Domingo Cavallo reapareció mediáticamente para hablar del préstamo del FMI. Para el creador y destructor de la convertibilidad de fines de siglo pasado, si se firma el acuerdo "la economía va a seguir funcionando mal" y la inflación va a ser superior al 50 por ciento. Aún así, sostiene que el acuerdo con el Fondo evita una “fuertísima devaluación”, una “hiperinflación” y una “crisis como en 2002”. Respecto a la reticencias del propio FMI para llegar a un acuerdo, plantea: “No creo que el Fondo quiera que a la Argentina le vaya mal, pero tiene que ser responsable”.

El análisis  del exministro de Menem y De la Rúa sobre las consecuencias de no acordar con el Fondo tiene muy poco fundamento. En primer lugar, plantea que habría una fuertísima devaluación cuando existen fuertes restricciones a la compra de dólares oficiales y, en todo caso, sería una presión extra sobre el paralelo (no muy diferentes de las que actuales). 

Las exigencias del FMI sobre el dólar

Además, se sabe que el FMI está presionando para que el acuerdo implique una suba del dólar oficial que, por lo menos, equipare el alza de los precios. Por otro lado, los técnicos del Fondo suelen recomendar que el dólar paralelo se fije libremente, por lo que el acuerdo podría incluir órdenes de no intervención cambiaria que terminen generando una espiral en dichas cotizaciones. Así las cosas, el impacto del acuerdo sobre el dólar dependerá de como condicione la política cambiaria. La última experiencia impuesta por el Fondo a Macri de “libre flotación” terminó con una megadevaluación.

Respecto a la posible hiperinflación podrían ser bastante realistas en un escenario de agotamiento de las reservas con fuertes devaluaciones. Al respecto, el acuerdo con el Fondo no implica desembolsos significativos que fortalezcan las reservas (más allá de recuperar lo pagado en los dos últimos años), ni aleja la incertidumbre cambiaria asociada al default, que será una amenaza con frecuencia trimestral tal como está planteado el esquema de cobros y pagos con el organismo. 

De esa manera, el riesgo de hiperinflación (subas de precios de tres dígitos anuales) se mantiene bajo un escenario de acuerdo. Es más, si los técnicos del Fondo presionan por fuertes devaluaciones y no intervenciones en el mercado de cambio el acuerdo vuelve más probable el escenario de hiperinflación que sin él. Téngase en cuenta que el fuerte aumento de las tarifas que exige el organismo también va a fogonear el ritmo al que aumentan los precios.

Cavallo, la crisis del 2002 y el FMI

Respecto a la crisis de 2002, basta señalar que fue la consecuencia de un gobierno que confió su suerte a un acuerdo con el FMI que, llegado cierto punto, fue frenado por el propio organismo bajo la excusa de incumplimiento de las metas. Algo a tener en cuenta para quienes hoy pretenden atar la suerte del Gobierno a las revisiones trimestrales de un organismo tan “responsable” como el crédito que le entregó a Macri.

@AndresAsiain

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