El peronismo santafesino vuelve a cerrar filas –o eso va intentando– como en la campaña que hace tres años le permitió recuperar la Casa Gris, y se apronta en el escenario con miras a las elecciones de 2023. Con voluntad de unidad como mejor preludio, pero a sabiendas de que es menos fácil conservar el poder que disputarlo. El presidente del PJ, Ricardo Olivera, casi culminó ya la ronda de conversaciones, sector por sector, en el diverso mosaico peronista. Y ayer tuvo un capítulo clave al reunirse con representantes de Hacemos Santa Fe, el espacio que define el gobernador Omar Perotti, ni más ni menos.

"La idea es definir la estrategia para 2023, sentarnos en una misma mesa. La conducción sería del partido, entre todos los sectores construir acuerdos y renovar la idea de institucionalizar el Frente de Todos, como se está queriendo hacer a nivel nacional. En breve ya se sentarán todos los espacios", celebró Olivera ayer, luego de reunirse en Santa Fe con el diputado nacional Roberto Mirabella, la ministra de Gobierno, Celia Arena, los intendentes de Reconquista, Amadeo Vallejos, y de Las Parejas, Horacio Compagnucci, y la concejala rosarina Julia Irigoytía.

Con esta trinchera del peronismo, Olivera empezó a vislumbrar la posibilidad cierta de un escenario de unidad en el PJ, siempre como pieza hegemónica del Frente de Todos. El desafío es llegar en bloque al próximo turno electoral en el que habrá de poner en juego el gobierno, luego de enfrentar la visicitud inédita de la pandemia y el costo político que suponen el impacto de la violencia urbana y el crimen organizado en Rosario y Santa Fe, y otros asuntos de la agenda pública, más las contingencias del contexto nacional. Gajes de ser el oficialismo.

Olivera resumió los encuentros que ha venido manteniendo en los últimos días como "el intento de una construcción colectiva para replicar la estrategia que nos permitió ganar las elecciones, conservar el gobierno y sumar representatividad en la Legislatura. Si no nos equivocamos, este es el camino y lo sellaremos sentados a una mesa todos los espacios y partidos que integramos el Frente de Todos".

"Hay seis o siete espacios dispuestos a charlar, y eso es lo relevante. Estamos tratando de hilvanar las costuras, a ver cómo termina el vestido", metaforizó el titular del PJ.

La agenda de reuniones peronistas que transitó Olivera arrancó con María Eugenia Bielsa, que mantiene representatividad de gobierno y legislativa. Siguió con Agustín Rossi y su espacio, La Corriente; luego se entrevistó con Eduardo Toniolli y Lucila De Ponti por el Movimiento Evita. Siguieron los espacios de María de los Ángeles Sacnun (referente cristinista en Santa Fe), de Marcos Cleri (La Cámpora), y también el Nuevo Espacio Santafesino (NES), de incómoda relación con el perottismo y cuyas marcas son el senador Armando Traferri y la vicegobernadora Alejandra Rodenas. 

También el titular del PJ le dedicó atención al otro bloque de senadores peronistas que se referencia en Alcides Calvo, y también, imprescindibles charlas con algunos gremios.

La semana pasada fue el turno de las 19 seccionales departamentales partidarias de la provincia. En las próximas horas seguirán los cafés con referentes de los otros partidos que integran el FdT, y luego la vital pata que garantiza la territorialidad del movimiento justicialista: los intendentes y presidentes comunales.

"Mi objetivo fue muy humilde: después de todo lo que fue pasando, lograr que todos se sienten a la mesa. En los próximos días veremos lo que irá saliendo. Omar (Perotti) sabe de estas conversaciones y está de acuerdo. Para empezar, está muy bien. Hay voluntad política y entusiasmo de poder recrear un espacio de diálogo", valoró Olivera.

En estas primeras charlas no afloraron facturas pasadas, como la que desde el rossismo o el Evita incluso le reprocharan al gobernador, por haber aceptado el apoyo de todos los sectores para ganar la elección pero luego dejarlos afuera y rodearse solo de dirigentes afines a su sector, incluso hasta confinar a los pocos externos casi al ostracismo, como le pasó al ex ministro de Trabajo, Roberto Sukerman.

Enfrente, la oposición también parece reformularse, y Olivera hasta se extraña de las posibilidades de ese reacomodamiento. "Hay algunos que ideológicamente están tan lejos y por su historia les sería tan difícil de explicarlo, que solo me lleva a pensar que los une una sola cosa: ganarle al peronismo, solo eso, pero ni veo la posibilidad de que perdamos la Provincia. Aunque es verdad que es más fácil ser opositor que partido oficialista", meditó el titular del PJ y diputado provincial.