El historiador irlandés Peter Brown es un especialista en la relación entre religión y sociedad. Su libro El mundo de la antigüedad tardía, recientemente publicado por el sello Taurus en el marco de su colección "Clásicos radicales" alumbra una época de la historia de la humanidad habitualmente condenada a la oscuridad: el período comprendido entre los años 200 y 700 d.C.  Se suele identificar esta etapa como los últimos coletazos del mundo clásico. 

En su notable investigación, Brown acuñó el concepto de la "Antigüedad tardía", arrojando una mirada renovadora sobre los cambios culturales, religiosos y sociales que produjeron una transformación radical del mundo por entonces conocido. Lejos de la idea simplificadora del "declive y caída" del Imperio Romano, el autor muestra la evolución divergente que experimentaron Occidente y el Cercano Oriente en ese período. 500 años que resultaron testigos de una reorganización política notable, en la que Roma abandonó su papel hegemónico y emergieron nuevos centros de poder. Una etapa, por otra parte, en la que se consolidaron las dos principales religiones monoteístas: el cristianismo y el islamismo. 

De este trabajo, además, se pueden extraer miradas que exceden temporalmente el objeto de estudio. La permanente tensión que se establece entre cambio y continuidad permite configurar lecturas que se proyectan hasta hoy.