"Es un hecho que el señor Castedo tenía contactos judiciales y policiales", afirmó ayer un comandante de Gendarmería Nacional que investigó al Clan Castedo, y que en la víspera continuó dando su testimonio en el juicio que se le sigue al considerado jefe de esta organización criminal, Delfín Reynaldo Castedo; a su hermano Raúl Amadeo "Hula" Castedo y a otras cinco personas acusadas de ser parte de este entramado delictivo que traficaba droga y lavaba activos provenientes de esta actividad.
El comandante, que a partir de 2015 integró el equipo de investigación formado para dar con el paradero del entonces prófugo Delfín Castedo, refirió datos que obtuvieron en las escuchas telefónicas a integrantes de esta organización y otras personas allegadas. Aseguró que el Clan tenía vínculos con funcionarios judiciales y de las fuerzas de seguridad, que le pasaban información sobre los pasos de la investigación y reveló, entre otras afirmaciones, que Viviana Pascuzzo, quien fuera pareja de Delfín Castedo, y el abogado Mariano Alvarez, defensor de los hermanos, hablaban de presionar al juez federal subrogante en Orán, Gustavo Montoya.
Esto fue luego de la detención de la ex pareja de Delfín Castedo, Melba Araujo, quien fue apresada el 22 de junio pasado por Gendarmería Nacional, involucrada en el transporte de 180 kilos de cocaína secuestrados en diciembre de 2016 en la ruta nacional 16, a la altura de El Quebrachal. Araujo está siendo juzgada ahora como parte de la organización que supuestamente comandaba su ex pareja.
El comandante contó de dos conversaciones que consideró importantes. En una Pascuzzo consultaba al abogado si estaba seguro de que Araujo no iba a declarar y "Alvarez dijo 'no, tranquila, Montoya no nos va a cagar porque sabe que lo tiramos a la picadora como a Reynoso". Montoya subrogaba por entonces el cargo que había dejado vacante el ahora ex juez federal de Orán, Raúl Reynoso, quien fue destituido y condenado en 2019, por cobrar para beneficiar a acusados en causas importantes. Precisamente, una de las acusaciones es en relación a Castedo.
El testigo destacó que Castedo Y Pascuzzo "tenían miedo de lo que pudiera decir Melba". “La comunicación es clara, se referían al juez de instrucción con quien llevábamos la causa y fue quien libró la orden de detención, por la preocupación de que Melba declare, decían 'va a hablar, no va a hablar'", se explayó cuando el fiscal Jorge Viltes Monier le pidió que ampliara lo de la picadora.
"El tenor de las comunicaciones es esa, ya veníamos escuchando, por ejemplo, a (Eduardo) Torino amenazando a un fiscal, entonces que hablen así de un juez federal me llamó mucho la atención”, aseguró a continuación. Torino también está siendo juzgado en este proceso, acusado de ser una suerte de administrador de los asuntos de Castedo. El fiscal en cuestión es Armando Cazón, fiscal penal de Salvador Mazza al que, según revelaron las escuchas, Torino amenazaba con valerse de sus amigos en la Procuración General y en la Corte de Justicia para hacerlo destituir si no avanzaba con el desalojo del productor rural Pilar Rojas, que disputaba tierras con Castedo.
Algo hubo
El comandante, que fue el único testigo de la jornada de ayer y que seguirá declarando el miércoles próximo, dijo que con el Juzgado Federal de Orán tuvieron "muchos problemas" como ejemplo, que "Viviana Pascuzzo hoy no está acá sin perjuicio de todos los informes que presentamos en la causa, así que algún problema hubo”.
El comandante dijo que el comentario de la picadora fue cercana a otra conversación, esta vez entre Pascuzzo y Castedo, que también consideró importante. La mujer, que residía en Buenos Aires, había viajado a Orán para informarse de la causa contra Castedo y lo llamó para avisarle que no le podía hablar más porque “el 206, ese auto que me prestaste está fundido, está en directa”. El investigador señaló que ellos tenían intervenido ese teléfono en modalidad directa (escucha no diferida) y dijo que le llamó “poderosamente la atención" que supieran no solo que estaba intervenida precisamente esa línea, sino que además supieran la modalidad de esa escucha. Contó que también en este caso informaron al Juzgado "que la información se estaba filtrando", dado que incluso Pascuzzo supo antes "del pedido de detención” de Araujo.
“De acuerdo a mi experiencia en la investigación es un hecho que la organización de Castedo tenía contactos con funcionarios judiciales y fuerzas de seguridad, de hecho estuvo diez años prófugo, el juez que estaba subrogando no tenía una posición firme”, cuestionó a continuación.