Los países que integran el G7, reunidos en Sicilia, Italia, coincidieron una vez más en darle prioridad a la lucha antiterrorista atento a que el encuentro estuvo marcado por los sangrientos hechos de Manchester y Egipto. Sin embargo, las diferencias se expresaron en el tratamiento del cambio climático porque el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, decidió postergar su adhesión o no a este conflictivo punto.
La cumbre se realizó en la ciudad siciliana de Taormina donde quedó evidenciada la existencia de dos bloques en el tema climático. Estados Unidos de un lado y el resto de los países del otro.
El comunicado final señala que los gobiernos de Italia, Canadá, Japón, Reino Unido, Francia y Alemania apoyan sin medias tintas el Acuerdo de París, firmado en 2015, que establece medidas para reducir la emisión de gases. Este fue el punto que los diferenció de los Estados Unidos. El bloque mayoritario decidió otorgarle más tiempo a Trump para decidir la postura de Washington. El magnate ya anunció, vía Twitter, que la próxima semana dará a conocer si acompaña o no a las demás naciones.
Vale recordar que durante su campaña electoral, Trump se había mostrado crítico del Acuerdo de París e incluso había anunciado que revisaría la conveniencia de seguir siendo parte o no de un acuerdo que entrará en vigor en 2020, cuando termine la vigencia del Protocolo de Kyoto, que Estados Unidos firmó pero nunca ratificó.
"Hay que trabajar más en este asunto y afrontar las causas profundas del problema migratorio, una de las cuales es precisamente el cambio climático", había advertido en su discurso final el anfitrión de la cumbre, el premier italiano Paolo Gentiloni. Si bien los líderes del G7 apuntan al desarrollo de África para reducir el tema migratorio, y para ello habían invitado a la Unión Africana al encuentro para debatir el tema, la cumbre finalizó con un documento donde apenas se menciona el caso.