De acuerdo a un estudio realizado por el Centro de Datos de Hielo Marino de la Universidad de Boulder, Estados Unidos, el hielo marino antártico alcanzó el número de superficie más baja desde que comenzó el registro en 1979.
Los científicos comprobaron que el 21 de febrero el hielo marino obtuvo su extensión más reducida desde que se iniciaron las mediciones por satélite y esperan que se recuperen los niveles a partir de marzo.
El informe explica que esta reducción del hielo marino es récord, desplazando al número que había alcanzado en marzo de 2017. En ese momento habían registrado 2,1 millones de kilómetros cuadrados y el nivel captado este 2022 cayó a 1,9 millones de kilómetros cuadrados.
Asimismo datos satelitales que aportó la NASA aseguran que el casquete polar de la Antártida pierde masa tres veces más rápido ahora que en la década de 1990 y aquello contribuye al aumento global del nivel del mar.
Hay que tener en cuenta que la Antártida tiene un tamaño de 14.000.000 kilómetros cuadrados, con su hielo que la cubre en un 98 por ciento y sumado al hielo marino que la rodea. Es por eso que preocupa que la superficie de la extensión helada se haya reducido tanto.
"Lo preocupante es que la Antártida es el mayor espejo blanco de superficie que tiene la Tierra y sirve para rechazar la luz solar y evitar el calentamiento global. Es la principal ´heladera´ que tiene el planeta. Cuando el hielo marino que rodea al continente se derrite, esa superficie blanca que rechazaba el calor, ahora se transforma en azul, que es el agua, que lo atrae”, explicó Juan Manuel Lirio geólogo del Instituto Antártico Argentino.
En ese mismo sentido, especialistas afirman que el colapso climático es evidente en la región, con algunas partes de la Antártida calentándose más rápido que en cualquier otro lugar del planeta.
“Tengo 62 años, y hace 30 años que voy a la Antártida a hacer ciencia. Yo estudio lagos del norte de la península antártica, muy cercanos a las bases antárticas argentinas y vemos allí como los glaciares están retrocediendo y se forman cada vez más lagos, en cantidad y superficie”, sostuvo Lirio al portal Infobae.
Este martes también presentó un informe la Universidad de Santiago de Chile, en el que investigadores explican que además de los efectos del cambio climático, una de las posibilidades del derretimiento del hielo en la Antártida puede atribuirse al llamado carbono negro que producen los barcos, aviones y generadores diesel de las actividades turísticas. Esto se ve reflejado en algunas zonas en las que se derriten hasta 23 milímetros más de nieve cada verano.
Los expertos del Centro de Datos de Hielo Marino de la universidad ubicada en Colorado esperan que el hielo se vaya recuperando a partir de la segunda semana de marzo, ya que termina el verano austral.