Que no se trate solamente de arreglar la ruta para la comercialización de los recursos naturales que se extraen de los bosques, sino que también sea una oportunidad de dar las respuestas a las necesidades de quienes viven a lo largo de esa ruta. Esa es la conclusión a la que arribaron los niyat (caciques) de las casi 35 comunidades indígenas que habitan en las inmediaciones de la ruta nacional 86, en la jurisdicción de Tartagal.

Dichas comunidades solicitaron que se ejecute la obra anunciada con una pancarta que colgaron debajo del cartel que desde hace unos diez años anuncia la pavimentación de la ruta: “Tramo Tartagal-Tonono. Obra: Mejoramiento de calzada existente, construcción de base y carpeta de rodamiento y construcción y ampliación de alcantarillas en la ruta nacional 86”, detalla. Surge de allí que el expediente es de 2012 así como la convocatoria a licitación por un monto de casi 485 millones de pesos. El plazo de ejecución era de 7 meses y estaba a cargo de la empresa Covico SA.

“Desde que se anunció (la obra) solo se deben haber pavimentado 400 metros de la ruta”, dijo a Salta/12 José Cuenca Cruz, fiscal titular de la comisión directiva de la comunidad qolla Vitiche, además de coordinador de la Asamblea de Articulación Plurinacional Regional Norte Salta, organización que articula acciones en 6 de los 10 pueblos originarios que habitan los departamentos de San Martín, Orán y Rivadavia.

Las comunidades de los pueblos Wichí, Chorote, Qolla, Weenhayek, Guaraní y Chané, que viven sobre la ruta 86, sufren las consecuencias de la falta de pavimentación cada vez que llueve dado que los caminos quedan intransitables.

“Se suponía que este mes ya tenían que trabajar las máquinas y estaba el presupuesto la obra”, detalló el cacique de la comunidad wichí Kilómetro 5, Isaías Fernández. Afirmó que ese fue el compromiso contraído por funcionarios de la provincia y la municipalidad ante referentes originarios en diciembre pasado. Pero las máquinas no llegaron y las lluvias sí. “Con el camino así no se puede transitar. No hay ni ambulancias ni remises que quieran ingresar a las comunidades. Solo alguno a veces si tiene una moto y si hay un paciente que necesita ir urgente lo acerca al Hospital”, sostuvo Fernández.

A esta problemática se suma que el agua para consumo humano se provee con camiones aguateros, pero al estar los caminos con dificultades para transitarlos, se quedan sin el insumo necesario “y a veces pasa hasta una semana hasta que volvemos a tener agua”, sostuvo.

Con participación de las comunidades

Cuenca Cruz indicó por su parte que el año pasado se realizó la consulta previa, libre e informada con las comunidades que viven en las inmediaciones de la ruta nacional

Entre las previsiones exigidas por las comunidades se encuentran la de contar con un espacio al costado de la ruta que les permita exponer y comercializar sus productos. “Queremos producir y no que nos den migajas”, añadió el referente. 

Agregó la necesidad de que la obra vial traiga aparejada obras de extensión de redes de luz, agua, gas y conectividad, además de que se atiendan las necesidades de escuelas, caminos internos y acondicionamientos de puestos de salud. “Tiene que ser una obra con la infraestructura que pueda servir a los territorios comunitarios y no solamente un camino para la comercialización” de la agroindustria de la zona, afirmó Cuenca Cruz.

Sostuvo también que la obra se anunció al menos cuatro veces sin que hasta el momento haya un avance concreto.

Desde la provincia aseguraron que es un tema que compete a Vialidad Nacional, organismo que ayer no pudo contestar las consultas realizadas.