El gobierno convocó este miércoles al Consejo del Salario Mínimo para el próximo 16 de marzo. El ministro de Trabajo, Claudio Moroni, anticipó días atrás que la pauta de aumentos salariales para el sector formal se ubicará este año en torno al 40 por ciento con cláusulas de revisión en función del costo de vida. Por lo tanto, se espera que la suba del salario mínimo, que actualmente es de 33 mil pesos, acompañe esa evolución.
El año pasado, el Consejo del Salario se reunió por primera vez el 27 de abril y acordó una suba del 35 por ciento en siete tramos para llevarlo gradualmente de 21.600 a 29.160 pesos en febrero de 2022. En ese momento el Ejecutivo todavía mantenía una pauta inflacionaria de 29 por ciento para todo el año, plasmada en el Presupuesto. Sin embargo, a raíz de la aceleración de la inflación, en julio se decidió adelantar los plazos para que los trabajadores que reciben el haber mínimo pudieran comenzar a cobrar 29.160 pesos a partir de septiembre.
Además, se acordó volver a revisar ese piso. Por lo tanto, el 21 de septiembre se realizó una nueva reunión del Consejo donde se decidió subir el mínimo a 31.104 en septiembre, 32 mil en octubre y 33 mil en febrero de 2022, con una nueva revisión en marzo, que es la que se realizará ahora.
La suba acumulada en los últimos 12 meses fue de 52,7 por ciento. La suba interanual de precios registrada en enero fue de 50,7 por ciento, según informó el Indec. Por lo tanto, el piso salarial le viene ganando a la inflación, aunque por poco.
A diferencia de los aumentos salariales que alcanzan los sindicatos, la actualización del salario mínimo tiene un impacto directo limitado. Se trata en realidad de una herramienta para que los asalariados más vulnerables mejoren sus ingresos. Ese universo está compuesto por personas con bajo nivel de calificación, jóvenes que acceden al primer empleo o trabajadores en actividades en las que la participación sindical es inexistente o muy débil.
No obstante, la curva del salario mínimo, vital y móvil en los últimos casi veinte años es relativamente similar a la evolución de la situación del poder adquisitivo del salario en general. Desde 2003 hasta 2011 se verificó un intenso crecimiento, al punto de que el poder adquisitivo del salario mínimo en 2011 fue más del doble en relación con el nivel de 2001. Entre 2011 y 2015, cuando la economía ingresó en una fase de más alta inflación y relativo estancamiento, su capacidad de compra se redujo al 8,4 por ciento
La situación del salario mínimo empeoró notablemente desde la asunción de Mauricio Macri. La baja acumulada de ese período en términos de poder de compra fue del 25,1 por ciento, según calculó el Cifra. En 2020, en plena recesión forzada por la pandemia, se definieron incrementos salariales por decreto de 3 mil y mil pesos en enero y febrero, respectivamente, aunque no se modificó el salario mínimo hasta octubre. En ese momento se acordó una suba del 28 por ciento en tres tramos (octubre y diciembre de 2020 y marzo de 2021), lo que llevó a un nuevo retroceso, completando cinco años consecutivos de caída. Ese derrumbe se cortó en 2021 y el gobierno afirma que su intención es que el mínimo se siga recuperando a lo largo de este año.