Luego de dos años, el dueño del hotel El Castillo, de Villa San Lorenzo, John Hartwell Cocke Johnston (70), de origen estadounidense y con gran poder económico en Salta, será juzgado por intento de femicidio de su expareja Laura Valdez (38). También será juzgada otra expareja y madre de las dos hijas mayores del empresario, María Eugenia González Henríquez (56), en su caso como partícipe necesaria del delito de homicidio en grado de tentativa.

Los hechos que se juzgan se remontan a febrero de 2020, fue el desenlace de una situación que llevaba años de violencia y desidia judicial.

En vísperas de la apertura del debate, Valdez pidió se aplique justicia con perspectiva de género. Contó a Salta/12 que Johnston nunca se responsabilizó ni de los cuidados personales ni de la cuota alimentaria para la hija que tienen en común. Sin embargo, recordó, cuando volvió de sus vacaciones en 2020 el hombre fue a ver a la niña en la localidad de El Bordo y se mostró conmovido porque ella le mostraba una mención de honor como mejor alumna en la escuela, una medalla de sus clases de inglés y avances en las clases de piano. En ese momento, Valdez dijo que Johnston se comprometió de palabra por primera vez a que aportaría para cubrir los gastos de la educación de su hija.

En ese marco, el 26 de febrero de 2020, Johnston le pidió a Valdez que viajara hasta la Capital para que compraran los útiles escolares que necesitaría la niña para el ciclo lectivo: “Nosotras fuimos con mi hija a Salta Capital, nos reunimos con él a las 17 en la estación de servicio Refinor. Nos vamos a comprar los útiles, y de ahí con mi hija estuvimos primero en una librería donde hicimos la compra mayor. Faltaban dos o tres cositas, nos fuimos a la librería de al lado. En ese momento, él va a dejar los útiles que ya habíamos pagado al auto. Me pareció lógico para no andar cargando las bolsas. Cuando vamos a la otra librería, él entraba para apurarnos porque decía que (la dirección de) Tránsito lo corría de donde estaba”. Al salir del local comercial, Valdez dijo que Johnston no estaba y se había llevado los útiles escolares.

“Mi hijita decía mamá lo corrió la vial. Esperamos, no aparecía, no contestaba el celular, daba como que estaba sin señal”, recordó Valdez. Ella llamó al empresario al teléfono fijo del hotel y allí atendió, “me dijo 'sí, me tuve que venir porque tuve una emergencia, mañana viajo a Buenos Aires, me tuve que venir a solucionar eso. Te pido que vengas retirar los útiles'”.

Valdez dijo que se tomó un colectivo hasta el hotel de su expareja. Al llegar “nos hace señas para que entremos por el costado, estaba la puerta abierta, nos llamó la atención porque estaba todo oscuro. Apenas entré, él me sacudía un expediente de aprobación de planilla de ejecución de sentencia por los 10 años de alimentos que le debía a la nena. A mí me habían notificado una semana antes”, detalló. Contó que en ese momento el hombre comenzó a agredirla físicamente, tomándola del cabello primero, luego la tiró al suelo, la golpeó e intentó asfixiarla. 

La mujer contó que cuando su hija de 10 años reaccionó para defenderla, la expareja de Johnston y madre de sus hijas mayores, también administradora del hotel, "la agarró del cuello y la tiró contra el piso, la golpeó en la cabeza, y le decía 'encárgate de ella y yo me encargo de la nena'". También recordó que mientras Johnston la golpeaba, su hija quiso interponerse y el empresario la amenazó diciéndole que no se meta o le pasaría lo mismo que a la madre.  

Valdez dijo que logró zafarse, tomó una piedra y la lanzó, rompiendo el vidrio de una puerta para que su hija pudiera escapar. La niña huyó por el fondo de la propiedad y tomó una fotografía con su celular, captando el momento en que el acusado estaba sobre su mamá. Luego la niña llamó a una tía que, a su vez, se comunicó con el Sistema de Emergencias 911.

Cuando llegó el móvil policial, Johnston ya estaba dentro del hotel y Valdez permanecía ensangrentada en el suelo, al tiempo que su hija lloraba y pedía auxilio gritando que el padre quiso matar a su mamá.

Según lo que señaló Valdez, la policía no la ayudó ni a levantarse y en ese momento tampoco llamaron a una ambulancia. Dijo que el oficial que debía tomarle la denuncia demoró una hora mientras conversaba con Johnston en el hotel y ella ya esperaba en la comisaría, donde recién llamaron al Samec por su insistencia, ya que la niña no se calmaba, "tenía miedo que le dé un infarto". También manifestó que los uniformados, pese a encontrar al empresario cometiendo un delito en flagrancia, no lo detuvieron y lo dejaron que se fugara del país.

Se fugaron, pero están libres  

Valdez dijo que sintió en este proceso que la causa fue un "manoseo" porque su expareja y la mujer imputada quedaron en libertad por orden de la jueza de Garantías Edith Rodríguez, quien consideró que no había peligro de fuga pese a que ambos se habían escapado del país luego del intento de femicidio. Además dijo que la fiscala que estuvo en la investigación penal preparatoria, Ana Inés Salinas Odorisio, tampoco hizo una presentación para oponerse y dejó vencer los plazos. 

Luego de la denuncia por intento de femicidio, Valdez dijo que en junio de 2020, ingresó una persona a su vivienda en la noche mientras ella y su hija dormían y "orinó toda la casa, adentro, las puertas, no robaron nada. Para mí fue un aviso, una amenaza de parte de Johnston", expresó. Además contó que fue hostigada y calumniada en redes sociales por amistades y familiares del empresario, quienes incluso llegaron a publicar información personal de la niña.

También dijo que no obtuvo contención cuando recurrió al Polo Integral de las Mujeres en plena pandemia al necesitar asistencia psicológica para suhija, ya que tenía insomnio y ataques de pánico como consecuencia de lo que había vivido. Recién cuando comenzaron a abrirse las restricciones, pudieron encontrar una psicóloga con perspectiva de género que las atiende a ambas de forma particular. 

Valdez también sostuvo que sufrió destrato de la Justicia, que, a su entender, la dejó desamparada. 

Relató que se separó de su expareja luego de dos y medio de relación sentimental, hace 12 años, a dos meses del nacimiento de su hija, porque él empezó a violentarlas. ”La nena nació en diciembre del 2009 y luego empezaron los episodios violentos. Lo desencadenante para que me separara de él fue que un día (en febrero de 2010) llegó borracho. Él tomaba mucho, la nena era muy chiquitita, estábamos durmiendo en la torre del Castillo, le reclamé, él me empezó a zamarronear, a golpear, en un momento agarró a la nena e hizo amagues de tirarla por la ventana. Yo me asusté, intenté tranquilizarlo. Cuando la deja en la cama a mi hija, la agarré, salí con ella y llamé a la policía. Llegó la policía y lo detuvo, lo llevaron detenido una noche y al otro día quedó en libertad. Yo estaba con la nena, él volvió al mismo lugar. Después de esa situación ya nada era igual, había violencia todo el tiempo de parte de él”, sostuvo. Contó también que a las dos semanas decidió irse con su hija a vivir a la casa de sus padres en El Bordo. 

Ya en aquel momento, Valdez señaló que González Henríquez era la encargada del hotel, "tenía la administración por un acuerdo de divorcio” y estuvo al tanto de esos hechos de violencia cometidos por él.

La denunciante explicó que Johnston seguía viendo a la niña, a veces él iba a la casa de sus padres en El Bordo y cuando ella viajaba a Salta llevaba a la niña para que pasara tiempo con él. Sin embargo, omitía cumplir con sus deberes de cuidado y cuota alimentaria. “Los primeros cuatro años me pasó $1.500, como cuota provisoria que le habían fijado desde el juzgado, fue desde 2010 al 2014. Después cuando quería pasaba $200”. Además Valdez dijo descubrió que él cobraba un salario familiar que tampoco pasaba a la niña y logró embargarlo. 

Por otro parte, contó que ella estaba finalizando la carrera de abogacía cuando quedó embarazada y debió interrumpir sus estudios para dedicarse a las tareas de cuidado de la niña. Dijo que en 2013 necesitaba que Johnston le firmara un permiso para salir del país con la hija porque tenía ofertas de trabajo en Uruguay y él la chantajeaba. “Me proponía que firmara un acuerdo en el que desistía de todas las denuncias que había hecho y de la demanda de alimentos" y como no accedió, "él no me firmó el permiso”.

Ahora Laura Valdez se dedica a la pastelería y trabaja de manera informal para el sustento de la hija. 

La jueza que dictará sentencia es María Gabriela González. Por el Ministerio Público intervendrá la fiscala de la Unidad Especializada en Femicidios, Mónica Poma. La defensa de Johnston y González Heriquez será ejercida por el abogado José Fernando Teseyra. Los abogados querellantes que representan a Valdez son Pedro Arancibia y Julio Chávez.

Se han previsto cuatro audiencias, y que el lunes próximo se conozca la sentencia. El juicio comenzará hoy, con la declaración de Valdez, sobreviviente del intento de femicidio.