El 24 de febrero de 2020 Carlos "Bocacha" Orellano salió a bailar con amigos al boliche Ming ubicado en La Fluvial. Dos días después, su cuerpo apareció flotando sin vida en el río Paraná. Tenía 23 años. A dos años del hecho, familiares, amigos y personas allegadas, junto a diferentes organizaciones que les acompañan, hicieron una vigilia para recordarlo y exigir justicia. Por el hecho hay dos policías y dos personas de seguridad privada imputadas. "A nosotros ya nos tocó, ahora peleamos para que no les toque a los demás", dijo Edgardo, papá de Bocacha, el jueves por la noche. Hoy, desde las 17 en el lugar donde funcionará el futuro Puerto de Pescadores, arroyo Ludueña y el río, se realizará un festival con bandas en vivo y otras actividades.

El año pasado, dos policías y dos patovicas del boliche Ming fueron imputados por el fiscal Patricio Saldutti, quien acusó a los efectivos que cumplían adicionales, Gabriel Nicolossi y Karina Gómez, junto a Fabián Maidana y Emiliano López, de haber retirado con violencia al joven y haberlo acorralado y golpeado, forzando su caída al agua. Los cuatro quedaron en prisión preventiva. Poco después, la mujer quedó en domiciliaria, ya que tiene un hijo pequeño.

En una vigilia del jueves, familiares y personas allegadas a la víctima leyeron un documento en el que expresaron que "no hay olvido, descanso ni paz. Seguimos preguntando ¿qué hicieron con Carlitos?", y hablaron de "irregularidades". "Nos preguntamos ¿quiénes permitieron el borrado de las cámaras de seguridad? ¿Qué ocultaban las cámaras borradas del muelle?", cuestionaron, y volvieron a apuntar al dueño del local.

Según la imputación, Gómez de 41 años y su pareja, Nicolossi, de 38 años, están acusados por los delitos de incumplimiento de los deberes de funcionario público, falsedad ideológica de instrumento público agravada y homicidio simple con dolo eventual en carácter de coautores. En tanto, el jefe de seguridad del local, Maidana, y el custodio, López, quedaron implicados por el delito de homicidio simple con dolo eventual en carácter de coautores.

El fiscal les atribuyó el año pasado que "entre las 4.30 y las 5 de la madrugada, mientras se encontraban cumpliendo servicio de policía adicional y seguridad privada, los segundos, para el local bailable, luego de que la víctima fuera retirado del boliche y encontrándose todos los imputados fuera del mismo, ejercieron violencia física contra Orellano. Este hecho sucedió dentro del complejo La Fluvial, en cercanías al muelle 3, tras rodear a la víctima contra la baranda del río Paraná, aprovechándose de la superioridad física y numérica, lo golpearon, determinando con su accionar que Carlos Orellano salte las barandas de protección del muelle y caiga a las aguas del río Paraná, circunstancias que le provocaron el fallecimiento".

Tras ello, continúa la acusación, "la imputada Gómez dio aviso a la central de emergencias del 911 (a las 5.36 am) y a personal de Prefectura (aproximadamente 5.30 am) indicando el hecho pero omitiendo información. Luego todos los imputados se retiraron del lugar, sin brindar colaboración con las tareas de rescate de la víctima, impidiendo con su accionar que el personal de Prefectura Naval que concurrió tras el llamado, pudiera llevar adelante de manera efectiva las primeras acciones de búsqueda y rescate", señalo el fiscal.

El querellante Salvador Vera indicó que para el 23 de marzo está prevista una nueva audiencia para revisar las prisiones preventivas de dos de los acusados, e indicó que restan resultados finales de pericias telefónicas. Además, se espera informe ampliatorio de genética forense sobre rastros encontrados en el balcón terraza y baños del boliche.