Costó, y mucho. Este ascenso al Torneo Federal A es una bocanada de aire fresco para un grande del interior, porque desde el descenso en 2006 del torneo de la B Nacional, la historia pareció torcerse para Juventud Antoniana de Salta. Atrás quedaron 16 años en los que solamente pudo festejar haber ganado un partido por el descenso contra Central Norte, condenando a su clásico rival en 2014.
El de ayer fue un luchado 1 a 0 contra Guaraní Antonio Franco, de Misiones, que partía como candidato ya que había llegado invicto a la final, casi sin despeinarse en las fases previas. Solo la final regional con Sol de América le había demandado un esfuerzo extra que definió por una mínima diferencia.
Por el otro lado, el Santo tampoco conocía la derrota, aunque de las cuatro llaves que jugó, dos las superó por penales, incluida la anterior con Talleres de Perico. El arquero Guillermo Bachke fue figura en los dos partidos y sobre todo en la serie de penales que le dio la clasificación a los salteños.
Por eso la anotación de Gustavo Bombaj a los 36 del primer tiempo fue un desahogo para un equipo que parecía haberse quedado sin gol justo en la recta final. En los últimos seis partidos anteriores a esta final, de los cuales ganó uno y empató los demás, había convertido solo dos goles. En contrapartida, su defensa fue inexpugnable recibió solo una anotación. En ese sentido las estadísticas fueron notables. En total en el torneo jugó 18 partidos, en los que metió 18 goles y recibió solamente 3.
El partido tuvo la emoción y tensión lógica de una final en la que ambos se jugaban el año entero de trabajo, pero en su desarrollo fue bastante chato. Las situaciones de peligro se cuentan con los dedos de una mano y ni siquiera en desventaja los misioneros pudieron inquietar con riesgo al arco de Juventud. Solamente un cabezazo que se fue cerca del palo izquierdo a poco del final paralizó el corazón del centenar de hinchas salteños autorizados para entrar en la calurosa tarde al estadio de Güemes de Santiago del Estero.
El final del encuentro desató la locura antoniana. La invasión de hinchas al campo de juego hizo que los jugadores prefirieran meterse casi inmediatamente al vestuario, en donde primero rezaron agradeciendo el triunfo, y después sí, llegaron los cantitos y dedicatorias celebrando y exorcizando los fantasmas que atormentaron casi dos décadas a la institución de la Lerma y San Luis.
Es que que si bien pasaron tres años, todavía dolía el durísimo golpe que significó jugar en 2019 ese triangular “de la muerte”, en el que el Juventud se caía del Federal A junto con Gimnasia y Tiro y pasaba a participar en una categoría amateur. Y así como futbolísticamente había tocado fondo, institucionalmente la situación no era mejor, ya que periódicamente vivía una turbulencia tras otra que irremediablemente terminaban repercutiendo en frustraciones dentro de la cancha.
En 2021 todos los focos del fútbol salteño estuvieron puestos en Gimnasia y Tiro y Central Norte, que pelearon por uno de los lugares en la segunda categoría del fútbol argentino. Algo que finalmente se le escapó de las manos al Albo en una final perdida contra Chaco For Ever.
En medio de esa vorágine y en silencio, Juventud arrancó un nuevo regional en el que superó tranquilamente la fase de grupo y en el inicio de los playoffs despachó con un contundente 6 a 0 a Normal Rosarino, luego de haber sacado un empate sin goles en la ciudad termal.
Ese último partido del año increíblemente fue el final del ciclo como técnico de Alberto Boggio por problemas con su cuerpo técnico. La dirigencia encabezada por Javier Russo tuvo que salir de urgencia a buscar el nuevo DT y recurrió a un ex rival en la primera fase, Martín Martos, que en esa instancia dirigió a Deportivo La Merced.
Con Martos al mando, el equipo acentuaría la solidez en defensa, pero se agudizaría la falta de gol. La siguiente fase con Unión del Norte la superó tras un 0 a 0 de visitante y un empate en un gol de local. Allí tendría su primer capítulo heroico Bachke, que se reivindicó de su responsabilidad en el gol de los tucumanos y no solo tapó dos penales en la serie, sino que la cerró convirtiendo el suyo.
Con Sportivo Bella Vista haría valer la ventaja de un gol que sacó en su incursión a Tucumán y terminó aguantando el cero en el estadio Martearena. Ya en la final contra Talleres de Perico, un doble 0 a 0 le daría otra cuota de protagonismo a Bachke, otra vez sacando dos penales, ante los más de 15 mil hinchas de Juventud que pudieron ir a la cancha gracias a la ampliación del aforo que venía restringido por la pandemia del coronavirus.
Por eso el triunfo de ayer se festeja fuerte en el pueblo antoniano que lo vive como un renacer. Ahora la institución se enfrenta al desafío de armar en un mes el plantel para afrontar de nuevo un campeonato profesional, en el que habrá un solo ascenso a la B Nacional y cuatro descensos al Regional Amateur. Además, como en 2013/14, volverá a compartir categoría con sus clásicos rivales Central y Gimnasia.
Por todo esto se supone que las próximas semanas serán movidas en cuanto a confirmar los futbolistas que siguen y los refuerzos que llegarán, una tarea netamente dirigencial. Los jugadores del plantel bien tienen merecido festejar porque consiguieron que en el mismo día que se recuerda la Batalla de Salta, el pueblo antoniano tenga su propia efeméride.