Rusia mantuvo el lunes, en el quinto día de su invasión a Ucrania, el asedio sobre Kiev e intensificó su ataque sobre Mariupol y Jarkov, la segunda ciudad del país, con el resultado de varias bajas civiles, mientras en paralelo diplomáticos de las dos naciones mantenían la primera reunión en busca de una salida que frene el enfrentamiento bélico. La presidencia ucraniana agregó que la ciudad de Berdiansk, en el mar de Azov, está "ocupada" y el ejército ruso afirmó que tiene rodeada a la localidad de Jersón. Ambas ciudades están cerca de la península de Crimea, que Rusia anexó en 2014 y desde la cual lanzó una de sus varias fuerzas de invasión.
Kiev resiste
En el terreno, los ucranianos parecen aumentar su resistencia frente a los rusos, que todavía no logran anunciar ninguna victoria contundente. El lunes, las autoridades locales afirmaron que repelieron varios asaltos contra Kiev, en donde el toque de queda se levantó por la mañana. En la capital del país se formaron largas filas fuera de los supermercados. En las calles, brigadas de voluntarios con lazos amarillos y azules con los colores nacionales levantaron barricadas improvisadas.
"Los recibiremos con cócteles molotov y balas en la cabeza, así los recibiremos", aseguraba armando una de esas barricadas Viktor Rudnichenko, empleado bancario. "Las únicas flores que recibirán de nuestra parte serán para sus tumbas", agregaba este hombre de unos 30 años que salió por provisiones cuando el toque de queda fue levantado. Esta corta pausa, gracias a las negociaciones en curso entre ambos países en la frontera bielorrusa, da tiempo a los habitantes de Kiev, después de la conmoción de las primeras ofensivas contra su ciudad, para organizar su defensa.
Bombardeos a Jarkov
"El enemigo ruso bombardea barrios residenciales" de Jarkov, escribió por su parte el gobernador regional Oleg Sinegubov en las redes sociales, en las que expresó: "A causa de los bombardeos, que se siguen produciendo, no podemos utilizar los servicios de rescate". Sinegubov detalló que "actualmente hay 11 muertos y decenas de heridos", una situación a la que consideró "un crimen de guerra".
Además aviones rusos bombardearon la ciudad de Brovary, cerca de Kiev, poco después de que terminara la primera ronda de las negociaciones de paz bilaterales en la frontera de Bielorrusia. La muerte de civiles profundizó la discusión sobre el ataque de Rusia a barrios residenciales, aunque Moscú insiste en su discurso de que solo tiene objetivos militares.
El vocero del Kremlin, Dmitri Peskov, afirmó en su aparición diaria ante los medios que los militares rusos "hacen todo lo posible" para "garantizar la seguridad de los civiles" y denunció que existen “grupos nacionalistas ucranianos que usan a la población civil como escudo humano".
Rusia reivindicó su "supremacía aérea" en toda Ucrania, dijo que controla la central nuclear de Zaporozhie, en el sudeste ucraniano, y señaló que ocupa Berdiansk, una ciudad portuaria ubicada al sudeste del país. Durante toda la madrugada hubo cruentos combates en los alrededores de la portuaria Mariupol, según informó el jefe de la administración regional de Donetsk, Pavlo Kirilenko.
Balance incierto
El balance del conflicto sigue siendo incierto y el ministerio del Interior de Ucrania informó de 352 civiles y decenas de militares muertos desde el jueves, incluyendo a 14 niños. Por su parte la ONU registró 102 civiles muertos, incluyendo a siete niños y a 304 heridos, pero advirtió que las cifras reales pueden ser más altas.
En tanto, el éxodo de refugiados continúa y según la agencia de la ONU para los refugiados (Acnur), desde el jueves cerca de 500 mil personas huyeron hacia los países vecinos. La Unión Europea espera que este conflicto deje siete millones de desplazados.