En un acontecimiento que es tanto cultural como político, hoy reabre finalmente sus puertas el mítico Teatro San Martín, cerrado por reformas hace un año y medio pero vaciado de fuerza y contenido y con casi nula actividad desde hace casi cinco. Tras una “puesta en valor” que requirió una inversión de 400 millones de pesos (cifra polémica, discutida y sospechosa pero a fin de cuentas oficial) e implicó un enfrentamiento entre el gobierno porteño y la comunidad cultural, el teatro de texto más importante de la Ciudad festejará su postergada vuelta con un gran espectáculo sobre la Avenida Corrientes. Dirigido por Pichón Baldinu, uno de los fundadores del grupo De la Guarda, el show contará la historia del propio teatro en cinco actos, con 300 artistas en escena y una prometida gran puesta. El acto se iba a realizar el jueves, por ser 25 de mayo (fecha en la que se inauguró el teatro en 1960) pero, como una especie de karma vinculada con la demorada reapertura, tuvo que reprogramarse para hoy por condiciones climáticas. El lunes habrá una gala oficial donde hablarán el jefe de gobierno Horacio Rodríguez Larreta, el ministro de Cultura Ángel Mahler y el director del Complejo Teatral de Buenos Aires, Jorge Telerman.
Si bien la Sala Lugones, el espacio de cine que funciona en el último piso, tendrá que esperar hasta julio para volver a funcionar, con esta reapertura del teatro se reanudan las actividades en las salas Martín Coronado, Casacuberta y Cunill Cabanellas, con los espectáculos La farsa de los ausentes, Parias y Umbrío, respectivamente. La primera es una obra basada en El desierto entra en la ciudad, de Roberto Arlt, y se estrenará el miércoles próximo a las 20.30. Dirigida por Pompeyo Audivert, dentro del numeroso elenco de intérpretes se encuentran Daniel Fanego, Roberto Carnaghi, Juan Palomino, Ivana Zacharski, Carlos Kaspar y Mosquito Sancineto. Con este estreno y esta programación, Telerman, buscará revertir el pobrísimo desempeño que tuvo el San Martín antes de cerrar, cuando su responsable era todavía el director Alberto Ligaluppi.
Pese a que el gobierno de la Ciudad definió el acontecimiento de esta tarde como una “fiesta”, desde la comunidad cultural no parecen pensar igual. En su página de Facebook, el colectivo Escena Política publicó el martes una “declaración política” contundente. Allí sentenciaron: “La reapertura será en la calle porque el teatro no está en condiciones de abrirse. Festejan con elencos monotributistas contratados y un sinfín de alquileres que refrendan la terciarización sin límite. Sin que aún sepamos cómo y cuánto se gastó en las sucesivas licitaciones de la obra de refacción, se suma el derroche en esta fiesta cínica. Nosotras, personas que somos público y que defendemos lo público; nosotras, personas que producimos y disfrutamos la creación cultural social, advertimos en este festejo del Gobierno porteño la complicidad de una obra trucha. La reapertura del Teatro San Martín es una broma de mal gusto, una joda. Y el Rey está desnudo.”
Más allá de esta reapertura, sin embargo, todavía queda un pendiente para la gestión del Complejo Teatral de Buenos Aires. Y es que el segundo teatro en importancia de los cinco que lo integran, el Presidente Alvear, aún sigue cerrado hace hoy 1116 días, sin que ahí haya entrado todavía una persona a trabajar. Según confirmó el propio Telerman a este diario el pasado 13 de mayo, cuando anunció que el San Martín se inauguraría esta semana y que a esa meta se llegaba “cortando clavos”, allí “el proyecto está prácticamente concluido, pero la obra nunca empezó”. Según sus últimas declaraciones, el gobierno de la Ciudad planea reabrirlo el 25 de mayo del año próximo. Habrá que ver si dan los tiempos y los presupuestos, entre tanta demanda y obra sin hacer por parte del Ministerio de Cultura porteño (aún no se sabe cuál será el edificio del Conservatorio Manuel de Falla, ni cuándo se harán las mejoras en las sedes de la Escuela Metropolitana de Arte Dramático, ni cuándo reabrirá Polo Circo –ver aparte–, entre muchos otros interrogantes). Habrá que ver si ese 25 no llueve…