Los presidentes Vladimir Putin y Jair Bolsonaro hicieron este miércoles un llamado a la paz y a la defensa del multilateralismo durante un encuentro en Moscú en el cual el brasileño expresó "solidaridad a Rusia" y el ruso respaldó a Brasil para que logre un asiento permanente en el Consejo de Seguridad de la ONU. Ninguno de los dos mandatarios se refirió a la crisis de Ucrania. Con este viaje a Moscú, Bolsonaro busca darle vuelto internacional a su criticada gestión presidencial, sobre todo de cara a los comicios del próximo dos de octubre, en los que irá por la reelección.
Antes de su encuentro con Putin, el líder de extrema derecha depositó una ofrenda floral en un monumento que honra a los militares caídos durante la Segunda Guerra Mundial, situado al lado de las murallas del Kremlin.
Visita centrada en temas comerciales
Bolsonaro desafió las advertencias de Estados Unidos por su viaje en un momento de alta tensión entre Moscú y los países occidentales, que acusan a Putin de preparar un ataque contra Ucrania. Pero el presidente de Brasil, un aliado tradicional de Washington, desestimó la presión y defendió el desplazamiento afirmando que las reuniones estaban centradas en temas comerciales, al ser su país un gran productor y exportador agrícola que "depende en gran parte de los fertilizantes de Rusia".
"Estoy muy feliz y honrado por esta invitación, somos solidarios con Rusia, queremos colaborar en muchas áreas como defensa, petróleo y gas, agricultura", dijo Bolsonaro en su mensaje protocolar antes de iniciar la reunión de trabajo con Putin. A diferencia de lo que hizo con varios dirigentes extranjeros recientemente, que se sentaron en el otro extremo de una larga mesa de seis metros durante sus reuniones con Putin, a Bolsonaro solo lo separaba una mesita de café de su par ruso.
Esto podría deberse, según los medios rusos, a que el presidente brasileño se habría sometido a un test de coronavirus en Rusia. Bolsonaro es conocido por sus polémicas posturas frente a la pandemia y no está vacunado contra la covid-19.
En Brasil la visita es vista como una posibilidad de salir del aislamiento mundial de la figura de Bolsonaro, de cara a la búsqueda de la reelección en los comicios del dos de octubre, pero también la prensa local ha apuntado una contradicción con el discurso interno y la participación del aliado del expresidente Donald Trump en la ofrenda floral a los soldados de la extinta Unión Soviética caídos por defender al país del nazismo. Sucede que Bolsonaro defendió la semana pasada la criminalización del comunismo en el marco del escándalo creado por una polémica en torno a la legalización de un partido nazi en Brasil.
Putin, por su parte, subrayó la cooperación entre Brasil y Rusia y destacó que el gigante sudamericano "es el principal socio comercial en América latina". El mandatario ruso, quien ya se había reunido a principios de mes con el presidente Alberto Fernández, intensificó sus contactos con líderes latinoamericanos en medio de la crisis con Ucrania.
"Brasil y Rusia tienen un firme compromiso con el multilateralismo. Sin dudas seguiremos en los Brics, un grupo respetado que desempeña un papel multipolar y de gran peso económico en el mundo", afirmó Putin en su declaración a la prensa. El grupo Brics lo integran Brasil, Rusia, India, China y Sudáfrica.
Incluso el presidente ruso expresó su solidaridad a Bolsonaro por los fallecidos en la tragedia de las lluvias de Petrópolis, en la sierra de Río de Janeiro. "Nuestra reunión de casi dos horas fue muy fructífera. Es una señal de que dos grandes potencias tienen mucho por avanzar. Repito: el mundo es nuestra casa, y Dios está por encima de todos nosotros. Predicamos la paz y respetamos a todos los que actúan de esta manera”, respondió el brasileño en la declaración final a la prensa.
A favor de ampliar el Consejo de la ONU
El canciller ruso, Serguei Lavrov, dijo que su país defiende la representación geográfica ampliada del Consejo de la ONU, en el marco de su apoyo a las iniciativas para el ingreso de India y Japón a la élite del poder de decisión mundial, que hoy integran apenas Estados Unidos, Rusia, China, Francia y Gran Bretaña. El primer impulso al ingreso de Brasil había sido dado en 2014 por parte de Rusia al gobierno de Dilma Rousseff.
Bolsonaro, por su parte, aprovechó para agradecer la posición de Rusia de apoyo a la soberanía brasileña en su porción de la selva amazónica, ante las críticas a la política ambiental que esgrimió años atrás el presidente de Francia, Emmanuel Macron. Bolsonaro también logró que Rusia se comprometiera a ser el proveedor de fertilizantes, en un mensaje a su base electoral del agronegocio. Sobre todo porque la estatal Petrobras, en el marco de su programa de desinversión, vendió la planta de fertilizantes de Mato Grosso do Sul a una empresa privada rusa.
Mención a la crisis con Ucrania
En una reunión paralela, los cancilleres Lavrov y Franca y los ministros de Defensa Serguei Chorgu y Walter Braga Netto pasaron revista a los acuerdos sectoriales. "Nosotros les dijimos a los brasileños sobre la intención de Estados Unidos de dividir el mundo en dos partes, países democráticos y no democráticos", dijo Lavrov al cierre del encuentro. Sin referirse directamente a la crisis con Kiev, Bolsonaro dijo que Brasil era "solidario" con Rusia.
El mandatario brasileño tiene previsto visitar la Duma y participar de un encuentro empresarial binacional antes de partir hacia Budapest para reunirse con su principal aliado en Europa, el primer ministro húngaro de ultraderecha, Viktor Orban.