El rublo, la moneda rusa, se desplomó casi un 30 por ciento frente al dólar y el euro tras conocerse las sanciones de parte de Estados Unidos y la Unión Europea contra el Banco Central de Rusia. Este hundimiento despertó en muchos rusos, ya estresados por el conflicto, el recuerdo de la inestabilidad financiera en la década del 90, cuando millones de personas vieron en un soplo evaporarse sus ahorros bancarios por efecto de la devaluación del rublo y la inflación galopante.
El presidente Vladimir Putin arremetió contra las brutales sanciones impuestas por el "imperio de la mentira" occidental en respuesta a la invasión de Ucrania y anunció medidas drásticas para frenar la caída de la moneda local. Por ejemplo, los residentes de Rusia ya no podrán transferir divisas al extranjero. "Son sanciones duras, son problemáticas, pero Rusia tiene el potencial necesario para compensar el daño que están causando", señaló el vocero del Kremlin, Dmitri Peskov.
Caída histórica
El rublo cotizaba a 100 unidades por dólar el lunes, frente a un valor de 83,5 el miércoles pasado, el último día que se registró una tasa de cambio oficial, antes de la invasión contra Ucrania. Con respecto al euro, la moneda rusa cotizaba a 109,4 por euro frente un nivel anterior de 93,5. Los intercambios fueron suspendidos tras haber traspasado los topes que permite la operativa.
Para defender la economía y la moneda ante las sanciones occidentales, el Banco Central de Rusia duplicó su tasa de interés de referencia de 10,5 puntos porcentuales, llevándola a 20 por ciento. La bolsa de Moscú permaneció cerrada ante el hundimiento de la moneda.
El presidente Vladimir Putin decretó este lunes varias medidas para contrarrestar la caída de la moneda oficial rusa. Según un decreto publicado en la página web del Kremlin, los residentes en Rusia tendrán prohibido transferir dividas al extranjero a partir del martes. Además los exportadores rusos se verán obligados a convertir en rublos el 80 por ciento de sus ingresos obtenidos en monedas extranjeras desde el primero de enero de 2022.
El anuncio de estas medidas coincide con un intento del gobierno de reforzar las defensas de la economía rusa frente a las sanciones anunciadas por los países occidentales en reacción a la invasión de Ucrania. Estados Unidos, los miembros de la Unión Europea y otros países anunciaron la exclusión de algunos bancos rusos del sistema internacional de pagos bancarios Swift y cualquier transacción con el Banco Central de Rusia.
Esta última medida busca neutralizar una parte de las gigantescas reservas de divisas extranjeras que Rusia ha acumulado en los últimos años, sobre todo gracias a sus ingresos por actividades petroleras. El vocero del Kremlin, Dmitri Peskov, reconoció un poco antes que las sanciones de las potencias occidentales eran "duras", pero Rusia tenía "todo el potencial necesario para compensar los daños".
Las sanciones podrían afectar al crecimiento ruso en uno o dos puntos del PBI, calculó el viernes pasado la empresa de análisis Capital Economics, incluso antes de la congelación de los activos del Banco Central o la próxima exclusión de la red SWIFT. También podría acelerar la inflación pronosticada en unos tres puntos para este año, según la misma consultora.
Los rusos, inquietos por sus ahorros
En las calles de Moscú y de San Petersburgo, los rusos expresaron inquietud por sus ahorros. No hubo una avalancha de clientes en las sucursales intentando retirar sus depósitos, pero sí un flujo más nutrido. "Yo sabía que iba a haber gente. Quiero retirar efectivo, guardar en casa es más seguro, uno no sabe lo que va a pasar", dijo Svetlana Paramonova, de 58 años, en San Petersburgo.
"Por supuesto, en cuanto me enteré de que el rublo se había desplomado, corrí hacia mi banco", señaló por su parte Natalia Proshina, clienta de la banca VTB, la segunda mayor institución financiera rusa, sólo por detrás del Sberbank, ambos blanco de las sanciones anunciadas. Este banco envió a sus clientes un mensaje de texto para avisarles de la posibilidad de que los servicios de pago de Apple, Google y Samsung no estén ya disponibles a través de los sistemas de Visa y Mastercard.
Experiodista de la televisión soviética, Proshina, de 75 años, se aprestaba a "retirar todo su dinero para no perder de nuevo todo", como ya le ocurrió durante la crisis financiera de 1998. "Entonces perdimos todo nuestro dinero, incluido el que mi marido había obtenido en una misión en el exterior", recordó la ciudadana rusa.
Detrás suyo Eduard Sissoiev, militar retirado de 51 años, empezaba a perder la paciencia. Sissoiev aseguró que no pudo retirar dinero en efectivo en otra sucursal del mismo banco, y que "el 90 por ciento de los rusos se apresurarán a retirar rublos y convertirlos en dólares, bienes inmobiliarios o en oro", aunque aún no se haya observado este lunes un movimiento de pánico masivo. "Es la población la que pagará los platos rotos de este banquete militar", señaló el exmilitar refiriéndose a la invasión a Ucrania lanzada el jueves por el presidente Putin.
La volatilidad del tipo de cambio de la divisa nacional, consecuencia de las duras sanciones occidentales, hará "bajar el nivel de vida de aquí a un año", señaló Alexei Vedev, analista del instituto económico Gaidar. "Pero el descontento de los rusos solamente se desbordará si su nivel de vida cae tres veces en relación al actual", matizó por su parte Serguei Jestanov, consejero en asuntos macroeconómicos de Open Broker.