El panorama de voluntades en el Frente de Todos de cara al acuerdo con el FMI es cada vez más incierto. Luego de la renuncia de Máximo Kirchner a la jefatura del bloque en Diputados, el titular de la bancada oficialista en el Senado, José Mayans, despertó las alarmas de Casa Rosada al exigir en público lo que antes venía exigiendo en privado: que había que conocer los detalles del entendimiento antes de prometer cualquier voto a favor. Al igual que en Diputados, son varios les legisladores del FdT de la Cámara Alta que ponen reparos al acuerdo y se calcula que, de 35 senadores oficialistas, hay al menos 14 que podrían no acompañar. "Tenemos que hablar, convencer y persuadir", repiten en el bloque, pero la realidad es que los votos todavía no están asegurados y que, mientras tanto, el Congreso se encuentra virtualmente paralizado. Para reactivar un poco la labor parlamentaria y, de paso, destrabar las relaciones con la oposición, Mayans se reunió ayer con los jefes de Juntos Por el Cambio para definir el armado de las comisiones.
Fue en el marco del silencio absoluto de Cristina Fernández de Kirchner que las declaraciones de José Mayans generaron tanto impacto. "Necesitamos el detalle del acuerdo con el FMI para saber en qué compromiso vamos a meter al país", sostuvo en declaraciones radiales, rompiendo así con la celosa reserva que predominaba en los pasillos del Senado con respecto al principio de entendimiento anunciado por Alberto Fernández y Martín Guzmán. Y es que mientras que el paso al costado de Máximo Kirchner había servido para visibilizar el descontento y desconfianza de todo un sector del FdT frente al modo que se había negociado el acuerdo, el silencio en el Senado había ocultado el incipiente debate interno que también se estaba dando entre los senadores y senadoras del oficialismo. En el bloque nadie quiere anticipar una matemática de la votación, pero se calcula que más de un tercio de les senadores del oficialismo podrían no acompañar el proyecto. "Hoy hay algunos que no sabes si se abstienen o votan en contra, incluso", deslizó un senador del FdT a este diario.
Por un lado, hay una mayoría "albertista" que anticipa --algunes en público, otres en privado-- que acompañarán el proyecto del presidente porque entienden que, más allá del costo que puede llegar a tener, "es el mejor acuerdo al que se podría haber llegado" con el Fondo. "Tengo confianza en el presidente y el ministro de Economía de que, de todo lo que se podía lograr en este escenario terrible, esto es lo mejor. Y porque de ahí al abismo hay un solo paso, que es el default. Entre el abismo y el acuerdo, yo me quedo con el acuerdo", explicó a Página/12 Edgardo Kueider, uno de los 20 senadores oficialistas que se muestran proclives a votar a favor del entendimiento. Kueider, incluso, fue elegido por el presidente para que empezara a tantear voluntades e intentara sumar adhesiones en la Cámara Alta.
En la vereda de enfrente, hay un grupo de senadores más cercanos a la vicepresidenta que, si bien han acordado en no hacer definiciones hasta conocer el detalle del acuerdo, no están conformes con el adelanto que hizo Guzmán. Es más, algunos consideran que el acuerdo esconde un ajuste que será brutal para las clases populares, así como se muestran indignados por las revisiones trimestrales que buscan garantizar el cumplimiento efectivo de las metas fiscales. Frente a estas posturas, la jefatura de bloque insiste en que "nadie le va a imponer nada a nadie" y que la decisión final se terminará tomando en una reunión de bloque en la que todes les senadores puedan exponer su postura. "Ojalá pueda haber unidad de criterio, pero lo importante es abrir el diálogo y ahí ver hasta donde le da el cuero a cada uno", destacaban cerca de Mayans.
Las comisiones
Mientras el FdT debate internamente como encarar el acuerdo con el FMI, el temario de sesiones extraordinarias reposa en el olvido. En el caso del Senado, la expectativa de poder sesionar durante el mes de febrero ya es historia: sólo habrá una sesión preparatoria el 24, en la que se nombrarán las autoridades de Cámara (que se mantendrán iguales: Mayans en la presidencia, Anabel Fernández Sagasti en la vicepresidencia). De todos modos, si bien el Congreso continuará virtualmente paralizado durante las próximas dos semanas, el FdT reactivó un poco la labor legislativa dando comienzo al debate con la oposición por las comisiones.
Luego de dos meses de tensión entre oficialismo y oposición por cómo habían quedado las cosas después del tratamiento de la modificación a la suba del piso de Bienes Personales, Mayans mantuvo ayer una reunión con los tres jefes de Juntos Por el Cambio en el Senado: Humberto Schiavoni (PRO), Luis Naidenoff (UCR) y Alfredo Cornejo (que se presentó como presidente del interbloque). Enojado con JxC por la forma que habían roto la "lealtad parlamentaria" al negarse a dar quórum durante el tratamiento de Bienes Personales --en la que el oficialismo tuvo una baja por Covid que, si no hubiera sido por la intervención de último minuto de la senadora riojana Clara Vega, se hubiera caído la sesión--, Mayans estaba empecinado en quedarse con la presidencia de todas las comisiones. "No se puede confiar, no tienen palabra", explicaban desde su entorno.
Finalmente, sin embargo, ambos sectores terminaron acordando que JxC mantendría las comisiones que tenía de antes (excepto la de Salud). ¿Qué fue lo que pasó? Cristina Fernández de Kirchner intervino. Una hora antes de que Mayans se reuniera con los jefes de la oposición, la presidenta del Senado se juntó con él y ordenó que se repartieran las presidencias de las comisiones "como corresponde" para evitar "chocar de entrada" con la oposición.
Respaldo de Aníbal
Frente al crudo debate interno que el acuerdo con el FMI está generando en la coalición gobernante, el ministro de Seguridad de la Nación, Aníbal Fernández salió a respaldar la gestión del Presidente frente al organismo y cuestionó a "los compañeros" que públicamente expresaron sus dudas sobre si acompañar o no el entendimiento en el Congreso. "Los que nos quieran correr por izquierda que digan lo que se les antoje, nunca en la vida estuvieron de acuerdo con eso y aparecen con grandes gestos salvadores, como la legitimidad de la deuda, que a lo mejor yo también la cuestionaría si tuviéramos tiempo y formas para poder hacerlo. Pero no hay ningún brazo de palanca que me dé ventaja para saber que yo puedo sacarle a eso algún tipo de beneficio. Como no tengo forma de poder hacerlo, no tengo más remedio que trabajar con lo que se está haciendo", lanzó el ministro, en un mensaje que podría estar dirigido tanto a Máximo Kirchner, luego de su renuncia a la jefatura del bloque en Diputados, o a José Mayans, actual titular de la bancada en el Senado que solicitó esperar a conocer la "letra chica".