Con organización de Centro Cultural Parque de España/AECID y apoyo de la Cooperación Española en Argentina, el Instituto Nacional de Teatro, el Institut Français d’Argentine y la Alianza Francesa de Rosario, Un océano entre escenas propone un ciclo de teatro contemporáneo a través de 8 obras provenientes de España, Francia y Argentina. El vínculo lo establecen temas compartidos: “el planeta, la extinción, la inmigración, las narrativas feministas, los universos distópicos y absurdos, la pregunta por los vínculos y la vida en las ciudades”.

Hoy a las 20.30 la función inaugural corresponde a The Very Last Northern Rhino (España), interpretada por el bailarín Oulouy, a partir del concepto y coreografía de Gastón Core, en un solo coreográfico que se pregunta sobre la posibilidad de la felicidad ante el caos del mundo. En su propuesta temática, la obra ofrece correlato con Distancia, de Jesús Nieto (Onírica Mecánica) (sábado 26 de marzo a las 16.15, 17.30 y 18.45; entrada gratuita con inscripción previa en la página del CCPE), propuesta española que piensa los nuevos modos tecnológicos y las relaciones humanas. Mañana a las 20.30 será el turno de Esta máquina no era dios, la obra que dirige Romina Mazzadi Arro con protagónicos de Elisabet Cunsolo y Paula García Jurado. La programación la anuncia de manera semejante –por sus “universos absurdos y distópicos que, al mismo tiempo, no están tan lejos de la realidad”– a El porvenir (viernes 4 a las 20.30 en el Túnel 4), la obra francesa que dirige Clément Bondu e interpreta Luz Quinn.

La posibilidad de volver a acercarse a Esta máquina no era dios es también la de recuperar el sentido de su puesta original –estrenada en 2019– a la luz de estos días. Como señala Romina Mazzadi Arro a Rosario/12: “Cuando terminé de escribir el texto, que fue muy rápido, le dije a las chicas: ‘hagan de cuenta que lo escribí en la década del ‘90’, porque parecía un texto viejo, tenía un giro absurdo, con esos diálogos de pregunta y respuesta, con personajes que no tienen nombre. ¡Pero cómo no iba a parecer un texto de los ’90, si estábamos atravesando el mismo proceso socio político!”. Los avatares sufridos durante los cuatro años macristas dieron sustancia y contexto a Esta máquina no era dios, a partir de la dupla que integran Elisabet Cunsolo y Paula García Jurado como una ministra y su contadora. “Los diálogos, las réplicas veloces, ese decir para no decir, a todo eso lo fui incrustando. Para mí, el discurso político nos ha robado mucho la posibilidad de ficcionar. Es tan mamarracho y estridente, que de alguna forma nos roba cierta posibilidad de superarlo. La obra transcurre en una oficina pública en donde la gente no hace absolutamente nada, en donde se desprecia al público. Ahora, dos años después de la pandemia, pensé en ver cómo me impactaría. Por supuesto que se resignifica, pero lamentablemente el discurso político sigue estando muy baqueteado, y sobre todo persiste la cuestión burocrática”, agrega.

En este sentido, hay un rasgo a destacar; según Mazzadi Arro: “A veces el estado es enemigo y a veces no, eso a nosotros nos cambia mucho el paradigma para producir. Cuando el estado es enemigo nos agrupa mucho, y cuando deja de serlo uno se posiciona distinto. Ahora tomó otro cariz y por supuesto que la obra evoca otros personajes, pero la situación absurda de la burocracia persiste, es increíble que todavía la estemos considerando en 2022. En su momento me inspiré mucho en la película Brazil. ¡Pensar que el cine futurista que veíamos en los ‘80 supo visionar la tontera burocrática y su pérdida de tiempo! Esa cosa que parece organizada para que nada resulte bien, rápido ni fácil. Ese fue un poco el anclaje”. La génesis de la obra tuvo que ver también con un hecho de suma importancia, como lo fue la compra de Espacio Bravo: “¡el escándalo burocrático que fue comprar la sala!, ¡lo que tuvimos que hacer en términos de tramiterío! Un poco nos basamos en eso, porque teníamos la plata y no podíamos comprar, se vencían papeles, boletas, facturas, una estupidez. Todo eso quedó plasmado, un poco como catarsis”, comenta.

Para Paula García Jurado, “cada vez que hacemos la obra me remite a cosas distintas. Para mí hay algo que la pandemia no ha movido, y es cómo el sistema nos traga, nos consume tiempo, nos enoja y nos gasta la energía. Pienso en situaciones concretas y personales: estoy intentando liquidar una deuda con Aguas Santafesinas y no puedo, llamás a un número y te manda a una página, entrás y te dice que pidas un turno, lo pedís y te dice que lo confirmes, pero no se puede. Hay algo en cada institución y organismo que hace que uno vaya perdiendo la energía inicial. En el caso de la obra lo hacemos desde una mirada más absurda o agrotescada, pero me parece que nos interpela a todos. Seguramente, desde el punto de vista del espectador surgirán nuevas lecturas”.

La programación de Un océano entre escenas se completa de la manera siguiente: la historia familiar y los avatares de la inmigración desde la española Habrás de ir a la guerra que empieza hoy, de Pablo Fidalgo Lareo (sujeta a reprogramación), y la rosarina Grotesca, suit criolla, de Hernán Peña y Cielo Pignata (Domingo 6 a las 20.30); y las historias de mujeres que conjugan la local Laurita tiene muchas cosas que hacer, de Ricardo Arias y Laura Copello (sábado 12 a las 20.30), y El coloquio de las perras (España), de Hernán Gené (viernes 11 a las 20.30). A todo ello se suma el Taller de teatro expandido y dramaturgias digitales que requiere de inscripción y dictará Jesús Nieto (Onírica Mecánica) del martes 22 al viernes 25.

Las entradas, de 400 pesos, están a la venta en boletería del CCPE (Sarmiento y el río) de miércoles a sábados de 16 a 20. Venta online en www.1000tickets.com.ar.