Líderes y dirigentes de distintas potencias occidentales coincidieron en destacar las señales positivas de la retirada parcial de tropas rusas desplegadas cerca de la frontera con Ucrania. El presidente de Estados Unidos, Joe Biden, aseguró que "hay que darle todas las oportunidades a la diplomacia", aunque no abandonó su postura ofensiva al denunciar que Rusia mantiene una postura militar "amenazante" contra Ucrania y que todavía es "claramente posible" que invada el país.
El ministerio ruso de Defensa anunció, poco antes de un encuentro en Moscú entre el canciller alemán Olaf Scholz y el presidente Vladimir Putin, que una parte de los 100 mil soldados desplegados volvía a sus cuarteles, e incluso difundió varias imágenes con tanques cargados en un tren. El mandatario ruso confirmó esta "retirada parcial", pero ni el Kremlin ni el ejército detallaron la envergadura del repliegue. Mientras tanto Rusia sigue realizando maniobras militares en Bielorrusia, vecino de Ucrania, que durarán hasta el 20 de febrero.
"El hecho de que sepamos ahora que algunas tropas están siendo retiradas es una buena señal. Esperamos que sigan otras", declaró Scholz en una rueda de prensa junto a Putin. Poco antes el secretario general de la OTAN, Jens Stoltenberg, había manifestado su "optimismo prudente", aunque dijo que esperaba una "señal de desescalada".
"Las palabras están bien, pero esperamos acciones", dijo por su parte el jefe de la diplomacia francesa, Jean-Yves Le Drian. El secretario de Estado británico para las Fuerzas Armadas, James Heappey, dijo por su parte en una entrevista con el canal Channel 4 que su gobierno permanece "alerta" sobre las acciones de Rusia.
"Algunos comentarios que se hicieron esta mañana nos permiten tener un optimismo precavido. Pero hasta que esas palabras estén conectadas con movimientos de tropas, la gente como yo necesita continuar estando muy alerta" y "comunicar lo que estamos viendo y el peligro que representa", afirmó Heappey. La retirada de algunas tropas fue bien recibida en Ucrania, cuyo ministro de Relaciones Exteriores, Dmytro Kuleba, dijo que su país, junto a sus aliados occidentales, había "logrado impedir una nueva escalada rusa".
Putin se muestra abierto a negociar
Desde Moscú, Putin aseguró que "por supuesto" no quiere una guerra, pero reiteró que la expansión de la OTAN y la aspiración de Ucrania de formar parte de la alianza eran una amenaza para Rusia. "¿Cómo va a actuar Rusia? Según el plan. ¿Y de qué se compone ese? De la situación real en el terreno", dijo el mandatario para agregar: "¿Quién puede decir cómo se desarrollará la situación? Nadie, por ahora. Eso depende no solo de nosotros".
El anuncio sobre el regreso a las bases de parte de los militares desplegados cerca de la frontera ucraniana coincidió con la visita a Moscú de Scholz. Tanto Putin como Scholz coincidieron en que los Acuerdos de Minsk para el Donbass son sumamente importantes para una desescalada en Ucrania. "Todos tienen que seguirlos. Me refiero al gobierno ucraniano y también a Rusia, Alemania y Francia que participan en el proceso político" para el arreglo del conflicto, explicó el canciller alemán.
"Estamos dispuestos a seguir el camino de la negociación", respondió Putin, aunque criticó el rechazo a sus principales exigencias, a las que no recibió "lamentablemente una respuesta constructiva". Estas reivindicaciones son el fin de la política expansionista de la OTAN, el compromiso de no desplegar armas ofensivas cerca de las fronteras rusas y la retirada de infraestructuras de la alianza atlántica en las fronteras de 1997, antes de que la organización no recibiera a exmiembros del bloque soviético. Los occidentales calificaron las demandas rusas de inaceptables, pero han propuesto un diálogo en otras cuestiones como la limitación de armamento.
La situación en Ucrania
En las calles de Kiev había este martes un optimismo relativo. "No hay pánico en la sociedad", explicó Artem Zalouzny, un abogado de 22 años, en el centro de la capital. Pero "creer totalmente en una desescalada no sería ni astuto, ni serio", agregó.
Decenas de países le han pedido a sus ciudadanos que abandonen Ucrania, haciendo oídos sordos a los llamados del presidente Zelenski, que pidió no dejarse llevar por el pánico. El vocero del Kremlin, Dmitri Peskov, denunció una campaña occidental "absolutamente sin precedentes orientada a provocar tensiones" y que la "histeria no tiene ninguna base".
Algunos medios de prensa evocaron que la supuesta invasión rusa de Ucrania podría comenzar el miércoles. Una vez más, Zelenski zanjó las especulaciones con una dosis de sarcasmo. "Nos dicen que el 16 de febrero será el día del ataque. Lo convertiremos en un día de unidad", dijo pidiendo a los ucranianos que cuelguen la bandera nacional azul y amarilla ese día.
A riesgo de irritar al Kremlin, el presidente ucraniano reiteró que Kiev quiere ingresar a la OTAN para "garantizar su seguridad". Su posible adhesión aún no está en la agenda de la alianza ni hay un calendario previsto para tratar esta cuestión. Según el canciller ruso Serguei Lavrov, muchos europeos "respirarían aliviados" si Kiev renuncia a esta idea.
Diálogo cauto entre Francia y Estados Unidos
Los presidentes de Francia, Emmanuel Macron, y de Estados Unidos, Joe Biden, coincidieron este martes en que el anuncio del repliegue de algunas unidades rusas de la frontera con Ucrania es una señal alentadora, pero apuntaron que hay que ser prudentes. La conversación entre Macron y Biden, la cuarta que mantienen en torno a la crisis entre Rusia y Ucrania, sirvió para constatar su opinión de que hay que "tomar nota de esas medidas", "evaluar la calidad de ese anuncio" y "comprobar su alcance y significado", indicaron fuentes del Elíseo.
"Buscamos una salida a la crisis y para ello hay que comenzar en alguna parte. Un buen comienzo es la reducción del dispositivo militar. No extraemos más conclusiones. Hay que construir la salida de la crisis a medida que avanzan las cosas", indicaron las fuentes francesas. Aunque hay imágenes del repliegue, Rusia sigue efectuando "maniobras aéreas, navales y terrestres de amplitud", por lo que las operaciones rusas "no han terminado", puntualizaron.
En esa línea, Macron mantendrá este miércoles una conversación con el presidente chino, Xi Jinping, ya que su país es miembro permanente del Consejo de Seguridad de la ONU "y tiene una responsabilidad particular en el mantenimiento de la paz y la seguridad internacional".
"Abrumadora condena internacional"
Biden dijo este martes que un ataque ruso a Ucrania sigue siendo "una gran posibilidad", pero que "hay que darle todas las oportunidades a la diplomacia". Estados Unidos "aún no ha verificado" ninguna retirada de tropas rusas en la frontera con Ucrania y "los analistas indican que siguen estando en una posición muy amenazante", afirmó el presidente en un breve discurso desde la Casa Blanca, señalando que las tropas rusas se estiman ahora en "más de 150 mil".
Si Rusia ataca a Ucrania, las sanciones "están listas", advirtió Biden. "La rendición de cuentas importa. Si Rusia invade en los próximos días y semanas, el costo humano para Ucrania será inmenso. Si Rusia ataca a Ucrania, se encontrará con una abrumadora condena internacional. El mundo no olvidará que Rusia eligió la muerte y la destrucción innecesarias", dijo el presidente de Estados Unidos en declaraciones en la Casa Blanca.
El mandatario confió en que Rusia "elija la diplomacia", por "responsabilidad histórica" y por "la estabilidad global", pero advirtió que Estados Unidos y sus aliados "no dudarán en responder" si Moscú opta por una invasión, algo que el Kremlin asegura que no desea hacer.
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