El pai Jorge Juan Soria Villalba, que estaba prófugo de la justicia federal desde finales de diciembre del año pasado, fue detenido ayer al mediodía en un inquilinato de Villa Soledad, ciudad de Salta, donde permanecía escondido.
Según informó la Unidad Fiscal Salta, se lo ubicó a partir de una denuncia anónima realizada al Servicio de Emergencia 911. Con esa información la División Trata de Personas de la Policía de Salta estableció el domicilio donde estaba oculto y se lo detuvo, luego de que el propietario del inmueble autorizara el ingreso de los policías al lugar.
Cuando la comitiva policial llegó, Soria Villalba reconoció que era buscado por delitos federales. Quedó detenido y fue trasladado a la Agrupación VII de Gendarmería Nacional, aunque ya se informó que quedará alojado en el Complejo Penitenciario Federal NOA III, ubicado en General Güemes, a más de 50 kilómetros al norte de la ciudad de Salta.
El pai está imputado por el delito de trata de personas con fines de explotación sexual y por su calidad de “ministros de un culto”, acusación que comparte con su pareja. El pai y su compañera dirigían una congregación Umbanda que veneraba a San La Muerte en Villa San Antonio, barrio cercano a Villa Soledad.
El fiscal federal Eduardo Villalba formalizó la acusación contra la pareja el 29 de diciembre de 2021, momento en el que el juez federal de Garantías Julio Bavio les dictó la prisión preventiva y dispuso que Soria Villalba debía cumplirla de manera efectiva, mientras que a la mujer se le concedió el arresto domiciliario.
El magistrado también el embargo preventivo del predio donde funcionaba el templo, al tiempo que accedió a una solicitud del defensor de las víctimas y dispuso la devolución de un automóvil Volkswagen Gol Trend que usaba la pareja y que había sido secuestrado en el allanamiento. El automotor era propiedad de una de las mujeres que habían captado.
La investigación federal comenzó en febrero del año pasado cuando una persona realizó una primera denuncia y luego se sumaron otros testimonios. En la causa se contó con los aportes de la fiscala María Alejandra Mángano, de la Procuraduría de Trata y Explotación de Personas (PROTEX).
La pantalla de líderes espirituales
En la formalización de la acusación el fiscal Villalba sostuvo que la pareja usó la pantalla de líderes espirituales para captar personas en estado de vulnerabilidad, doblegar su voluntad y someterlas al ejercicio de la prostitución. Agregó que el hombre y la mujer obligaban a sus víctimas a entregarles entre el 40 y 70% de las ganancias que obtenían por esa actividad.
“Esa captación iba dirigida a personas vulnerables, angustiadas, que llegaban a la congregación en busca de protección. Allí, si bien recibía cierta contención espiritual, a la vez se le generaba en ellos una exigencia de contribución, induciéndolas al ejercicio de la prostitución, para luego quedarse con las ganancias, situación que tenemos por probado ya en, al menos, dos casos”, resaltó el fiscal.
Asimismo sostuvo que hay pruebas de que el inmueble donde funcionaba el santuario y residía la pareja, habría sido obtenido gracias al aporte de las víctimas que fueron captadas e inducidas a prostituirse y pagar cuotas mensuales. Con este fin, la pareja facilitaba los lugares para el ejercicio de la prostitución, tanto en la ciudad de Salta como en el Estado Plurinacional de Bolivia.
En el allanamiento también se secuestraron 18.600 dólares y 61.000 pesos, además de abundante documentación y un arma de fuego.
“El objetivo de los acusados como líderes espirituales no tenía nada que ver con el culto. No tenemos dudas de ello. Aquí están en juego los derechos humanos, pues a partir del dolor de la gente, un dolor funcional a los imputados, se llevó a las víctimas a una vida incompatible con la dignidad humana”, afirmó Villalba.
En ese momento el fiscal fundó el pedido de prisión preventiva efectiva en el riesgo de que el religioso use su influencia sobre las víctimas para entorpecer la investigación. La defensa del pai, a cargo del abogado Santiago Pedroza, no había objetado la acusación pero se opuso a la prisión preventiva ofreciendo colaboración de la pareja con el proceso ofreciendo la posibilidad de que se presentarían cuando el juez lo dispusiera. Luego de esto, Soria Villalba huyó y se mantuvo prófugo hasta ayer.