Desde Roma
La teóloga argentina Emilce Cuda fue nombrada el viernes por el Papa Francisco como Secretaria de la Pontificia Comisión para América Latina del Vaticano, rol que compartirá con el filósofo mexicano Rodrigo Guerra López que también es Secretario. Presidida por el cardenal canadiense Marc Ouellet, la Pontificia Comisión hasta ahora había estado a cargo sólo de hombres. Cuda fue nombrada en julio pasado como jefa de la oficina de esa Pontificia Comisión, un cargo inferior al de Secretaria. Pero el viernes el Papa decidió aumentar su responsabilidad.
“El Papa nos nombró juntos para que estuvieran representadas dos posiciones de América Latina, un varón y una mujer, el norte y el sur dado que mi colega es de México”, explicó Cuda en una entrevista con PáginaI12. Cuda se doctoró en Teología Ética en la Pontificia Universidad Católica Argentina donde trabajó como profesora. Enseñó además en la Universidad Arturo Jauretche y trabajó como profesora invitada en la facultad de Filosofía de la UBA y en universidades de Estados Unidos, como el Boston College y Northwestern University.
No es la primera vez que el papa Francisco abre puertas a las mujeres en el Vaticano. En agosto del 2020, sólo por dar un ejemplo, nombró a seis expertas en economía de distintos países como miembros del Consejo de Asuntos Económicos de la Santa Sede, encargado de asesorar y controlar la economía y las finanzas del Vaticano. Antes, en 2017 había nombrados otras mujeres, una como subsecretaria del Dicasterio de los Laicos, la Familia y la Vida y otra en la Subsecretaría de Relaciones con los Estados.
-¿De qué tendrá que ocuparse específicamente de ahora en más?
-Tanto mi colega Rodrigo Guerra como yo, hablamos con el cardenal Ouellet y le dijimos que nos parecía que la función original de la CAL (Comisión para América Latina, nombre reducido de la Pontificia Comisión para América Latina) que era solamente mantener una comunicación entre la curia romana y las conferencias episcopales latinoamericanas sobre temas de fe y religión, era limitado teniendo presente las encíclicas y documentos emanados por el papa Francisco. En todos esos documentos se da mucho impulso a lo que se conoce como la Doctrina Social de la Iglesia, es decir ocuparse de los problemas que atentan contra la Creación. Por eso pensamos que la Cal también tendría que extender sus funciones a la promoción del desarrollo integral de la región. En ese marco yo propuse tener un diálogo Norte-Sur, que no comprenda solo los países latinoamericanos sino también los de Norteamérica. Porque en esos países, sobre todo Estados Unidos, viven muchos latinoamericanos como inmigrantes que se vieron forzados a emigrar de sus propios países por razones económicas o socioambientales, entre otras. Por eso creemos que es importante abrir un diálogo Norte-Sur. El cardenal Ouellet estuvo de acuerdo y el papa Francisco también. Nos dieron su consentimiento para ampliar las funciones de la CAL que ahora no solo se ocupará de la fe y la religión sino también de abrir el diálogo Norte-Sur.
-¿Y cuáles serían los temas a tratar en estos diálogos?
-Yo creo que hay dos temas urgentes que hay que atender en Latinoamérica: el problema de la energía y el de la alimentación. Creo que es urgente prestar atención a las causas estructurales de las migraciones forzadas de personas. Porque esa gente no es que quiere irse a hacer turismo a otros países. Están forzados porque no tienen trabajo. Y esa migración tiene una causa estructural. En América Latina se vivía de las riquezas naturales. Pero ahora parece que no puede vivir más de sus riquezas naturales porque la explotación que se hace de ellas, va en deterioro del cuidado del planeta. Lo cual es cierto y los que están explotando esos recursos no son latinoamericanos sino empresas extranjeras. Vivir de las riquezas naturales es un derecho que tenemos. Dios nos las donó para que nosotros nos ocupáramos de manejar estas industrias. Pero para eso necesitaríamos una maquinaria avanzada a nivel energético pero no tenemos las condiciones económicas ni científico-tecnológicas para desarrollarlas. Bajo presión internacional vamos a estar obligados a comprar esas maquinarias a otros países y los latinoamericanos tendrán que endeudarse para pagarlas y otros países terminarán por llevarse esas riquezas.
-¿Y eso que tiene que ver con la CAL?
-Bueno dentro de la Teología, hablamos de Teología Económica. Y ésta no tiene que ver con la economía cotidiana sino que se ocupa de la administración de la Casa Común, de la Creación. Y nos compete a nosotros defenderla. Entonces no es la CAL quien va a hacer trabajos prácticos sino abrir el diálogo, como dijo el papa Francisco. “Poner la mesa”, como se dice, para que puedan sentarse a dialogar. ¿Quiénes? En primer lugar los estudiantes universitarios. Así podría empezar a desarrollarse, a nivel científico tecnológico, una colaboración entre las universidades del norte y del sur, que podrían elaborar proyectos que permitan un desarrollo para que el sur pueda vivir dignamente de sus riquezas naturales sin que éstas sean explotadas con técnicas anti ecológicas por países extranjeros. Nosotros no nos vamos a ocupar de eso, pero abrimos el diálogo. También abrimos el diálogo para ver cómo solucionar el problema de los endeudamientos de nuestros países. Este es un desafío que propuso mi colega Guerra. No se trata de hacer política ni economía, ni de buscar poder, pero tampoco de reducirnos al culto. El cristianismo es una teología que interviene ante el sufrimiento de la gente. La Cal va abrir puertas, facilitar el diálogo y ampliar nuestros canales de comunicación hasta América del Norte.
-El primer diálogo Norte-Sur está previsto para el próximo jueves ¿no?
- Si, es el próximo jueves y el Papa Francisco estará presente en vivo para hablar con los estudiantes universitarios. Participarán estudiantes de varios países de Latinoamérica además de Canadá y Estados Unidos. El tema principal serán las migraciones. Yo propongo que se intervenga en los programas de investigación de las universidades para que se estudien las causas de las migraciones y ver cómo generar trabajos, y cómo parar el desastre ecológico para evitar que la gente escape del propio país. Otros futuros diálogos podrían estar enfocados en la energía, en la producción de alimentos, en los transportes. La universidad no es la máquina para obtener recursos a fin de llevar adelante nuevos proyectos. Pero tiene en sus manos el saber, el conocimiento, tiene que recuperar la importancia de su lugar. Hoy hay financiamientos solo para el desarrollo de proyectos que son funcionales para las grandes empresas. Pero el diálogo podría encontrar otros caminos para producir cosas necesarias. Como por ejemplo calentadores solares para los barrios pobres. Que no valen nada, que a ninguna empresa le interesa porque no son rentables pero que serviría mucho a la gente de esos barrios.
-Pero después será necesario buscar inversores...
-Si pero de eso no se ocupa la CAL. Lo que queremos es darle visibilidad al tema, esta vez con la presencia del Papa. El jueves empezaremos con universidades católicas, jesuitas. Pero después la idea es seguir el diálogo con otras universidades.
-¿Es difícil para un mujer trabajar dentro del Vaticano teniendo una responsabilidad como la suya?
-No, no es difícil. No es difícil si uno es una mujer que ha tenido que penetrar antes otras estructuras . Es difícil en las Universidades también. ¿Cuántas mujeres rectoras de universidades conocemos en América Latina? ¿Cuántas mujeres dirigentes de empresas multinacionales vemos en el mundo? No es algo que tiene que ver con la Iglesia católica sino con el rol que se le ha dado mundialmente a las mujeres. Pero hoy la mujer está reaccionando a eso. También hay hombres que pelean para que las mujeres sean reconocidas. Las mujeres trabajan, trabajan mucho pero son invisibles. Cobran menos sueldo que los hombres aunque ocupen el mismo cargo. Pero ahora las mujeres se están abriendo camino en muchas instituciones