El camarista Mariano Llorens se excusó de intervenir como conjuez de la Corte Suprema de Justicia en las causas por espionaje ilegal durante el gobierno de Mauricio Macri, argumentando “motivos de decoro y delicadeza”. En su escrito ante la Corte, el actual presidente de la Cámara Federal porteña recordó que intervino en la revisión de varias resoluciones que ahora están a estudio del máximo tribunal.
La Corte sorteó conjueces para entender en las causas que investigan a ex funcionarios del macrismo y ex agentes de la AFI tras la excusación de su elenco estable. El sorteo se realizó entre los presidentes de las cámaras nacionales de apelaciones en lo federal de la Ciudad de Buenos Aires y de las provincias y, además de Llorens, resultaron sorteados los camaristas Javier Leal de Ibarra, Ramón González, Mario Leal y Juan Pablo Salas como titulares, además de otros cinco suplentes.
Al excusarse, Llorens sostuvo que varios de los recursos presentados por la vicepresidenta Cristina Fernández de Kirchner, que actúa como querellante, y por los acusados ex responsables de la AFI, Gustavo Arribas y Silvia Majdalani, “fueron introducidos en expedientes” en los que intervino como camaristas. “Otros corresponden al trámite de incidentes de recusación promovidos en mi contra”, admitió.
Llorens asumió como camarista en junio de 2018 y tiene un vínculo personal con varios miembros del esquema judicial Pro, como el ex viceministro de Justicia, Santiago Otamendi. En septiembre fue denunciado para que se investigue su visita a Casa Rosada el 17 de diciembre de 2018. Según los registros oficiales, fue al despacho de asesores que compartían José Torello y el operador todoterreno Fabián “Pepín” Rodríguez Simón, hoy prófugo. Minutos después se registró la llegada de Juan Bautista Mahiques, el funcionario del Ministerio de Justicia encargado de la relación con el Poder Judicial. Según la denuncia, Llorens permaneció allí por cinco horas. Los denunciantes mencionan además una visita a la residencia de Olivos el 6 de septiembre de 2019. Llorens ingresó con Pierre Pejacsevich, un ex gerente del Banco Macro que solía jugar al bridge con Macri.