La ficción de la convertibilidad se rompe en mil pedazos. Las consecuencias del modelo económico duelen en el cuerpo social: hiperdesocupación del 18,6 por ciento; 13.400.000 pobres y 3.200.000 indigentes. Corrupción, derroche, vulnerabilidad, un cóctel explosivo. Los maestros, los empleados estatales, hasta el llamado “campo”, se movilizan contra la política económica. “Justicialista fue Perón. Menem marginación”, resume un cartel de fondo amarillo y letras negras en una de las páginas del libro Menem lo hizo, el tercer volumen de Tapas que hacen historia, que abarca el segundo gobierno de Carlos Menem, publicado por Editorial Octubre. La colección que Página/12 inauguró con La casa está en orden (el gobierno de Raúl Alfonsín) y continuó con Síganme, no los voy a defraudar (la primera presidencia menemista) se extenderá hasta el gobierno de Mauricio Macri.
El próximo 26 de mayo Página/12 cumplirá 35 años. La idea de esta colección, “la historia reciente de un país contada a través de las tapas de un diario”, fue de la periodista y diputada Gisela Marziotta. El director general del diario, Hugo Soriani, se encarga de la dirección del proyecto y la edición final, mientras que para este tercer tomo trabajaron en la selección primera de las tapas las periodistas Ana Paoletti y Melisa Molina. Los prólogos de todos los volúmenes son de María Seoane. El equipo detrás del libro se completa con el director de arte y fotografía, Daniel Flores.
“Recorrer los dos tomos de la colección que corresponden a la década menemista es un ejercicio necesario para comprobar una vez más la terminación de la obra iniciada por Martínez de Hoz desde el ministerio de Economía de la dictadura”, recuerda Soriani. “Cavallo y Menem construyeron una matriz devastadora que dejó al país destruido y cuyas consecuencias se siguen sintiendo hoy”, subraya el director general del diario. “Ver las tapas de aquellos años es algo que sigue causando sorpresa e indignación. Es un ejercicio necesario también para las nuevas generaciones, porque a través de las tapas se aprende de un modo diferente, ágil y profundo parte esencial de la historia política, social y cultural de la Argentina en esos diez años nefastos”, reflexiona.
Deuda interna
"La impudicia de la década menemista y las consecuencias sociales empezaron a sentirse a poco de comenzar el segundo mandato de Carlos Menem, cuando ganó las elecciones con el 50 por ciento de los votos. En esa ocasión --recuerda Seoane en el prólogo--, las críticas de buena parte de la sociedad por la corrupción y el derroche no alcanzaron para que la otra mitad de los argentinos estuviera dispuesta a un cambio que pusiera en peligro la ficticia estabilidad económica, el ancla de la convertibilidad, porque la mayoría estaba endeudada en dólares. A ese voto conservador se lo llamó ‘voto cuota’”.
Una de esas consecuencias sociales está explicitada en la tapa del 20 de julio de 1995: “La Hiperdesocupación”, tituló este diario; un tema que se prolongará en otras tapas, como la del 29 de junio de 1996; en apenas un año “se destruyeron 80.000 puestos de trabajo” y 3.600.000 personas tiene problemas laborales. “El récord que faltaba”, la tapa del 11 de agosto de 1998, se refiere a que la concentración del ingreso llegaba al punto más alto en la historia. El 10 por ciento más rico ganaba entonces 24 veces más que el 10 por ciento más pobre.
El cuadro no podía ser más desolador. “Mientras los nuevos ricos de la clase política seguían con su fiesta, acumulaban cuentas bancarias en Suiza o en paraísos fiscales -advierte Seoane-, los números indicaban que la deuda externa de la Argentina se había duplicado en una década, la desocupación seguía trepando y tenía picos que se acercaban al 19 por ciento, seis de cada 10 argentinos no tenían cobertura previsional después de la entrega del sistema jubilatorio al sistema financiero privado denominado AFJP, la cobertura de salud de la población había disminuido y las obras sociales y sindicales y los hospitales públicos estaban desfinanciados y en muchos casos al borde del colapso, y la franja más rica de los argentinos recibía 46 veces más que la pobre”.
Inolvidables
“La casta menemista es como López Rega”. La frase la dijo el gobernador de Santa Cruz, Néstor Kirchner, en un reportaje exclusivo, el 20 de enero de 1996, en el que acusó a los “gerentes del poder” -Corach, Kohan, Bauzá y Eduardo Menem- de usar el terror, la compra de conciencias, para acallar las disidencias internas.
Hay tapas inolvidables por el modo en que Página/12 supo captar un tiempo político marcado por los escándalos de corrupción y el deterioro de la situación socioeconómica a través de la irreverencia gráfica de las caricaturas y fotomontajes y del periodismo de investigación como principales aliados. Para Nora Veiras, directora periodística del diario, hay tapas que “fueron pioneras de los memes”, como en “Roque manos de Tijera”, una referencia explícita al film dirigido por Tim Burton, El joven manos de tijera, que condensa la amenaza del ministro de Economía, Roque Fernández, de recortes de hasta mil millones en obras públicas. El FMI reclamaba, en noviembre de 1997, la reforma laboral y fiscal “cuanto antes”.
A la foto de Videla con el traje a rayas de presidiario se sumó una frase que lo decía todo: “Dios existe”. El título del 10 de junio de 1998 es como una luz en el camino de la lucha contra la impunidad: ocho años después del indulto, Videla volvía a ser detenido por la sustracción de cinco niños durante la dictadura. Lo que entonces parecía imposible comienza a revertirse: represores y genocidas son citados a declarar en distintas causas y quedan detenidos.
En noviembre de 1998 ocurre lo mismo con Massera y su gesto adusto, desde la portada del diario, también con el traje a rayas. “Para siempre nunca más” fue la manera de dar cuenta del fallo histórico por el que la Justicia declaró inconstitucional el decreto de Menem que ordenaba demoler la ESMA. Otro hecho memorable: “A la basura”, con la foto de Astiz tachada con una cruz, el 24 de enero de 1998. Menem lo echó de la Marina porque con sus dichos “afectó” el prestigio de la Armada. Una semana antes “El Ángel de la muerte” había hablado por primera vez: reconoció que en la represión ilegal hubo secuestros, torturas y miles de asesinatos, hasta de bebés, y aseguró que estaba entrenado para asesinar aunque ahora “no quiere hacerlo”.
Otro hito fue que Augusto Pinochet tuvo que comparecer ante la Justicia en Londres por sus crímenes. El 98, visto en retrospectiva, fue un año que marcó un antes y un después. Casi como regalo de navidad, el 30 de diciembre, aparece uno de esos titulares para leer una y otra vez: “Acosta está en su jaula”. Después de una negociación con la Marina, se entregó el genocida Tigre Acosta. Ante la Justicia, reconoció que hubo nacimientos en la ESMA y quedó preso en Campo de Mayo. Reynaldo Bignone, el último presidente de la dictadura, también quedó preso, acusado de robo de bebés, como se informa en la portada del 21 de enero de 1999.
Canción con todos
Domingo Cavallo, que denunció la connivencia del gobierno que integró con el oscuro empresario telepostal, Alfredo Yabrán, renunció a fines de julio de 1996. “Despedido” fue el título elegido para informar la salida del superministro de Economía, que había sido director del Banco Central en 1982. Yabrán volvió a estar en foco cuando fue acusado del asesinato del fotógrafo José Luis Cabezas. La exesposa de Gustavo Prellezo, el principal acusado, aseguró, el 16 de mayo de 1998: “Yabrán ordenó matar a Cabezas porque le molestaban las fotos”. Cuatro días después el empresario se suicidó en una estancia de su propiedad, ubicada en la provincia de Entre Ríos.
La profundización de la precariedad y la amenaza de una segunda reelección logró activar a la oposición política y social. Entonces llegó el primer paro masivo en todo el país, el 8 de agosto de 1996, el más importante desde que Menem asumió el poder, el principio del fin de la hegemonía menemista. “Plaza y media” es el título que registra "la mayor concentración gremial de los últimos veinte años". Los movimientos de desocupados y piqueteros se organizaban para luchar contra las políticas neoliberales.
Teresa Rodríguez fue asesinada en Cutral-Có, en abril de 1997, durante la represión contra los docentes, un asesinato que sigue impune. La movilización se multiplicó; miles de pobladores de Tartagal cortaron las rutas en reclamo de trabajo y lo mismo hicieron sus pares en Córdoba. En abril se instaló la Carpa Blanca frente al Congreso Nacional para reclamar por el aumento de los fondos destinados a la educación. Página/12 reflejó, en diciembre del 97, la inmensa multitud, más de 50.000 personas que cantaron con Luis Alberto Spinetta y Divididos, entre otros músicos, en respaldo a la educación pública, con un gran titular: “Canción con todos”. Un año después, para el primer aniversario de la Carpa Blanca, los docentes realizaron un paro masivo y decenas de miles marcharon de Congreso a Plaza de Mayo. La picardía (o la ironía) emerge en el “Presente, señorita”, el título del 12 de mayo de 1999 para el paro y la masiva marcha a Plaza de Mayo en defensa de la educación.
Volver a empezar
En el plano electoral la oposición política se aglutinó en la Alianza, que reunió a la fuerza de centroizquierda encabezada por Carlos Chacho Álvarez con el radicalismo. De la Rúa-Álvarez fue “La Fórmula” que anunció el diario desde la portada al cubrir la interna de la Alianza, el 3 de diciembre de 1998. Los temas de la coyuntura fueron analizados por firmas como las de José María Pasquini Durán, Osvaldo Soriano, Antonio Dal Masetto, Juan Gelman, Miguel Bonasso, David Viñas, Julio Nudler, Marcelo Zlotogwiazda, José Pablo Feinmann, Horacio González, León Rozitchner, Osvaldo Bayer, Eduardo Galeano, Sandra Russo, Andrea Ferrari, Juan Sasturain, Martín Granovsky, Ariel Dorfman, Eduardo Pavlovsky, Mempo Giardinelli, Mario Wainfeld, Eduardo Aliverti, Horacio Verbistky, Luis Bruschtein y Raúl Kollmann.
Otra tapa antológica, el 9 de diciembre de 1998, es “La última cruzada”, donde se ve a Menem con el atuendo de un obispo. En su afán por mostrarse un abanderado contra la despenalización del aborto creó por decreto “el día del niño por nacer”. Lo interesante del libro, como si fuera un “elige tu propia tapa”, es que permite poner en serie, o en diálogo, distintas portadas. “Yo tuve un aborto”, declaró Zulema Yoma, el 16 de septiembre de 1999, para denunciar, a su manera, la “gran hipocresía” de los sectores que se oponían al aborto. “Volver a empezar”, se lee en la portada del 25 de octubre de 1999, ante el arrasador triunfo electoral del que sería el primer gobierno aliancista de la historia, con casi el 50 por ciento de los votos, con un discurso que prometía terminar con la corrupción y ocuparse de dar trabajo, salud y educación a los argentinos. “La esperanza duró poco porque nada de esto sucedió”, concluye Seoane.