Ramón Casco se sentó ayer frente al tribunal y juró por su hijo decir la verdad. Es el papá de Franco Casco, el joven de 20 años que fue hallado sin vida en el río Paraná, en octubre de 2014, luego de haber estado detenido en la comisaría 7°. El hombre de 67 años fue el último testigo en declarar ayer en el marco del juicio por la desaparición forzada de su hijo, que tiene a 19 policías de la provincia sentados en el banquillo de acusados. Durante su testimonial, se refirió a una foto de Franco, tomada cuando estuvo detenido, y aseguró que en la imagen lo vio "torturado, con la cara toda hinchada". Al salir, fue aplaudido por su familia y las organizaciones que lo abrazaron, a más de siete años de la búsqueda de justicia.
Lo último que supo Ramón antes de viajar a Rosario, el 8 de octubre de 2014, fue que su hijo "ya quería volverse porque extrañaba". Franco llegó a Rosario desde Florencio Varela a pasar unos días con su tía y primos. El 6 de octubre salió de la casa donde estaba parando para tomar el tren de regreso, pero su familia no supo más de él. La hermana de Ramón lo llamó para decirle que Franco se había ido. Pero el joven no llegó a destino. "Ahí empezó la preocupación. Ella me llamaba, la llamaba yo. Viajé en colectivo. Lo empecé a buscar cerca de la terminal y atiné a ir a la comisaría séptima. Me atendió un policía de civil, en otra mesa había una policía de anteojos, joven. Me dijeron que ahí no hubo ningún detenido con ese nombre", relató Ramón, que no detuvo un solo día la búsqueda de su hijo.
Al día siguiente le dijeron que un tal Franco Godoy había estado detenido en la seccional, que lo detuvieron "la noche del 6", dijo Ramón, y que al otro día lo dejaron en libertad. "Me dijeron que lo busque en otro lado", recordó. Pero, él insistía. "La segunda o tercera vez que fuimos nos dijeron '¿otra vez ustedes...?'".
Cuando Elsa, la mamá de Franco, que falleció en 2016, llegó a Rosario, el 13 de octubre, buscaron una foto de Franco, hicieron impresiones y fueron a pegarlas por la ciudad. "Días después se hizo la marcha y ahí me avisaron que había un cuerpo en el río y que podía ser Franco". A Ramón le costó relatar cómo siguió aquella noche. Ya era 30 de octubre.
"Al día siguiente me llamaron para que fuera a reconocer un cuerpo. Y sí, era mi hijo. El médico me hizo ver su tatuaje, el que decía Tiago, el nombre de mi nieto", dijo el hombre que siete años después de los hechos, ayer estuvo acompañado por su familia, la Multisectorial Contra la Violencia Institucional y otras organizaciones de derechos humanos, sociales y políticas, en la jornada bautizada "Abracemos a Ramón, como él abrazó todas las luchas".
El hombre recordó cuando le mostraron la foto de Franco detenido por primera vez, y señaló que lo vio "torturado, hinchado, con la cara toda hinchada". Luego afirmó que durante todo este recorrido en la búsqueda de justicia tuvo "mucho acompañamiento de personas y organizaciones" y que "se hicieron varias movilizaciones" por el caso.
En la audiencia también le mostraron el video de cámaras de Seguridad de la zona del bulevar Avellaneda, fechadas el 8 de octubre de ese año, y le preguntaron si la persona que se ve caminando era Franco. "No, no lo reconozco", respondió. La defensa plantea que Franco fue detenido el mediodía del 7 y liberado esa noche; pero la fiscalía federal y las querellas sostienen que la detención fue la noche del 6 y madrugada del 7. También su hermana, Malvina, un primo y una tía de Franco consideraron que no era él quien aparece en la imagen.
Malvina, la hermana de Franco, recordó que "era un chico tranquilo, de casa, alegre, no era de salir mucho". La mujer recordó que lo vio por última vez dos días antes de que saliera de Florencio Varela hacia Rosario. En el momento que le exhibieron la foto de Franco detenido aseguró que en la imagen se lo ve "hinchado, con el pómulo golpeado, manchas, mojado. Franco no vino así a Rosario", dijo la mujer antes de soltar las lágrimas.
Durante la jornada de debate volvió a surgir el tema de la salud dental de Franco. Todos los familiares que prestaron testimonio coincidieron con que Franco "tenía todos sus dientes", incluso, otros "dos dientes encimados", sobre los colmillos.
El primo de Franco dijo que tenían una muy buena relación, "como un hermano, un buen amigo, una persona tranquila. No se metía con nadie. Siempre lo veía alegre. Solía llevarse bien con todo el mundo. Nunca se metía en problemas", aseguró.
La tía de Franco, en cuya casa estuvo una semana de visita, en Empalme Graneros, describió la situación que atravesó la familia en los primeros momentos de la búsqueda . "Desesperados. Todos estábamos desesperados, porque él no aparecía. Ramón andaba buscando a su hijo", aseguró la mujer.
La teoría de la Fiscalía Federal y las querellas es que Franco salió hacia la Estación de Trenes Rosario Norte para regresar a Buenos Aires, el 6 de octubre de 2014 por la tarde. "En los alrededores de la estación habría sido apresado por efectivos de la comisaria 7°", reza la requisitoria fiscal. "Lo encerraron en un calabozo y lo sometieron a tormentos y tratos inhumanos y degradantes, todo lo cual, debe resaltarse, sucedió en un ámbito en el que la víctima se encontraba en absoluto estado de indefensión", señala la acusación fiscal.