El gobernador de Corrientes, Gustavo Valdés, aseguró que apagar el fuego que devoró 785 mil hectáreas será una tarea “imposible” para los brigadistas. En declaraciones radiales, el mandatario provincial manifestó que la situación puede ser revertida “por la misma naturaleza”, al tiempo que expresó su deseo de que llueva en los próximos días, tal como se pronostica.
“Es imposible apagar el fuego: va para donde quiere y es muy difícil hasta incluso direccionarlo; salta de a 100 metros y cruza las rutas como si nada. Los medios que podamos llegar a tener son insuficientes”, aseguró Valdés, para quien “lo único que puede parar esto es la misma naturaleza. Esperemos que el pronóstico no se equivoque”.
Dijo que prefería "no polemizar" con el gobierno nacional y que habló "unos minutos" con Juan Cabandié quien recorrió la provincia el viernes. Agradeció el apoyo de otras provincias, como San Juan, Chaco y Misiones. "Vamos a necesitar muchísima asistencia, especialmente para los productores. El norte de Corrientes ha sufrido mucho, que es la zona de pequeños ganaderos”, afirmó sobre su charla con el primer mandatario.
Por Radio Mitre, estimó las pérdidas causadas por el fuego en "cerca de 25 mil millones de pesos" y que “el 10 por ciento de la provincia va a terminar quemada”.
Zona de catástrofe
El viernes, el gobierno provincial declaró a Corrientes como "zona de catástrofe ecológico y ambiental". Al hacer el anuncio, Valdés dijo que "el cambio climático está golpeando fuerte y estamos usando todos los medios humanos y los recursos para combatir los incendios". En la provincia hay 17 focos y la situación se define como "catástrofe".
Al daño sobre la superficie se suma cómo afecta al ecosistema, dado que el gobierno provincial se dedicó a introducir especies extintas en zonas que quedaron expuestas al fuego.
A esta hora, "hay más de 2600 bomberos y brigadistas trabajando, 10 aviones hidrantes, cinco helicópteros y estamos recibiendo otros aviones que nos están mandando de otras provincias", precisó el gobernador.