Desde París
La lógica mutante de la guerra se instaló con toda su fuerza imprevisible. El conflicto entre Rusia y Occidente se metió por un sendero que nadie calculó con un país, Ucrania, rehén de los antagonismos entre rusos y occidentales, la violación innegable de la soberanía de una nación y del derecho internacional, decenas de miles de refugiados civiles (370 mil personas), muertos, y ahora, la ultima pieza del rompecabezas: Vladimir Putin ordenó el domingo que se activara “en modo especial de combate” el arsenal nuclear. El mandatario justificó su decisión porque “varios responsables de la OTAN (Alianza Atlántica) están haciendo declaraciones muy agresivas contra Rusia”. Putin ya exhibió su arsenal nuclear cuando, el 19 de febrero, sus tropas dispararon misiles de ultima generación en el curso de las maniobras militares con Bielorrusia. Varios analistas y responsables europeos estiman que el paso dado por el presidente ruso responde a cierto fracaso de la ofensiva.
El comisario europeo encargado de la gestión de las crisis, Janez Lenarcic, calculó que la guerra en Ucrania “conduciría al desplazamiento de 7 millones de personas”.
En medio de esta caos de bombas, víctimas y declaraciones una leve perspectiva se diseñó en el cuarto día de la ofensiva rusa: Kiev confirmó haber aceptado un diálogo con Moscú. El encuentro se llevará a cabo este lunes en la frontera entre Ucrania y Bielorrusia y representa un pequeño intersticio dentro de un conflicto muy cerrado. Hasta ahora, el jefe del Estado ruso se había negado a entablar un diálogo hasta que Ucrania no depusiera las armas.
Por su parte, el presidente ucraniano, Volodímir Zelenski, se negó hasta este domingo a que los diálogos se llevarán a cabo en Bielorrusia cuyo presidente, Alexander Lukashenko, es un aliado formal de Vladimir Putin. Zelenski, aclaró que las conversaciones con Moscú se realizarían “sin condiciones previas” y que no cree que lleguen "a buen puerto". El mandatario también reveló que Alexander Lukashenko se comprometió a que ni “cohetes, aviones o helicópteros salgan de Bielorrusia hacia Ucrania”.
Sanciones y envío armas
Europa se puso en orden de batalla a través de una línea que abarca una salva plural de sanciones contra Moscú así como la entrega de material militar a Kiev. Francia optó por no despachar soldados a combatir a Ucrania, pero, en cambio, decidió “acompañar” a los ucranianos con el “envío de equipos”, según precisó el portavoz del gobierno, Gabriel Attal. Lo mismo está haciendo la Unión Europea a través de una propuesta destinada crear un fondo para financiar el suministro de armas a Kiev.
Hace unos días, la UE prometió “enormes sanciones” y éstas están llegando. Bruselas adelantó que prohibirá las transmisiones de las televisiones rusas que emiten fuera del país. Se trata de Russia Today (RT), Sputnik TV y de sus filiales. Seguidamente, la Comisión Europea eligió proponer a los Estados miembros de la UE el cierre total del espacio aéreo a las aerolíneas rusas. El anuncio de la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, interviene poco después de que la casi totalidad de los países de la UE ya habían integrado esa medida. Estos anuncios son como la retaguardia de las sanciones. El paquete principal, la vanguardia, corresponde a las sanciones financieras, lo cual plantea un enorme paradigma que consiste en saber si las restricciones bancarias y financieras son capaces de detener una guerra. El régimen de sanciones no es siempre tan eficaz como se pretende. Occidente sancionó brutalmente a Irán durante años sin que ello variara la posición de Teherán. Comparativamente, una dictadura como Egipto ha visto muy pocas sanciones en su contra. La más conocida es la reducción del 10% de la ayuda militar que Estados Unidos le brinda a Egipto. En el caso de Rusia, Ursula von der Leyen reveló que varios bancos rusos serían aislados de la plataforma interbancaria SWIFT de pagos internacionales. Los activos del Banco Central ruso que se encuentran en instituciones dentro de la UE, Reino Unido, Estados Unidos o Canadá serán a su vez congelados.
Salvo en la entrega de material bélico a Ucrania, los acuerdos entre los 27 han sido unánimes. Bruselas trabajaba anoche en torno a la idea de proponer una “abstención positiva” para aquellos Estados miembros que no se plieguen al suministro de armas. Los Estados que si aceptan el principio pueden participar en el fondo o suministrar armas por su cuenta como ya está ocurriendo. En total, la UE ya desbloqueó unos 450 millones de euros para armar a Kiev con aviones de combate y otro tipo de armas.
Fuera de la UE, los países del G7 también pusieron sus propias sanciones. El G7 se unió a Europa para bloquear las transacciones del Banco Central ruso. Según dijo el jefe de la diplomacia europea, Josep Borrell, ”más de la mitad de las reservas del Banco Central ruso se verán paralizadas porque se encuentran depositadas en los establecimientos de los países del G7”.