Con un megaevento de cuatro días --a partir del 3 de marzo--, el Ministerio de Mujeres y Diversidad fortalece la visibilidad de las problemáticas de género, con vistas al 8M: “Es un hito, va a ser la edición más grande del encuentro, y la necesitábamos por estos años donde no los hubo, aquí hay una usina de actividades con charlas, artistas, movimiento, y estamos necesitando este debate, la discusión” asegura la ministra Elizabeth Gómez Alcorta, al presentar la tercera edición del Nosotras movemos el mundo.
En una entrevista donde analiza la complejidad del femicidio, la ministra apunta a “la desigualdad” entre las causa de todos los males en materia de género. Habla de desigualdades sociopolíticas y en ámbitos que van de lo laboral a la educación pasando por la salud. No casualmente este año la consigna para el evento es específica: “Nosotras movemos el mundo, hacia la igualdad”. Ese norte define la agenda 2022 de la gestión ministerial según explica Gómez Alcorta a Página/12.
--¿Sobre qué ejes trabajará esa usina que será Nosotras movemos el mundo?
--En cosas básicas, las más necesarias. Es el evento más importante a nivel cultural en el Gobierno nacional, desde el Ministerio de Mujeres y el de Cultura, porque entre el 3 y el 6 de marzo habrá actividades simultaneas en el CCK, Tecnópolis, y en la nueva sede del Ministerio (de Mujeres), en Cochabamba 54. A la vez, en las 23 provincias se llevan adelante y en paralelos actividades múltiples: conversatorios, muestras artísticas, ferias, más de 20 recitales, actividades para las niñeces, DJ, propuestas participativas. Es el gran evento de mujeres y el colectivo de la diversidad, donde este año queremos enfatizar que no solo movemos el mundo, sino también, hacia dónde queremos moverlo.
--¿Y hacia dónde apuntan?
--Queremos hacerlo en esta salida de la pandemia y en el marco de la recuperación económica, buscando que sea hacia la igualdad. No queremos volver al mismo lugar, sino avanzar hacia la igualdad. Eso nos guía. El evento permite visibilizarlo. Y es de una amplificación enorme porque hay actividades para todos los gustos, con reconocimientos a mujeres del área de la salud, de educación, con actividades internacionales semipresenciales con Dilma Rousseff por ejemplo. Año tras año nos pusimos metas distintas, cada vez más importantes. Y en eso estamos, andando.
--¿Cuáles es la dinámica de las actividades?
--Son múltiples y paralelas. Hay actividades nocturnas en La ballena (CCK), todo gratis y abierto al público. Muestras fotográficas, talleres para juventudes, conversatorios de cuidado, de feminismo popular, indígena, sindical, es imposible mencionar todo. Pero destacamos la posibilidad de ir a cualquier sede, a cualquier hora y encontrar actividades, algunas requieren adquirir entradas con anticipación, pero hay una agenda de recitales muy nutrida. Cada cosa suma: La ballena, las ferias feministas, las ferias de mujeres emprendedoras… es un espacio para encontrarnos, para gozar. Hablaba con las trabajadoras del evento y también lo viven como un espacio de disfrute, como tanto nos pesa las mujeres, a las lesbianas, a las travestis, el sometimiento del día a día, la falta de trabajo, el sostener los comedores… ante eso, la posibilidad de ir a un lugar a pensar, emocionarnos, disfrutar, es necesario. Y es valorado.
--¿Cómo evalúa el impacto de estas acciones en problemáticas como el femicidio, dado que los casos siguen en niveles sostenidos?
--Los datos oficiales del año pasado no están todavía, el registro de la Corte Suprema de Justicia, que es el oficial, no está, hay datos de distintos observatorios. Pero entendemos que van a estar estables, si tomamos como referencia que en 2020 hubo 252 víctimas.
--Las estadísticas de los observatorios registran unos 255 casos en 2021.
--Para analizar la problemática es necesario evaluar el proceso. Nosotras llevamos adelante políticas claras de prevención, porque el problema sobre femicidios, que es el principal tema del Ministerio, la principal cuestión de la agenda y la más dramática; no es un problema de seguridad; sino un fenómeno complejo. Y una de sus principales causas está vinculada a los enormes niveles de desigualdad. Se expresa de distintas formas. Cuanto el Estado menos interviene ante un pedido de ayuda, un llamado telefónico, una ida al municipio; en esa mala respuesta expresa que todavía vivimos en una sociedad machista, donde el rol de las mujeres se vincula a la crianza de los hijos y al matrimonio. Hay una patrimonialización de las mujeres en relación a los varones. Al ser tan complejo, al menos en los últimos 20 años la tasa de femicidios no baja.
--¿Eso explica que las demandas se mantengan pese a las acciones del ministerio?
--El femicidio está anclado en la sociedad donde vivimos, toda la vida nos mataron por ser mujeres. Suponer que en dos años y en una nueva institucionalidad como país va a cambiar un fenómeno estructural, sería subestimar el problema. Se necesitan transformaciones sociales, educativas, políticas. No hay lugar del mundo donde no haya femicidos. Pero en algún momento hay que dar un gran primer paso, eso fue la creación del Ministerio, con la decisión de jerarquizar un problema y ocuparse de un modo distinto de esto, porque todo lo que se había hecho antes no había funcionado.
--¿Cuáles son los ámbitos de trabajo en esa línea, desde lo cotidiano de la gestión?
--Trabajamos en todos los ámbitos a la vez. Para buscar que no haya desigualdad de género, el programas Acompañar asiste a 128.000 mujeres con salario mínimo y acompañamiento. Y sobre las malas respuestas de los organismos que mencioné antes, trabajamos con municipios y provincias en Consejos de Prevención para poner pisos comunes con las políticas de las provincias. Estamos mejorando las posibilidades estatales y eso es clave, también buscamos crear más áreas de genero municipales.
--¿Hay en agenda un registro de casos a nivel nacional, que no sea sólo judicial?
--Estamos trabajando a nivel federal y tendremos por primer a vez en la Argentina un sistema de gestión de la información unificada, para todos los casos del país. Para que cualquier persona, efector público, tenga la información pública, histórica.
--¿Y a nivel general, cómo llegan estas decisiones a la sociedad?
--Con muchas políticas culturales, las que estamos desarrollando para llevar adelante esa transformación, porque es cultural. Desde la Ley Micaela a los talleres de prevención. El Nosotras movemos al mundo, es una de esas políticas, es federal y permite poner en agenda temas como la desigualdad y las violencias.
--¿Ese será el objetivo para este año de trabajo?
--El objetivo inmediato es trabajar en la agenda de la igualdad; porque las violencias tienen como principal causa las desigualdades; en materia de trabajo, educación y salud. Esos son los ejes. Vinculados a la gestión social de los cuidados, a mejorar los regímenes de licencia parental, eso va a ser prioridad sin quitarle energía a las políticas de violencia.
--¿Cree que son eficaces dispositivos como la Ley Micaela o la ESI?
--Para nosotros la herramienta de Ley Micaela y la ESI se vinculan a la formación, una en la escuela con su gran masividad y la otra con los trabajadores y funcionarios de todo el Estado nacional, de toda provincia y poderes. Son dos herramientas estratégicas para una sociedad que nos enseña y socializa jerarquizando lo masculino y desvalorizando los roles de las mujeres y LGTB. Eso se aprende, no es natural, no es genético. Todas las herramientas vinculadas a la capacitación en un sentido contrario, es decir: que somos iguales y tenemos que tener los mismos derechos, son claves y estratégicas.
--¿Y cómo dimensiona el impacto de estas políticas?
--La ESI tiene quince años, Ley Micaela tres. El Ministerio de Educación ha priorizado la ESI y se capacita hoy a 50.000 docentes en ESI, y si se proyecta junto a Ley Micaela se llevan capacitados más de 100.000 empleados y 5.000 autoridades. Es enorme el paso que estamos dando y no se hace de un día para otro. Implica programas, capacitaciones de muchas horas, y un avance de mucho tiempo: los cambios demoran. Pero estas son herramientas estratégicas que permiten avanzar hacia esos cambios.
--¿Qué expectativas tiene con esta edición de Nosotras movemos el mundo?
--Será un megaevento cultural. En las dos ediciones anteriores pasaron 150 mil personas, así que este año; ya instalado como evento político cultural de debate, y después de dos años de actividades culturales restringidas; será muy masivo.
--El 8 hay movilización, la de la calle. ¿Tiene previsto ir?
--Todos los 8M voy. Ya antes de ser ministra estuve ahí, y siendo ministra también. La calle es el lugar que nunca hay que abandonar.