La fiscal Gabriela Boquin es conocida por su rol en la causa en que se investiga el desguace del Correo Argentino por parte de la familia del expresidente Mauricio Macri, que mantiene una deuda con el Estado desde hace más de veinte años. Más allá de esa labor, su actividad profesional también abarca la docencia y la investigación. Como resultado de ese trayecto, acaba de salir Manual de buenas prácticas para cooperativas de trabajo.100 preguntas y respuestas, editado por el sello de la Universidad Nacional de José C. Paz (Edunpaz).

El libro, escrito en coautoría con Virna Bergoglio y que cuenta con el prefacio del rector de la UNPAZ, Darío Kusinsky, es el resultado del Proyecto de Investigación y Transferencia Tecnológica y Social “Viabilidad social de cooperativas de trabajo y empresas recuperadas”, radicado en el Instituto Interdisciplinario de Estudios Constitucionales de esa casa de estudios, que dirige Mauro Benente.

Boquin se desempeña como docente titular de las cátedras Concursos y Quiebras en la UNPAZ y de Derecho Societario en la Universidad Católica de La Plata (UCALP), y es adjunta regular por concurso de Elementos de Derecho Comercial en la UBA. Bergoglio, por su parte, es profesora adjunta de Boquin en la UNPAZ y en la UCALP.

En dialogo con el Suplemento Universidad, Boquin destacó la importancia de las cooperativas de trabajo para la consolidación de una economía nacional y su contribución con la fabricación de elementos esenciales durante los momentos más complicados de la pandemia.

En el Manual, que puede descargarse en forma gratuita en este link , se abordan temas básicos que sirven para entender el alcance de estas sociedades: su constitución y funcionamiento, las asambleas, los libros contables, las cuestiones impositivas, el Registro Nacional de Empresas Recuperadas (Renacer), las medidas cautelares y los casos en que puede constituirse una entidad de este tipo ante la quiebra del empleador, entre otros puntos. 

–¿Qué objetivos se plantearon al encarar el proyecto?

–La idea del Manual surgió al advertir la necesidad de buenas prácticas para facilitar el éxito de la gestión de las cooperativas de trabajo ante la quiebra de su empleador y su aceptación ante los prejuicios o preconceptos que deben enfrentar. Con el Manual se busca facilitar el inicio de la gestión de las cooperativas, que muchas veces resulta imprevista y con pocos recursos. Buscamos también la promoción de ciertas prácticas que consideramos que puede transparentar su actuación. Se intenta promover, además, un modo de actuación prolijo y transparente, que en la práctica pueda ser desarrollado y perfeccionado. Las cooperativas de trabajo no tienen muchos adeptos y al estudiar sociedades, ante la escasez de tiempo o interés, no suelen analizarse debidamente. Consideramos que el libro puede resultar de utilidad ante el cuestionamiento que el cooperativismo padece, en muchos casos sin fundamento alguno, teniendo en cuenta el beneficioso impacto social que el mismo genera.

–¿Cuáles son esos prejuicios y cuestionamientos que se examinan?

–Se decía que los trabajadores no podían autogestionarse. Y si bien algunas cooperativas pudieron haber fracasado, las que son exitosas no sólo se dedican a su actividad, sino que los trabajadores destinan parte de su tiempo a tareas sociales como enseñanza de oficios.

–¿Qué otras cuestiones contemplaron al planear la investigación?

–Este libro busca promover también buenas prácticas que faciliten la conformación y actuación de las cooperativas de trabajo en procesos concursales. Intentamos destacar los basamentos, valores y principios cooperativos vinculados a la ayuda mutua, colaboración, igualdad de derechos y obligaciones, compromiso mutuo, equidad, solidaridad, participación, esfuerzo conjunto y cooperación. Se busca también con este trabajo ayudar a los integrantes de las cooperativas a entender los procesos judiciales en los que están inmersos, a los fines de poder defender adecuadamente sus derechos.

–¿Cómo impactó la pandemia en el sector cooperativo?

–Ante la pandemia y la desocupación que generó el COVID-19, las cooperativas resultaron una alternativa para los trabajadores, que alcanzó cierto desarrollo principalmente por la finalidad que las promueve. Por otra parte, se adaptaron a las necesidades del momento, porque desarrollaron productos específicamente necesarios en la pandemia. En el Manual manejamos las cifras de una encuesta que hicieron la UBA y la Universidad Arturo Jauretche. Surgió que durante la pandemia la mayoría de las cooperativas habían subsistido, a diferencia de lo que ocurrió con las pymes. En las cooperativas fue mucho menor el nivel de cierres, porque son más flexibles los trabajadores a la hora de poder modificar su actividad.

Ante la desocupación que generó el COVID-19, las cooperativas resultaron una alternativa para los trabajadores y se adaptaron a las necesidades del momento, porque desarrollaron productos específicamente necesarios en la pandemia.

–¿Hay cooperativas que fabricaron insumos necesarios para enfrentar la pandemia?

–Sí, varias del rubro textil hicieron barbijos. Otro caso es el de Farmacoop, el primer laboratorio recuperado por sus trabajadores, que hizo el alcohol de gel y los test de antígenos cuando había una alta necesidad y escasez. Esto demostró que las cooperativas de trabajo, además de generar puestos de empleo, hacen un servicio a la comunidad. La mayoría de ellas realizan actividades esenciales, porque están relacionadas con requerimientos sociales de alta demanda.

¿Cuál es el balance del funcionamiento de los últimos años?

–Se debe reconocer que muchas de las cooperativas que han comenzado a funcionar en los últimos diez años han fracasado en su intento de salvaguardar la fuente de trabajo como consecuencia de una omisión legislativa, la ausencia de apoyo del Estado, la criminalización de los trabajadores, a través del instituto penal de la usurpación, la incomprensión de esta realidad de la economía social por parte de los operadores del derecho, sumado en casi todos los casos al desconocimiento de los integrantes de las cooperativas acerca de sus derechos y de cómo efectivizarlos.

–¿Cómo se revierte esa situación?

–Las cooperativas de trabajo necesitan una reforma. Por eso en un segundo trabajo vamos a proponer reformas legislativas, porque el único cuerpo legal que las contempla, en algunos artículos, es la ley 24.522 de Concursos y Quiebras. Por tanto, las cooperativas de trabajo necesitan una ley especial, porque no son como otras cooperativas destinadas a préstamos de consumo.