El riojano Festival de la Chaya, consolidado como uno de los festivales de verano más convocantes del país, cerró anoche en el Autódromo Provincial.

Alrededor de 400 artistas en música, canto y danza, pasaron por el escenario Daniel “Chacho” Olivera -autor de Carnaval de La Rioja-, durante las seis noches que duró el Festival. La noche del viernes quedó suspendida por lluvia y los artistas fueron reprogramados. Así se sumaron martes y miércoles, con los números nacionales y provinciales divididos en dos noches.

"Desde el Gobierno hacemos una evaluación muy satisfactoria de esta edición, a partir de lo que ha generado la Chaya como producto", aseguró el ministro de Turismo y Culturas, Gustavo Luna. Y destacó: "Este movimiento ha sido una inyección fundamental a la economía después de dos años de pandemia que golpearon muy fuerte a la cultura y al turismo".

La Rioja tiene una capacidad hotelera de 7000 plazas. Toda la capital se vio colmada de reservas durante los días del Festival.

Este año el Turco Saba, reconocido técnico en sonido, fue el encargado de la retransmisión del Festival. El especialista destacó la definición alcanzada y los buenos resultados.

El número central de la última Chaya festivalera fue Luciano Pereyra. El artista cantó alrededor de dos horas, con un público ardido que copó por entero el predio para cantar sus canciones.

“Valoro mucho el esfuerzo que hizo la organización de la Fiesta: hace dos años que venimos reprogramando nuestra vida. Nos hemos acostumbrado a la reprogramación”, señaló en conferencia de prensa, cuando le consultaron acerca del cambio de fecha de su actuación. 

Un detalle: Luciano no chayó en el escenario algo que lxs riojanxs no dejan pasar. La prensa local le hizo el reclamo, y contó que en la última Chaya se rompieron dos equipos de su staff por causa de la harina. “Salgo de acá y me voy a chayar”, aseguró. Habrá que esperar las fotos del cantante enharinado.

Volvieron las reposeras

Como en las Chayas de antaño, o las de los patios y encuentros de amigos, este año se volvió a admitir al público llevar su reposera y conservadora. Catamarca/12 consultó a los ranchos destinados a la venta dentro del predio, y todos coincidieron en que la medida no menguó sus propias ventas, si no que incluso habían aumentado en comparación a chayas anteriores. Muchos atribuyeron los buenos resultados a una mejor ubicación de los ranchos.