Los domingos, el túnel Arturo Illia reúne cada vez más peatones alrededor de la música. No hace tanto de esta experiencia, casi un año, pero suficiente para que el Quinteto que componen Inés López de Tejada y Julia Kobryn en violines; Federico Vivani en viola; Mijail Stancich en violonchelo y Pablo Cándido en guitarra; lograra un reconocimiento creciente y cabal. Tanto es así, que el Quinteto del Túnel dio un paso más y fundamental gracias al Ministerio de Cultura de la provincia. “Nos llamaron del Ministerio para decirnos que el ministro (Jorge) Llonch quería hacerse cargo de nuestro pedido, de tener un material grabado para salir a buscar otro tipo de horizontes”, explica Mijail Stancich a Rosario/12.

El “pedido” surgía como consecuencia de una nota periodística, donde el grupo comentaba sobre las circunstancias de su tarea y objetivos, que ofició como disparador para la respuesta del ministro. Enhorabuena. El Quinteto del Túnel visitó estudio de grabación y recibió la visita de un equipo de rodaje a cargo de Héctor Molina para la primera de sus producciones audiovisuales. “Nos reunimos con el equipo de Cultura y acordamos la forma de trabajar. Nos dividimos en dos partes. Fuimos al estudio de grabación para poder apreciar bien el sonido, que luego utilizamos en el rodaje. Nos decidimos por tres canciones emblemáticas, que fueran de las que más le gusta a la gente pero también a nosotros: ‘Jijiji’ de Los Redondos, ‘Viva la vida’ de Coldplay, y ‘Libertango’ de Piazzolla; con la formación del clásico cuarteto de cuerdas más Pablo (Cándido) en guitarra”, continúa.

“¡Yo soy el agregado!”, comenta el guitarrista: “¡Dicen que toco un instrumento de fogón, soy una víctima!”. “Lo que pasa es que él no puede tocar en un teatro sin amplificación (risas)”, sigue Stancich, pero aclara: “Si hay algo que le da contenido a nuestro repertorio son los arreglos de Pablo, son todos suyos. Es el ingrediente distinto y original que tenemos, él es el encargado de esa magia”. Según comenta el músico, la grabación fue en los Estudios Penny Lane y “salió espectacular, fue muy fluido y sin contratiempos; y el rodaje en el túnel fue hermoso, con un equipo con grúa, rieles, iluminación, con (Héctor) Molina en la dirección”. “Esto es también un catalizador para el tema del trabajo, porque viene muy bien tener un material audiovisual para mostrar lo que uno hace. Es complicado coordinar este tipo de cosas, por los tiempos y por el dinero que implica. Muchas veces estamos muy al día, todo demanda dinero, y el estudio nos lo facilitó el Ministerio, nos ayudaron con algo que necesitábamos”, completa Cándido.

-¿Cómo fueron los inicios de Quinteto del Túnel?

Federico Vivani: -Arrancamos alrededor de enero del año pasado, pero en realidad veníamos de tener otra agrupación, dedicada a hacer música por puro gusto. Nos reuníamos de manera libre, para salir de los ambientes de la música clásica (NdR: todas y todos son alumnos o egresados de la Escuela de Música de la UNR), con la intención de hacer otras cosas, populares. De pronto nos empezaron a llamar para algunos eventos, y ahí nos empezamos a plantear algo un poco más serio. En aquel entonces estaba (el violinista) Martín Bertolotto, fue él quien nos acercó la primera propuesta de tocar en un casamiento.

Pablo Cándido: -Allí lo incluimos a Mijail, y fue también Martín quien propuso ir a tocar al túnel. ¿Por qué? Por algo tan sencillo como no tener un equipo de sonido. De alguna forma, el túnel nos cobija de la corneta del churrero o la bocina de un auto.

El público disfruta de un alto en su actividad física. Foto: Fernanda Forcaia. 

-¡Ahora uno se da cuenta de que el túnel era un lugar que estaba vacante!

Vivani: -¡Y el caudal de gente que circula es tremendo! Era el único lugar donde podíamos tocar y recibir un público que nos escuchara y prestara atención. El lugar nos dio la identidad de alguna manera, y fue Mijail quien le puso nombre al quinteto. De hecho, fue en el túnel donde nos fogueamos y le mostramos a la gente lo que estábamos cocinando. Y vimos que la respuesta era tremenda. La atención que recibimos la primera vez que fuimos a tocar fue un antes y un después. Luego Martín se fue, porque tenía otras prioridades, e ingresó Julia (Kobryn); Inés (López de Tejada) estuvo siempre.

-¿Cómo les resulta, en lo personal y grupal, la experiencia callejera?

Vivani: -Yo vengo más del palo de la música clásica, de los conciertos, en donde el silencio acompaña la atención de un público muy crítico. Si bien en esos casos la respuesta es satisfactoria y la gente te va a aplaudir, se sufre bastante; no me pasa lo mismo en el túnel, es un ambiente completamente diferente, porque la gente no está familiarizada y es algo nuevo para el público en general. La gente se sorprende cuando ve los instrumentos y ésa es una oportunidad, porque por un lado la gente aprende y por el otro nosotros estamos expuestos; el público recibe lo que hacemos de una forma más pura y directa, lo disfruta y se nota. Siento mayor satisfacción tocando en el túnel que haciendo algo de música clásica para un ambiente universitario.

Cándido: -¡Como yo toco un instrumento de fogón sí tengo un vínculo con la música popular! (risas). Yo toco flamencos en los tablaos y es como dice Fede, la devolución que hace la gente es otra, más ligada a lo popular.

Mijail Stancich: -Hace unos domingos, Inés estaba haciendo un solo que es increíble en “Libertango” y una señora se dio vuelta con un gesto de asombro. Eso pasa todo el tiempo, te da ganas de quedarte y de seguir yendo. La energía que te devuelve la gente no se disfruta en otro lugar que no sea en la calle.

El Quinteto del Túnel hoy es una parada obligada por bienvenida para todo paseante, y vale destacar que el permiso para tocar allí el grupo lo solicitó al propio Secretario de Cultura, Dante Taparelli, quien rápidamente “nos contestó diciendo que fuéramos tranquilos, que éramos la luz de nuestro arte, siempre tan lleno de palabras bonitas”, comenta Stancich. Lo que el quinteto persigue ahora es la proyección en la ciudad; según el músico, “la única manera sería que la Municipalidad pueda organizarlo por distritos, con equipos de sonido, para poder tocar en todos los rincones; sería espectacular, pero necesitamos una mano del estado municipal. De hecho, en el túnel ya hay varias caras conocidas, que van todos los domingos. Se fue sumando mucha gente y estaría bueno poder replicarlo en otros lugares”.