El Gobierno confirmó que trabaja en una medida para intervenir el mercado de frutas y verduras a través de un "fideicomiso para productos frescos". La idea que se baraja entre la Secretaría de Comercio y el Mercado Central es que a través de ese fondo el Estado realice operaciones de compra a término para generar previsibilidad en los productores y también evitar los saltos de precio a causa de la estacionalidad. Estaría enfocado en la venta de papa, cebolla y tomate, que representan el 40 por ciento del rubro. Sería una iniciativa que se suma a un paquete de medidas con las cuales el Gobierno busca moderar la suba de los precios, que arrancó el año con todo.
"El fideicomiso dará previsibilidad en la oferta todo el año. Esperamos que en las próximas semanas ya se pueda poner en marcha y va a está enfocado en financiar a los pequeños productores para que puedan tener más equipamiento", dijo este lunes el ministro de Desarrollo Productivo, Matías Kulfas. Se trata de una iniciativa en la cual vienen trabajando desde hace unas semanas el secretario Roberto Feletti junto al presidente del Mercado Central, Nahuel Levaggi, y que tomó vuelo luego de la disparada de los precios de los productos frescos en el índice de precios de enero.
"La intención es intervenir en la estacionalidad. Hay momentos del año en los que el precio del tomate, por ejemplo, se dispara por falta de oferta porque terminó la cosecha. El precio se vuelve ridículamente alto para luego bajar drásticamente. El fideicomiso permite dar más previsibilidad en la oferta de todo el año", indicó Kulfas.
Desde los despachos oficiales aclaran que la propuesta está todavía bajo análisis. Todavía no hay montos definidos, aunque circuló el número de 650 millones de pesos, ni tampoco qué herramientas financieras se pondrían en juego.
Hasta ahora, la medida que se estudia consiste en la creación de un fondo que permita al Mercado Central realizar compras anticipadas de papa, cebolla y tomate a pequeños y medianos productores. Estos se beneficiarían de contar con una operatoria previsible y mayor liquidez mientras que a la hora de la venta física, en momentos de escasez dados por la estacionalidad típica de cada verdura o fruta, tendría que respetarse el precio acordado previamente. Así, se suavizarían los vaivenes de los precios finales.
Otro de los puntos todavía no definidos es el sistema de distribución que utilizará el Mercado Central. La herramienta iría acompañada por un impulso a la siembra de una mayor superficie de los productos estacionalmente más sensibles.
Inflación en alimentos
En enero, el rubro de alimentos y bebidas subió un 4,9 por ciento y acumula en doce meses un avance del 50,5 por ciento. El desagregado de categorías muestra una suba del 30,8 por ciento en verduras, tubérculos y legumbres y del 8,6 por ciento en frutas. A nivel productos, el Indec midió que el tomate redondo subió 82,2 por ciento en el mes, mientras que la lechuga lo hizo en un 51,1 por ciento y el limón, un 30 por ciento. La cebolla subió 11,3 por ciento; la papa, 14,2 y la naranja, 15,2 por ciento.
En febrero también viene siendo intenso en aumentos de precios en alimentos. Las principales subas se dieron en carnes pero también las categorías estacionales habrían tenido fuerte impacto. Así, el año comenzó muy complicado en materia inflacionaria, que en primer lugar tiene impacto directo en los índices de pobreza e indigencia. Además, deteriora el consumo y acentúa el desincentivo alrededor del peso y con ello da mayor impulso al bimonetarismo de la economía argentina.
"En los últimos meses hubo muchos sectores que, por especulación o diferentes motivos, apostaron a que Argentina iba a devaluar o iba a haber un aumento de la brecha cambiaría, cosa que no ocurrió. Creo que el acuerdo con el Fondo va a ser un elemento de estabilización que va a dar previsibilidad. Estamos convencidos de que la inflación este año va a ser más baja que en 2021. Desde febrero o marzo va a ir empezando una senda mucho más clara desinflación", cerró Kulfas.