Desde Tegucigalpa
Juan Orlando Hernández asumió la presidencia de Honduras en 2014 jurando que haría todo lo que tuviera que hacer “para recuperar la paz y la tranquilidad del pueblo”, con la promesa de mejorar la seguridad y combatir al narcotráfico en uno de los países más violentos del mundo. Pero a menos de un mes de abandonar su cargo, quedó detenido cuando la justicia norteamericana le envió a la cancillería hondureña un pedido de extradición donde lo acusan de conspirar para meter más de 500 toneladas de cocaína en Estados Unidos, país que lo había considerado un aliado clave en la región, tanto durante el gobierno del expresidente demócrata Barack Obama, como por su sucesor republicano Donald Trump. Lo que genera la inevitable pregunta: ¿Cómo se convirtió de ángel a demonio?
Para Gerardo Torres Zelaya, actual vice canciller y responsable de la política exterior del gobierno de Xiomara Castro, cuando Hernández presidía el Congreso entre 2010 y 2014, “se convirtió en el hombre de confianza al hacer una alianza en dos temas: fortalecer al máximo la seguridad, que en ese entonces se entendía como la militarización extrema de la sociedad, y por otra parte el control político y la estabilidad del país", que venía de sufrir en 2009 el primer Golpe de Estado del siglo en Latinoamérica, convalidado por Hillary Clinton, Secretaria de Estado de la administración de Obama.
Torres, quien posterior al quiebre constitucional recorrió Estados Unidos denunciando la situación como parte del Frente Nacional de Resistencia Popular, afirma que “también hubo un trabajo de incidencia en el que se gastaron muchísima plata y que a mi me tocó conocer en primera mano, donde nos exponían como los grandes terroristas castrochavistas, peligrosos para la democracia salvaguardada por los nacionalistas”.
Habilidoso lobbyista
Añade la analista Reina Rivera que “Hernández es una persona muy habilidosa que pagaba lobbystas en Washington para venderse como el que ofrecía a Estados Unidos una mayor garantía para el freno a la inmigración irregular, además de haber garantizado desde la Junta Directiva del Parlamento las leyes de extradición y la entrega de una serie de narcotraficantes”, que en realidad eran competencia para su incipiente clan.
Para Torres, el cambio en la percepción sobre Hernández comienza con las elecciones de 2013, cuando “los norteamericanos y el mundo entero se dieron cuenta que nosotros -el Partido Libre- teníamos una fuerza política de verdad que podía competir. También aparece Salvador Nasralla y otras expresiones que amenazan el control hegemónico del Partido Nacional. 2014 y 2015 son momentos críticos para él, porque no logra frenar la migración a pesar de la plata que recibió al suscribirse en la Alianza para la prosperidad”, ilustra el vice canciller.
La guerra narco
Para esa misma época, el entonces Director de la Policía Nacional Ramón Sabillón capturaba a los narcotraficantes Valle Valle sin avisarle a Hernández, lo que le costaba su exilio. Además, se entregaban a la DEA Los Cachiro, otro de los clanes que temían ser asesinados por los nuevos capos. También se hacía público el saqueo al Instituto Hondureño de Seguridad Social con el que los nacionalistas financiaron la campaña de Hernández, lo que generaba el surgimiento del movimiento de los Indignados, que se movilizarían por meses con antorchas en varias ciudades. En 2016 asesinan a Berta Cáceres, lo que daña internacionalmente aún más la imagen del gobierno de Hernández.
El Fraude
Pero para su fortuna, en 2017 y antes de su reeleción ilegal, Donald Trump asume en la Casa Blanca y rescata al Partido Nacional de una situación de conflictividad con los demócratas. Y a pesar de que ya se conocían las acusaciones que había en el Distrito Sur de Nueva York donde señalaban los vínculos de su gobierno con el crimen organizado, en las elecciones de noviembre de 2017, “Estados Unidos no tuvo ningún reparo en salirle al paso a la Organización de Estados Americanos (OEA) -cuya misión de observación electoral había llamado repetir los comicios porque tenía serias dudas sobre su transparencia-, se adelanta y reconoce a Hernández como presidente electo en Honduras”, denuncia Rivera.
“Pasa la embajada hondureña en Israel de Tel Aviv a Jerusalem, le declara la guerra a Venezuela, se mete de cabeza en el Grupo de Lima, se convierte en un delfín de los gringos dispuesto a hacer lo que le pidan”, describe Torres. Acorde al abogado Joaquín Mejía Rivera, miembro del Equipo de Reflexión, Investigación y Comunicación ERIC-SJ, “cuando la embajada lo apoyó, le dijeron que lo hacían a cambio de que pacificara el país. Para ellos significaba que no hubiera tanta convulsión social, y eso implicó un mecanismo represivo por parte del Estado a toda protesta social”.
Caravanas de migrantes
En octubre de 2018 y menos de un año más tarde de las trágicas elecciones, salía desde Honduras la primera caravana migrante con miles de personas huyendo hacia el norte. Un mes más tarde, detenían en Miami a Tony Hernández -hermano del entonces presidente-, quien sería condenado en marzo de 2021 a cadena perpetua más 30 años por narcotráfico a gran escala. Durante la pandemia, también quedó en evidencia la descarada corrupción que rodeó a las compras realizadas de emergencia por hospitales móviles que nunca funcionaron, entre otros casos.
“El regreso de los demócratas es una guerra jurada contra Hernández que nos permite a nosotros tener un mejor ambiente para las elecciones de 2021. Lo que no nos imaginábamos era que íbamos a ganar por tanto”, admite Torres. “Saben que tienen un gobierno con el respaldo de la población hondureña y le entran con todo a Juan Orlando. Vienen procesos en contra de otros miembros de su gobierno, de su confianza”, adelanta y acepta que los norteamericanos están tratando de “limpiarle la mesa a Xiomara para construir con ella una nueva etapa para Honduras. Y nosotros entendemos que esa relación trae retos, pero estamos dispuestos a trabajar de manera coordinada para limpiar el tema de la corrupción, reducir la pobreza, el hambre, generar empleo y disminuir la migración”, describe el vice canciller.
Nuevo aliado
Para Mejía, “Honduras se convierte en un nuevo aliado en la región para Washington, porque por un lado Nicaragua con su dictador Daniel Ortega, Guatemala con sus problemas de narcotráfico y corrupción y El Salvador con ese acercamiento a China y con ese camino autoritario que parece haber comenzado Nayib Bukele, hace que Estados Unidos vea a Honduras otra vez como el farol desde donde se puede apaciguar la situación centroamericana”, grafica el abogado.
“En el caso de nuestra región hay fuertes intereses geopolíticos, económicos y de seguridad, como detener un poco el avance del gigante asiático. No dudo que Honduras vaya a tener cercanías con otros gobiernos, pero en este momento el país está con una soga al cuello en temas de endeudamiento externo”, añade Rivera. “Entonces para renegociar la deuda ocupará fuerte respaldos financieros y comerciales que los está ofreciendo Estados Unidos. Y los ofrece obviamente por sus preocupaciones en nuestro país como puente del narcotráfico y por su seguridad nacional consecuencia de la migración”, admite.
Para Lucía Vigil, analista del Centro de Estudios para la Democracia, “el venir a llevarse a Hernández también es un mensaje de que siguen siendo quienes tutelan la justicia, quienes tutelan realmente la política, quienes vienen a poner orden en el patio en cuanto necesitan hacerlo y con la pieza que sea”. Y advierte: “Los estadounidenses no son amigos de nadie. Cuidan sus intereses, pero también cuidan su imagen y no iban a seguir permitiendo que un hondureño se siguiera burlando en su cara de ellos y de su sistema de justicia”.
El abogado Mejía pide “reconocer la independencia de poderes que hay en Norteamérica, porque a pesar del apoyo que ha tenido Hernández por parte del Departamento de Estado, el Departamento de Justicia no ha permitido ningún tipo de injerencia y no le ha importado que fuera el presidente de Honduras para empezar a señalarlo e investigarlo desde hace muchos años, obteniendo todos los elementos probatorios necesarios para solicitar ahora la extradición”.