El Centro de Ex Combatientes Islas Malvinas (CECIM) le entregó una carta al presidente de la Corte Suprema de Justicia, Ricardo Lorenzetti, donde le solicitan que "termine con las nuevas e inconcebibles violaciones a los derechos humanos, que representan el manto de impunidad, silencio y olvido de las torturas y asesinatos perpetrados por el Estado terrorista”. La misiva forma parte de la campaña que la organización denominó como Justicia por Malvinas.
El CECIM insiste insiste con la necesidad de reactivar las investigaciones por los abusos y torturas que sufrieron los entonces "colimbas" durante el conflicto del Atlántico Sur y que sean considerados crímenes de lesa humanidad. En el texto los ex combatientes remarcan que “los soldados conscriptos luchamos por la consagración de la Memoria, la Verdad y la Justicia, que como usted ha manifestado en reiteradas ocasiones, constituyen pilares fundamentales del contrato social de las y los argentinos”.
En la misiva denuncian “las nuevas vulneraciones de derechos a que nos viene sometiendo el Estado, en particular el Poder Judicial de la Nación, consistentes en la exposición a un proceso de (re)victimización de los excombatientes merced a la ‘cronoterapia’ aplicada por la inacción judicial, lo que se traduce directamente en una flagrante privación al derecho a acceder a la Justicia, de jerarquía constitucional y convencional”.
Se refieren de ese modo a las denuncias por torturas a manos de los oficiales durante la guerra. La inacción denunciada llevó a que los ex combatientes plantearan su caso en la Comisión Interamericana de Derechos Humanos. El caso emblemático es el que involucra al teniente retirado Jorge Taranto, acusado por cinco torturas y una muerte por inanición. La Corte Suprema se negó a tratar ese caso, y el no de los supremos fue una dura señal para los 150 casos denunciados. Según el CECIM, los abusos fueron contra soldados de 18 y 19 años, por parte de oficiales con mando de tropa, y que esa práctica no fue aislada, sino “sistemática y generalizada”. En la mayoría de los casos, se denuncia como hechos comunes los estaqueos.
La causa contra Taranto comenzó en 2007, y se encuadró como crimen de lesa humanidad. En la carta del CECIM, se recuerda a Lorenzetti que con el fallo en el caso Taranto “se intentó instalar, en forma pretoriana, una reedición de la doctrina del olvido y el perdón”.
Recuerdan que “este año, la causa por torturas cometidas por Oficiales y Suboficiales en perjuicio de soldados conscriptos, durante la guerra de Malvinas (Expediente 1.777/07), cumple 10 años. El Punto Final está operando por el paso del tiempo y ello es una decisión político/institucional”. De allí que insten al presidente de la Corte a que “arbitre todos los medios a su alcance a fin de terminar con estas nuevas e inconcebibles violaciones a los derechos humanos, que representan el manto de impunidad, silencio y olvido de las torturas y asesinatos perpetrados por el Estado terrorista”.