A quince años de la sanción de las leyes de ESI -Ley Nº 26.150 Programa Nacional de Educación Sexual Integral y de la ley 2110 de Educación Sexual Integral de la Ciudad-, la producción de materiales que dan herramientas, para seguir trabajando en esa dirección en la escuela pero también en casa, fue abundante. Ejemplo de ello son cuatro libros que, desde distintos enfoques, miran la ESI para evaluar su aplicación pero también para mejorarla con pautas para el trabajo en las aulas y reflexiones para todos los ámbitos. Se trata de ESI: pensares, recorridos y desafíos, cuya compiladora es la legisladora Laura González Velasco y fue publicado por la Legislatura porteña; Las mujeres cuentan, las niñas también, tesis de maestría de Antares Dudiuk publicada por la editorial de la Universidad Nacional de la Plata; Vaivenes de la ternura. Esi en el Nivel Inicial, de Liliana Maltz (Noveduc Libros), y Géneros y psicomotricidad, de Mara Lesbegueris (Editorial Biblos) que aborda los cuerpos en clave feminista a través de su experiencia como psicomotricista y docente de educación física.
Para muchos todavía la sigla ESI sigue siendo un misterio o un cuco. Una parte de la comunidad docente considera al “sexo” como sinónimo de “sexualidad” y a la educación sexual integral como “clases de sexo”; y lo mismo pasa con padres y madres. De hecho una de las dificultades en la implementación de la ESI es que les adultes –docentes, padres, madres- no hemos trabajado nuestra sexualidad. De educación sexual integral sabemos poco aunque hayamos tenido sexo, amado y cuidado toda la vida. Ejemplo de esto es el “escandalo” mediático que se armó a raíz de la compra de penes de madera por parte del Ministerio de Salud de la Nación. Más allá de estos problemas, o aún a pesar de ellos, está probado que cuando la ESI llega a las vidas de niñas, niños y adolescentes tiene la potencia de provocar cambios profundos.
De estas cuestiones y muchas otras hablan los libros citados; textos que además vienen a enriquecer las posibilidades de abordaje de la ESI por parte de docentes y cualquier persona interesada en ampliar sus horizontes en temas que hoy, aun superficialmente, son parte del día a día en cualquier charla de sobremesa.
Las mujeres cuentan, las niñas también. Para explorar la situación de la ESI en las escuelas, Antares Dudiuk decidió centrar su atención en el nivel inicial, el más difícil por ser el más resistido, justamente por los desconocimientos y prejuicios que señalaba antes. Su recorrido dio cuenta de que si bien el Diseño Curricular (DC) era de avanzada en términos de derechos humanos e igualdad de género, el lenguaje seguía siendo predominantemente masculino, lo que invisibilizaba a las niñas, mujeres e identidades disidentes. Las maestras y directoras hablaban todo el tiempo en un masculino genérico (los nenes). Esa manera de no nombrar a las nenas, las ubicaba como punto de partida en un lugar de inferioridad. Luego señaló algunas prácticas que no solo no cuestionaban estereotipos de género sino que los reproducían, como el hecho de que se dividiera las filas según el sexo, que se asociara el color rosa con lo femenino e incluso se burlara a algún varón que elegía algo de ese color o se ubicaba en la fila incorrecta.
Además, Dudiuk llamó la atención sobre el hecho de que los juegos eran guiados más o menos sutilmente: las nenas a la cocina, a jugar con princesas o con las cartas de Hello Kitty y los varones a jugar a los superhéroes, con los ladrillitos y las cartas del hombre araña. Incluso cuando había “juego libre” los estereotipos de alguna forma se reproducían y algunas maestras decían que era “innato” por ejemplo que las nenas quisieran jugar a las mamás pero no hacían nada por promover intercambio de roles.
En 2015 las docentes recibieron una capacitación sobre educación sexual integral y luego fueron entrevistadas en profundidad por Dudiuk. El cambio que se produjo en ellas fue muy importante. Muchas, incluso aquellas que se resistieron a tomarla, contaron que les “abrió la cabeza”. Tuvieron que formarse en ESI para darse cuenta, como lo expresó una docente que “los/as primeros/as que dicen que algo es de “nenas” o de “nenes” son las/los docentes”. Pudieron tomar conciencia “de que en los/las docentes del nivel inicial recae una gran responsabilidad porque, si bien son quienes comienzan a generar actividades estereotipadas, son también quienes pueden generar espacios de libertad de elección, de juegos libres de estereotipos”, apuntó Dudiuk.
ESI: pensares, recorridos y desafíos. A 15 años de las leyes de Educación Sexual Integral invita a pensar y repesar la ESI, de la cual Laura Velasco participó como ideóloga y compiladora. A través de distintos textos escritos por especialistas y referentes en la materia, el libro invita a revisar “el binarismo y la hetero-cis-norma; a reflexionar sobre lo que falta en formación, presupuesto y aplicación; y a hacer ESI más allá de la escuela. ESI en todos lados para romper cuanto antes con los estereotipos y jerarquías entre géneros, que sostienen profundas desventajas y violencias hacia mujeres y diversidades”, explicó su compiladora. “Se trata de un libro construido colectivamente, donde tenemos el placer de encontrarnos para pensar juntes algunas cosas en relación con este tiempo que atravesamos y que tiene que ver con los pendientes, con todo lo que valoramos y, también, con los desafíos para delante, que van muy de la mano de aquello que hizo nacer estas leyes y que fue el movimiento feminista, LGBTIQ+, el movimiento por la educación pública y todos los movimientos sociales y populares de nuestra patria y de la Ciudad de Buenos Aires”, dijo Velasco durante la presentación del libro.
Vaivenes de la ternura. ESI en el Nivel Inicial. Distancias y cercanías entre las familias y escuelas fue pensado para dar herramientas a les docentes. “¿Qué pasaría si pensamos esta relación tan compleja entre las familias, las escuelas y la ESI en términos de vaivenes? ¿De vaivenes de ternura? Necesitamos detenernos y volvernos a mirar. Pensar con otrxs. Pensar-nos por fuera de clichés y representaciones. Pensar los vínculos. Porque la ESI también es una invitación a imaginar en qué mundo nos gustaría vivir y cómo deseamos vincularnos”, plantea Liliana Maltz, Licenciada en Educación y especializada en Conducción del Sistema Educativo. El libro da propuestas prácticas de aplicación de la ESI en las aulas, releva experiencias de aplicación de la ley en distintos puntos del país, recoge los temas “difíciles” que suelen aparecer en las aulas y brinda propuestas de abordaje. Se trata, dice la autora, de crear propuestas y estrategias diversas que permitan armar una red de miradas que sostengan a la infancia. “Sabemos que es una tarea compleja, pero registramos durante el aislamiento que fuimos capaces de hacerlo. En estas ‘casas de posibilidad’, el paisaje se torna más luminoso. Se ensanchan los cuerpos. Y los corazones. Se ensancha la ESI”.
Por último, Géneros y psicomotricidad. Las corporeidades en clave feminista es el único que no habla directamente de ESI, sin embargo, los temas que aborda deberían estar en toda formación en la temática. “Aunar la perspectiva de género con la psicomotriz me permite situar preocupaciones políticas, estéticas, éticas y teóricas sobre las infancias”, dice Mara Lesbegueris. Y en la introducción lanza algunas preguntas que recorrerán todo el libro y que les dejo por acá: “¿Qué interrogantes supone repensar la socialización de niñas, niños y niñes ‘desmarcada’ de la constitución de la familia burguesa y el paternalismo? ¿Cómo respetar la propia autopercepción genérica que tienen les niñes sin intentar ‘heteronormatizar’ sus expresiones y deseos? ¿Cómo les transmitimos que la maternidad es una elección y no un mandato obligatorio?”