fue destruido tras el golpe" que destituyó a Rousseff y por el cual fueron aplicadas políticas de apertura económica y reformas económicas por parte de los los gobiernos de Michel Temer y Bolsonaro.
Consultado sobre si está dispuesto a hacer alianzas con quienes en 2016 votaron por la destitución de su exdelfín político, reconoció: "Si no converso con quien votó por el impeachment de Dilma no converso con nadie, porque lo ha votado el 90% de la clase política. El Congreso no es el que yo quiero, es el que eligió la sociedad y cada parlamentario representa a un sector de la sociedad".
E insistió: "Si tengo que conversar con el que votó por el impeachment de Dilma, conversaré. Yo tengo que pensar el país del futuro, no en el país de 2014, de 2015, de 2016. Deberá ser construido un país con nuevas actitudes".
Otra de las prioridades de su eventual gobierno será la recuperación del atraso educativo y social de los niños más pobres debido a la pandemia y a las políticas del Gobierno de Bolsonaro. "Vamos a tener un trabajo inmenso para recuperar el atraso de los niños más pobres, que no tuvieron los medios de seguir las clases en forma remota, vamos a tener que ocuparnos de la salud porque tenemos un presidente irresponsable que hace de la mentira cotidiana, a toda hora, su razón de ser", señaló el exmetalúrgico.
Sergio Moro, un "muñeco de barro"
En la entrevista, Lula también hizo referencia al exjuez Sérgio Moro, candidato presidencial por el partido derechista Podemos, quien en 2018 lo envió a prisión en la Operación Lava Jato y lo proscribió de las elecciones de aquel año, que ganó Bolsonaro.
"Es un muñeco de barro que se está desmoronando. Yo por ahora no lo considero ni candidato, que se exponga más, que quede desnudo, porque sin el cargo de juez no vale nada", afirmó Lula sobre Moro, quien en 2018 se sumó al bolsonarismo como ministro de Justicia y luego rompió con el actual presidente.