El ministro del Interior y Obras Públicas, Rogelio Frigerio, confirmó  que el Ejecutivo convocará a sesiones extraordinarias en el Congreso, aunque excluyó del temario de iniciativas a tratar la ley de Emergencia Social y Alimentaria. "Este proyecto de ley es solo una enunciación de objetivos", dijo el funcionario sobre la iniciativa que el miércoles pasado recibió media sanción del Senado y que establece la generación de un millón de puestos de trabajo y la mejora de los ingresos de las familias con menores recursos.

 "Va a haber llamado a sesiones extraordinarias", adelantó Frigerio, quien explicó que el objetivo primordial de la convocatoria es conseguir la aprobación del sistema de voto electrónico. El ministro precisó también que el llamado que hará Mauricio Macri incluirá el tratamiento del proyecto de ley para reformar el Impuesto a las Ganancias y la nueva ley de ART.

"Fue una marcha importante", reconoció Frigerio en diálogo con radio Mitre sobre la movilización que ayer realizaron al Congreso las organizaciones sociales junto a la CGT y a la cual adhirieron también las dos CTA. La manifestación reunió, según los organizadores, 200 mil personas y buscó ponerle presión al oficialismo que tiene la estrategia de cajonear la iniciativa para que no llegue a ser tratada antes de la finalización del período de sesiones ordinarias el 30 de noviembre.

La  magnitud de la movilización no modificó los planes de Cambiemos, que no tiene la emergencia social en su agenda. Frigerio aseguró que el bloque oficialista "no va a trabar el debate",  aunque remarcó que “el proyecto de ley plantea la creación de un millón de puestos de trabajo” y “lo que hay que discutir es cómo se hace, de dónde salen los recursos, si el Estado puede administrar eso o no, y si se pueden generar incentivos al sector privado". "Es una ley poco clara e incompleta, y a mi juicio no tan seria”, completó el funcionario.

Frigerio, en cambio, se mostró mucho más interesado en el voto electrónico, cuyo sanción quedó envuelta en dudas a partir de los planteos de la oposición y de expertos informáticos acerca de la vulnerabilidad que implica que las boletas lleven el chip que el Gobierno promueve.  El funcionario minimizó los riesgos en ese sentido y le atribuyó intencionalidad a las críticas. "Hay dirigentes –dijo- que les cuesta por temor al cambio, o porque no quieren perder las ventajitas”.