Una serpiente se muerde la cola y así, en ese gesto, simboliza los ciclos, el eterno retorno, lo que vuelve una y otra vez, modificado pero también inmutable. Uroboros es, por eso, y también el nombre del espectáculo de danza que presentan hoy, a las 21, en Teatro del Rayo (Salta 2991), Verónica y Daniel Cabral, dos hermanos que empezaron a jugar esta pieza hace muchos años, a partir de la convocatoria de una amiga, y le encontraron una forma para mostrar durante la cuarentena. Verónica hace danza contemporánea desde hace años, siempre ha trabajado en relación al movimiento. Daniel empezó con la acrobacia, aunque luego hubo cruces de lenguajes, formaciones amplias, un abanico abierto a la experimentación. Ese diálogo de cuerpos se podrá ver en una puesta donde la iluminación es protagonista, con diseño y operación de Natalia Comino.
La obra tiene un origen añejo y, para honrarlo, la compañía mantiene el nombre original, que es Delanada. "Fue una invitación de una compañera para armar un numerito cortito para la presentación de un desfile de modas que se hizo en el Savoy, y tenía la impronta de la colección que se presentaba. Apuntaba a lo primitivo del ser humano, al retorno a la tierra, y en función de una música que nos habían pasado, nos juntamos. Éramos dos de la rama de la danza y dos de la acrobacia, pero no compartíamos los lenguajes. Nos pusimos a intercambiar, y nació la semilla de esto. Lo que más nos gustó fue reunirnos para el intercambio de lenguajes, que en aquel entonces no era tan común, hoy en día es mucho más usual", relata Verónica el camino que les llevó a Uroboros. Entonces, no llegaron a pensar un nombre. Les quedó la inquietud. "El grupo fue bastante inestable, hasta que se terminó disolviendo, el producto nunca se puso en escena".
Verónica y Daniel, además de ser hermanos, comparten espacios de experimentación y de formación. "Durante la pandemia estuvimos mucho tiempo adentro, ahí nos propusimos juntarnos y empezar a trabajar, a ver si era factible llegar a reconstituir algo de ese material, que era de acrodanza, entre los dos", sigue el relato. Los dos habían sumado otras herramientas, contact-improvisación, por ejemplo. "Fuimos encontrando algo que nos significó más, del ciclo de la vida, desde el movimiento, desde la floración, que la vida es un ciclo que se va repitiendo y siempre en movimiento, por más que uno pueda no percibir demasiado, siempre está en movimiento, en equilibrio, en la vida mismo, la respiración, el cuerpo, las células", cuenta Verónica sobre la obra que cuenta con producción de Jazmín Beltramino.
La evolución del movimiento a través de la historia inspiró el trabajo realizado entre los hermanos en los últimos meses. Exploraron el andar primitivo, el paso a lo mecánico. Y la historia se puede ver en los movimientos de dos cuerpos que ocupan el escenario. Cuando Daniel planteó el nombre, hubo acuerdo inmediato, era eso: el eterno retorno.
Todos los jueves de marzo, a las 21, en Teatro del Rayo, se podrá apreciar este viaje a través del infinito movimiento circular. Las entradas anticipadas y reservas se pueden pedir en el teléfono +54 9 3415 84-2730.