La 94º ceremonia de los premios Oscar –que se realizará el domingo 27 de marzo en el Dolby Theatre de Los Ángeles– empieza a tomar forma, y no una que favorezca al protagonismo de las películas y de quienes trabajaron en ellas. Es que la Academia de Hollywood confirmó anoche que entregará ocho de las 23 estatuillas una hora antes del inicio de la transmisión oficial y durante la gala emitirá un resumen de lo ocurrido en esos momentos. Las ternas afectadas son Edición, Maquillaje y peinado, Banda sonora, Diseño de producción, Sonido, Cortometraje, Cortometraje animado y Cortometraje documental.
El objetivo, según explicó el Presidente de la Academia, David Rubin, en una carta destinada a los invitados publicada por el portal Variety, es agilizar la dinámica del evento dándole más espacio a la comedia (algo que explica la elección de tres presentadoras provenientes de ese género: ver aquí), a los clips de las películas nominadas y a los números musicales.
La decisión se enmarca dentro de los cambios que hace más de un lustro viene ensayando la Academia con la idea de levantar los alicaídos números de rating. Fue con esa idea que las estatuillas honoríficas empezaron a entregarse en una ceremonia aparte y, en 2019, se presentó un plan similar al de ahora según el cual los ganadores de varios rubros técnicos se conocerían antes de la transmisión. Ante las quejas de los involucrados, quienes alegaron que de esa manera se minimizaba su trabajo, la Academia terminó dejando las cosas como estaban. Pero ahora parece que va en serio.
“Después de escuchar atentamente los comentarios y sugerencias de nuestra comunidad cinematográfica, nuestro socio televisivo y todos aquellos que aman los Oscar, era evidente que necesitábamos tomar algunas decisiones sobre la transmisión que favorezcan al futuro de nuestro show y nuestra organización”, escribió Rubin antes de justificar la decisión amparándose en que, al tratarse de un programa televisivo, deben “priorizar la audiencia para aumentar la participación de los espectadores y mantener un show vital, cinético y relevante”.
Consciente de las quejas que le lloverán en los próximos días, el mandamás de la Academia se atajó reconociendo que estos cambios pueden generar preocupación, pero pidió que entiendan que “la meta siempre ha sido encontrar un balance en el que nominados, ganadores, miembros de la industria y televidentes tengan una experiencia gratificante”: “Cada rama de la Academia es indispensable para el éxito de una película y vital para esta industria. Nuestro desafío y objetivo es crear un espectáculo emocionante y optimizado sin sacrificar los fundamentos de nuestra organización”.
Todo esto ocurre luego de una de las peores ceremonias en la historia del Oscar, en parte por la pandemia y la escasa repercusión de las películas, pero también por una dinámica que no satisfizo a nadie. Si bien el año pasado las presentaciones de las cinco canciones nominadas en esa categoría fueron grabadas previamente y emitidas en diferido a lo largo de la gala, los números de audiencia de la cadena norteamericana ABC tocaron un piso histórico de apenas 9,2 millones de espectadores, un 51 por ciento menos que los 18,7 millones de la gala 2020.