En la pared de un pasillo angosto quedaron estampados decenas de besos con labial recién aplicado. Tienen distintas formas y tonos de rojo y rosa variados; a la mayoría se le fue el brillo. Son los besos que dejaban las jóvenes explotadas sexualmente antes de salir a bailar en el caño en el prostíbulo VIP Madaho´s, de Mar del Plata, que funcionó estratégicamente pegado al Hotel Sheraton entre abril de 2007 hasta septiembre de 2014, cuando fue clausurado por la Justicia en el marco de una causa por trata de mujeres. “Dejar el beso era un código de autocuidado, las demás iban a estar atentas a que esa compañera volviera”, revela a Página 12 la activista travesti Agustina Ponce, vicepresidenta de la Asociación Civil por un Mundo Igualitario (AMI), entidad que trabaja hace tiempo en la lucha y difusión de los derechos de la comunidad LGBTIQ+. Hace un año la Justicia le cedió en custodia a AMI el localque ocupó Madaho´s. Con apoyo económico del Fondo de Mujeres del Sur, en ocho meses lo transformaron en un centro cultural y educativo. El collage de besos es parte de la memoria que quisieron rescatar y preservar para recordar lo que pasaba entre esas paredes.

Cuando las integrantes de AMI entraron por primera vez el local, cuenta Ponce, olía a podrido. Un caño cloacal estaba roto y chorreaba. Las paredes y las ventanas estaban cubiertas por espejos. El techo pintado de color bordó. El espacio estaba ambientado para que no ingresara luz desde el exterior y puertas adentro siempre fuera de noche.Todo estaba como cuando el pub, que encubría al burdel de alta gama, fue allanado en pleno funcionamientoel 19 de septiembre de 2014. Encontraron, por ejemplo,algunos pares de botas blancas, cortas, de los atuendos que tenían que usar las mujeres para ofrecerse a los clientes prostituyentes.

El día que fue clausurado la justicia encontró 25 mujeres en situación de explotación sexual. En el juicio abreviado que se acordó contra los dueños se acusó por los casos de 16 víctimas. Se trataba de mujeres que no tenían estudios secundarios completos, que eran madres de varios hijos que tenían que mantener sin recibir ayuda del padre y en general se encontraban transitando una difícil situación socioeconómica marcada por la falta de oportunidades laborales. En el allanamiento fue encontrado un “reglamento” que debían cumplir en caso de que hubiera una intervención judicial y que fue considerado como un intento de influenciar el relato de las víctimas ante eventuales interrogatorios.

Agustina Ponce y Claudia Vega, vice y presidenta de AMI, abren las puertas del legendario burdel para que Página 12 conozca su reconversión. Hoy el salón tiene las paredes y el techo de color blanco y el piso claro. Sobre una repisa angostase apoyan retratos pintados de las pioneras activistas trans, LohanaBerkins y Diana Sacayán; una fotos de Agus Ponce de hace varios años con ambas y otra de Evita. Las ventanas fueron reabiertas y permiten que entre la luz natural y a lo lejos se vea el mar. En la puerta de ingreso por la calle Vieytes, ya no está el tradicional cartel dorado con en nombre del prostíbulo. La madera, que antes era brillante fue lavada y está sin barniz y lleva una bandera LGBTTIQ+ hecha por artistas locales en mosaicos. También la persiana metálica exterior lleva los colores del arcoíris.

La vitrina donde se guardaban bebidas alcohólicas es ahora biblioteca. Las copas que se usaban en el boliche nocturno son las mismas con las que ofrecen agua a la cronista. “Quisimos resignificar algunas de las cosas que encontramos y dejar la pared con los besos como memoria del lugar”, agrega Vega,activista lesbiana y maestra mayor de obra. En el baño quedóun teléfono público de la empresa Telefónica, un modelo de los más modernos que se usaron, de líneas rectas, que --cuentan-- era el contacto de las mujeres explotadas sexualmente en el burdel con el exterior.

La vecindad del edificio de departamentos que se eleva sobre el local, en la esquina de Alem y Vieytes, en ese barrio residencial de Mar del Plata, mira a las nuevas ocupantes con desconfianza, apunta Vega.

¿Qué pasó con los dueños del prostítulo?

La causa judicial que se inició por trata luego fue recaratulada por una figura penal menor y tres de los dueños de Madaho´s(Mario Alejandro Lafalce, Daniel Alberto Fay, Mario Alberto Sasiain) fueron condenados en juicio abreviado a penas de 3 años de prisión de ejecución condicional como coautores del delito de explotación de la prostitución ajena. Y uno, Antonio Darío Navarro, fue condenado por el mismo delito pero como partícipe secundario, a la pena de 1 año. En otra causa, otras diez personas vinculadas a la explotación comercial del burdel enfrentarán un juicio oral y público por lavado de activos de al menos 16 millones de pesos. En esa trama, el excamarista marplatense Jorge Ferro fue procesado por distintos delitos relacionados a la corrupción, tras lo cual renunció a su cargo en el tribunal federal.

La cesión en custodia del lugar que ocupó Madaho´sse produjo como resultado de un pedido del Ministerio Público Fiscal, con la intervención del fiscal general de Mar del Plata Daniel Adler, la Procuraduría de Criminalidad Económica y Lavado de Activos (PROCELAC) y el área de Recuperación de Activos y Decomiso de Bienes de la Procuración General de la Nación. Todos esos organismos habían pedido el embargo preventivo y que se le dé intervención a la Agencia de Administración de Bienes del Estado (AABE) para que articule la entrega provisoria a una entidad pública o asociación civil, con el fin de conservar el valor del inmueble. Finalmente, el juez federal Santiago Inchausti, hizo lugar al pedido y estableció que en caso de obtenerse alguna ganancia por su administración se debe entregar en favor del Fondo Fiduciario del Consejo Federal para la Lucha contra la Trata y Explotación de Personas y para la Protección y Asistencia a las Víctimas (Ley 27508) “en miras de garantizar en primer término la efectiva percepción de las indemnizaciones y restituciones que correspondan a las víctimas”.

Entonces, AMI se presentó ante el AABE y pidió el uso del inmueble --clausurado en 2014-- y lo recibió en enero de 2021 luego de presentar el aval de 22 instituciones, organizaciones sociales, políticas, gremiales y sindicales, entre las que se encuentran las CGT Mar del Plata, APU de la Universidad Nacional de Mar del Plata, Asociación + Salud, Aldeas Infantiles, el Consejo Local de la Niñez y Adolescencias, ATE, la Multisectorial de la Mujer de Mar del Plata y el Centro de Atención a la Mujer Maltratada (CAMM). La resolución del juez Inchaustifue dictada en el marco del proceso penal que se lleva adelante por el lavado de activos provenientes de la explotación sexual, en el que el MPF ya formuló el requerimiento de elevación a juicio.

El día que Página 12 visitó el lugar, un grupo de mujeres lesbianas participaban de una reunión para organizar las actividades para el #7M,Día de la Visibilidad Lésbica, fecha que conmemora a Pepa Gaitán, asesinada a quemarropa por el padrastro de su novia.Charlas y talleres son parte del abanico de propuestas que ofrece el lugar. El 14 de enero, fuera de esa agenda, se celebró la fiesta de casamiento de Cinthia, una compañera trans, con su pareja, Diego.

AMI acompaña a niñes, adolescentes y personas adultas trans en el proceso de rectificación de datos y tramitación del DNI acorde a su identidad autopercibida, entre otras actividades. Durante la pandemia, en el marco de un proyecto financiado por el Fondo de Mujeres del Sur, se encargó junto con otras organizaciones sociales de Mar del Plata, de entregar ayuda humanitaria, comida y productos de higiene personal, a unas doscientas personas, la mayoría trans en situación de prostitución, que se encontraban sin sustento en el marco de las medidas de aislamiento social preventivo impuestas por el Gobierno por la covid-19

De la calle a la municipalidad

Agus Ponce trabaja como operadora en violencias en la Dirección de Políticas de Género de la municipalidad local.Hace años vienen militando por el cupo laboral trans. Pudo terminar el secundario en una escuela nocturna a los veintipico de años, después de salir de la prostitución cuando la ayudó “un amor”. Estudia Derecho y es vicepresidenta de la Asociación por un Mundo Igualitario. Llegó a esta ciudad balnearia hace unos 18 o 19 años para una temporada de verano, dice. “Vine a pararme a la (avenida) Luro. Tenía unas amigas que había conocido en la vieja Godoy Cruz, en la zona roja de Palermo. Yo paraba en Godoy Cruz y Soler. Y conocí maricas de acá con las que me hice compinche. “Loca porque no te venís una temporada”, me dijeron. Y me vine y nunca más volví a Buenos Aires. Armamos familia. Hoy ya la mayoría de ellas murieron. Queda una sola viva, la Maju, que está en el Ministerio de Mujeres, Géneros y Diversidad, y yo. La Carito, la Guada… a todas ellas las hemos dejado en el camino. Lo que hacemos es militar para darle el brazo a torcer a esa muerte que tenemos instalada y tan naturalizada y que tiene que ver con un conjunto de expulsiones y naturalizaciones que claramente inicia en muchas de nosotras en la primera institución que nos enseñaron que es la familia y después todas las demás, donde la sociedad es parte y el Estado es responsable, como decimos, de que hoy las travas se sigan muriendo a los 35 o 40 años a pesar del abanico de leyes que hemos conquistado:significa que hay una alta responsabilidad del Estado por tantos años de exclusión, de miseria y de hambre. En Mar del Plata, el año pasado se murieron cuatro compañeras y no por Covid; y en lo que va del 2022 en todo el país van 12”, cuenta a Página 12.

--¿Cuántos años estuviste en prostitución en la calle? --le preguntó este diario.

--Tuve períodos: En Palermo, alrededor de cinco años, desde chica hasta los22 años que me vine a Mar del Plata. Acá estuve cuatro años hasta que conocí en ese momento el amor, me enamoré y él me ayudó a salir de la calle, y ahí pude terminar el secundario, que lo tenía pendiente. Había llegado hasta 7° grado.

--¿Cómo te trataron en el secundario?

--Empecé a los 23 o 24 años en la Escuela Media N° 8 de Mar del Plata y terminé en una nocturna, en un bachillerato para adultos, donde me recibieron en general bien, estamos hablando de antes de las leyes de Matrimonio Igualitario e Identidad de Género. Y una iba militando en esos espacios casi sin darse cuenta. Obviamente encontré mucha resistencia, no por parte de la dirección ni de mis compañeras y compañeros pero sí de algunos docentes que hacían circular el nombre que tenía en mi documento en una hoja para firmarla. Yo iba y les decía: “Mire por ahí no se dio cuenta: yo soy travesti, mi nombre es Agustina”. Y me decían que no se había dado cuenta pero la clase siguiente hacía lo mismo. Por suerte, pude tener contención afuera para poder sostener ese espacio y lo pude terminar.

--¿Qué te pudo salvar a vos de esa muerte temprana que signa la vida de tantas personas trans?

--Siempre pude rodearme de amor. De muy chica vagando por la calle conocí a una torta que se murió el año pasado, que era una gran amiga pero hizo las veces de mi madre, que me traía de la noche y me sentaba en un bar y me decía: “tenés que estudiar, tenés que hacer esto, tenés que hacer aquello”. Después me fui vinculando con gente que me mostraba otra realidad porque la noche a lo que te lleva es a pensar que es la única realidad posible. Las que hemos compartido esquina y hoy estamos vivas es porque estamos incluidas en el mundo del trabajo formal. Es una historia que se repite.

--¿Qué recuerdos tenés de cuando te parabas en la calle?

--El estar mirando con quién se subió una compañera ¿Cómo era el auto? ¿Quién estaba dentro? La calle es brutal. Si ahora me pasa un auto cerquita se me eriza la piel, me cambia la forma de caminar. Eso tiene que ver con cosas que vivimos en la calle. Yo no puedo pensar a la prostitución como un trabajo. La recuerdo como violencia. No como otra cosa. Entiendo que hay compañeras que no puedensalir del estado de prostitución, por esta exclusión de la que venimos hablando y encuentran asíun modo sobrevivir y un modo también de encontrarse en la prostitución. Cuando yo estaba en la calle no salía todas las noches con un látigo y me pegaba en la espalda y decía, “soy prostituta,¡qué triste!”. Me ponía extensiones hasta la cola, la mejor tanga, los mejores tacos, y salía divertida de la calle y es la forma que encontramos de sobrevivir, porque si no es tremendo.