Fue una cena atípica en casa de los Karhanyan. Anoche el presidente Alberto Fernández, acompañado por la legisladora porteña Victoria Montenegro y el diputado nacional Leandro Santoro, degustó platos típicos de la cocina armenia que Vardush Dativyan preparó para la ocasión, a pocas horas de que se cumplieran tres años de la desaparición de su hijo, el policía de la Ciudad Arshak Karhanyan. El presidente le explicó a la madre del joven la importancia de la visibilidad en este tipo de casos, y le dijo que por esa razón se encontraba con ella en ese momento, según pudo reconstruir Página/12. Además, tomó nota de algunos pedidos específicos que le hizo la mujer y expresó un par de promesas.
Mientras probaba el kebab y el ghapama, Fernández intercambiaba mensajes por WhatsApp con el ministro de Economía Martín Guzmán. Compartió la mesa el hermano de Arshak, Tigran. El mandatario volvió a ponerse a disposición de la familia, tal como había hecho cuando Vardush fue recibida en la Casa Rosada, en medio de la campaña electoral, también a instancias de Santoro y Montenegro. En las declaraciones posteriores hubo mención a la desaparición en democracia de Arshak, y a la responsabilidad del gobierno de la Ciudad en el esclarecimiento del grave caso.
Arshak Karhanyan tenía 28 años. Fue visto por última vez el 24 de febrero de 2019 luego del mediodía en un comercio donde compró una pala de punta, mientras estaba de franco. Al día siguiente su hermano Tigran fue hasta su casa, pero no estaba. Espero dos días e hizo la denuncia en la comisaría donde trabajaba Arshak y le dijeron que esperara hasta la madrugada del miércoles, el día en que regresaría a servicio después de su franco; pero nunca volvió a su trabajo. Este joven de origen armenio vivía solo en un departamento alquilado en Caballito, estudiaba ingeniería informática en la Universidad Tecnológica Nacional (UTN) y era miembro de la Policía de la Ciudad.
Una escucha judicial confirmó las irregularidades en los peritajes realizados durante la investigación del caso: dos policías del área de Cibercrimen de la Policía de la Ciudad (oficiales Flores y Méndez) hablan de un informe paralelo, diferente del que presentaron a sus superiores. El contenido del teléfono celular del policía desaparecido fue borrado durante su peritaje cuando, supuestamente “por error”, le colocaron el chip de otro teléfono. A pesar de los pedidos de la familia y las denuncias de irregularidades, el juez Alberto Baños rechazó que la secretaría de Derechos Humanos sea querellante y sus superiores determinaron que no se trata de una desaparición forzada. Así, el magistrado volvió a poner la investigación en manos de la Policía de la Ciudad.
Al cumplirse tres años de su desaparición, habrá actividades en su memoria. Su familia, sus compañeros y la comunidad armenia convocan a un acto en la esquina donde fue visto por última vez, avenida Rivadavia y Paysandú, en Caballito el jueves 24 a las 16. La UTN y la Asociación Cultural Armenia piden que quienes acudan traigan, además de su barbijo, carteles que digan “verdad y justicia por Arshak”.