Lorenzo "Toto" Ferro tira abajo cualquier estereotipo acerca de él y su generación desde un bar vetusto de Palermo. Café cortado de por medio, el actor y músico nacido en Buenos Aires en 1998 reflexiona sobre pasado y presente, música y actuación, fama y anonimato, juventud y madurez, aburrimiento y vértigo, compromiso y unipersonalidad, frente a la indiferencia de unos habitués añejos del lugar.
Solo luego de salir de ahí, un chico que venía cazando la oportunidad de tomarse una selfie logra abordarlo y llevarse su premio. Kiddo Toto sortea la situación con naturalidad, antes de colgarse los auriculares para musicalizar su inmersión urbana. ¿Quién? La invocación de su álter ego musical viene porque en diciembre, después de terminar la filmación de la última temporada de la serie Narcos, apareció su segundo álbum bajo ese seudónimo: Mansión helada.
Como en una hipérbole morrisseyana, en la tapa del sucesor de Re$friado (2019) este anti juglar del trap argentino reemplaza la espina en el costado por un cuchillo en el corazón, amplificando su don para lo coloquial y también para la metáfora. "Las cosas que te ponen en jaque siempre se agradecen", arranca el cantante. "En este disco le canto a la fama y como te puede agobiar. Y a una ex novia."
► Año nuevo, escenarios nuevos
Toto Ferro arrancó 2022 con "el Año Nuevo más aburrido" de su vida. Fueron a un campo con su papá, el actor Rafael Ferro; con su hermano Miguel, de 5 años; y con su amigo Lucas, con el que Toto hace sus videos. "Mi papá a las 11:30 ya estaba durmiendo, y con Lucas nos tomamos unos diclofenac que encontramos en esa casa, brindamos y nos quedamos dormidos. La lluvia del 1º de enero fue de las imágenes más hermosas que vi desde hace tiempo, me impactó. Fue un buen arranque de año, muy sencillo, a diferencia de otros."
--Casi lo comenzás con nuevo disco...
--A Mansión helada lo empezamos a hacer en 2019, y fue peligroso que se atrase tanto, más que nada por el contenido audiovisual que teníamos pensado. Mi miedo era que me dejara de gustar, y que me aburriera. Pero ya salió, la gente lo está escuchando, y lo que se viene ahora es hacerlo sonar en vivo.
Kiddo Toto repasará su segundo disco en la inminente edición del Lollapalooza local. Actuará el sábado 19/3, mientras que su amiga y colega Malena Villa lo hará al día siguiente. Será el debut de ambos en el festival, al menos desde el escenario.
--Malena dijo que la animaste a cantar. ¿Quién te arengó a vos?
--Nadie. Empecé a cantar por las competencias de freestyle. Andaba mucho en skate, y un día apareció un círculo con mucha gente. Me llamó la atención y a partir de ese momento competí. Estuve dos años haciéndolo. Me fui dando cuenta de que rapear me gustaba. En el colegio comencé a escribir canciones con pistas de YouTube; las grababa en el celular y se las mandaba por cadena de WhatsApp a mis amigos.
--Si ella es cantautora, ¿vos sos trapero?
--No sé si soy cantautor o trapero. Hago la música que me gusta, y eso puede ir deformándose. Depende de cómo me levanté ese día. Arranqué así, y estoy acá por eso. Pero cada día va evolucionando hacia otra cosa. Al mismo tiempo, las cosas que no se toman en serio van ganando fuerza para dar vuelta el tablero.
--¿Qué va primero: la música o la actuación?
--No sé. Es algo que estoy descubriendo todavía. Lo cierto es que apareció primero el rap, y además ahí puedo ser yo mismo, puedo expresarme con más libertad. En lo otro debo hacerlo bajo ciertos parámetros.
--Está eso de "el músico que se cuelga de la actuación" y viceversa...
--La gente puede llegar a pensar que es mi caso, pero muere ahí. Me parece que lo bueno sucede cuando uno lo hace con real dedicación. Al componer rap, lo hago agradeciéndoles a todas las canciones que me salvaron de la tristeza. Si ruedo un cortometraje, le agradezco al cine todo lo que me inculcó. Hay que entender que existe un compromiso con el hecho artístico.
► Amistades e influencias de un Kiddo
Entre los 13 tracks que componen el nuevo trabajo del músico hay dos interludios que destacan por su condición experimental y no superan los 40 segundos: Melingo, que tiene como invitado al ex Los Abuelos de la Nada; y Oniria, con participación del homónimo productor y beatmaker colombiano. Aparte de ellos y de Malena, el álbum incluye featurings con Violeta Recondo, Ilan Amores, Bizarrap y Louta.
--¿Cómo surgió la idea de esos interludios?
--The Life of Pablo, de Kanye West, es un disco fundamental para mí. Hay un tema ahí llamado Frank's Track, por Frank Ocean, y es un minuto grabándose él en el celular. Es una grabación que podría ser un hit, pero está hecha con un teléfono. Cuando escuché eso, me explotó el cerebro. Además lo tituló así sabiendo lo importante que es Frank Ocean. Me pareció interesante esa idea, y más con Melingo. Entrás por un título gigante, y termina siendo una cosita pequeña. Es más personal e íntimo. Es como una trampa de ratas.
--Bueno, "trap" es trampa. Igual, este disco está más cerca de Arca que del trap local. ¿Qué buscás?
--Me metí con el trap porque es la música que escuchaba, y era la que más me tocaba y me sacaba de los malos momentos. No me iba a poner a hacer bolero porque no me atraviesa el corazón. Y quería que el guachín que lo escuchara tuviera la misma sensación que yo cuando oía a Kanye West, por más que yo no sea de Atlanta -cuna del trap-. Tu propio sonido no es algo que te sale en tu primer disco. Arca hace trap, y le sale muy suyo.
--¿Y qué preferís entre el rap y el trap?
--Me gustan ambos. Pero lo que tiene el trap es su sonido robótico. Y el boom bap es algo que quemé de chico; Dano es un artista que está entre los mejores haciendo rap y boom bap en español.
--¿Y cómo te llevás con el rock?
--Me parece increíble. Lo descubrí luego del trap. Fui a ver a AC/DC a River, cuando tenía 12 años, y me encontré con una fiesta. Que Angus Young se saqué los calzoncillos es algo muy trap. Más allá del género musical, si la canción le está hablando a un Lorenzo del pasado, del presente o del futuro, me toca el corazón.
► Basado en ficciones reales
"Basado en la famosa película de Leonardo Favio." Así comienza el corto de 17 minutos que acompaña al nuevo álbum de Kiddo Toto, que cuenta con la participación de la actriz Cecilia Roth y la dirección de Federico Luis Tachella.
"Somos muy fans de Nazareno Cruz y el lobo, de Leonardo Favio, y queríamos rendirle tributo a esa película y a todas las que nos gustan en común: Un perro andaluz, Holly Motors y Reus. Existe una especie de chiste de dice que Nazareno Cruz es la segunda película más vista de la Argentina, luego de Relatos salvajes", retoma Toto. "El homenaje era para que fuera la más vista. Me parece que es mucho más representativa por el campo, el surrealismo y la fantasía. Habla mejor del pueblo."
--No sos un negacionista del pasado…
--Principalmente por mi padre, mi madre y mis amigos más grandes, que tienen ese pasado mucho más presente. Me nutrí mucho de eso, y es el mensaje que quiero dar. Es la cultura del sample. Me parece que negar el pasado es igual de cerrado que negar el presente. Estaría bueno que un youtuber apareciera en Twitch leyendo a Dostoievski, pero son cosas que no suceden. Todo lo que sabemos hoy, está en el pasado.
--Dijiste en una nota que "en el colegio no te enseñan a crecer". ¿A qué te referías?
--Eso quedó fuera de contexto. Es rara la educación. Pero a lo que me refería, y no tenía que ver con el colegio, es a que la gracia de la vida es que tenés que ir descubriéndola. Por eso es tan sufrida, al menos en mi caso. Sufrir es lo peor del mundo, pero es el único regalo que nos da la vida. Desde que nacemos, es todo un camino de retroceso hacia la muerte.
--Cuando actuás, ¿te pasó que el personaje se coma a la persona?
--No me pasó eso. Me parece que es más una ilusión de la gente. Actué en muy pocas cosas -el largometraje El Ángel, la serie El marginal-. Pero elijo no sólo por el personaje sino por todo lo que lo rodea. Es la experiencia 4D.
--¿Cómo fue actuar con Bad Bunny en la última temporada de Narcos?
--Fue como actuar con cualquier personas, solo que lo acompañaban 10 personas cuando venía al set.
--¿Le mostraste tu música?
--No le dije.
--Sos antípoda del perfil del trapero: nada de bling-bling.
--Lo único que tengo de bling-bling es un anillo de mi mamá cuando tomó la comunión.