En un partido polémico, con una interrupción durante 20 minutos por el agua sobre el césped, Independiente y Boca igualaron 2-2 en un clásico que dejará mucha tela para cortar por las decisiones del árbitro Facundo Tello. Boca estuvo dos veces en ventaja, pero no lo pudo sostener cuando se quedó con 10 por la expulsión de Fabra.
El arranque fue parejo, con la clara intención de Independiente de presionar bien arriba para que Boca no pudiera manejar el balón. Con esa estrategia, el conjunto de Eduardo Domínguez neutralizó a su adversario, aunque la superpoblación de mediocampistas le impidió tener profundidad en los últimos metros. Sin embargo, cuando el desarrollo lucía trabado, una avivada de Villa y un error de Lucas Rodríguez cambió el panorama: el colombiano punteó una pelota que estaba perdida y el defensor se lo llevó puesto. A Benedetto no le importó si era justo o no y convirtió con un derechazo a la derecha de Bacchia.
El gol de Boca picó el partido, porque Independiente se puso nervioso y comenzó a jugar con mayor intensidad. En ese contexto, Insaurralde le pegó una piña en la cara a Villa, pero para el árbitro Tello sólo significó una amonestación. Lo mejor para Independiente es que en ese clima caldeado pudo empujar a su rival y generó una serie de corners que derivaron en el empate. Rodríguez se reivindicó con un gran centro que Barreto cabeceó hacia el medio para que Togni igualara casi llevándose la pelota por delante. Boca protestó una mano previa de Batallini que el árbitro no vio.
Con el juego empatado y tras el desgaste inicial, Independiente aflojó un poco la presión y permitió que Boca manejara mejor la pelota, con la preponderacia de Pol Fernández. Y gracias a la jerarquía de Benedetto se fue en ventaja al descanso gracias a un zurdazo al ángulo, después de una pelota muerta en el área del rojo.
Independiente llevó la iniciativa durante buena parte del segundo tiempo, aunque sin generar mayor peligro, hasta que otro error de Tello cambió la historia: Fabra cometió una falta común a Batallini y recibió la segunda amarilla. A partir de ahí Independiente se mandó con todo arriba, con los cambios ofensivos de Domínguez y con la lluvia intensa que le puso otro dramatismo al juego. Y en la probablemente mejor jugada colectiva del partido, Soñora apareció por el segundo palo para desviar un centro de Rodríguez y sellar el empate.
Con una cancha intransitable, con charcos que funcionaban como grandes defensores, el juego se desvirtuó totalmente. Tanto que Tello frenó las acciones durante 20 minutos, aunque nada pasó cuando se reanudaron los últimos seis minutos.