En 2021, la producción nacional del gas natural fue de 38.455 MMm3 y la prevista para este año es de 40.703 MMm3, lo cual implica un incremento de 5,8 por ciento. Inicialmente, las expectativas del Plan Gas triplicaban este guarismo. El escenario que se presenta es crítico, ya que para satisfacer la demanda, en particular en los meses del invierno próximo, no alcanza el gas nacional.
El aporte de gas de Bolivia plantea bajas estimadas en 300 millones de m3. Ello provoca la necesidad de incrementar la compra de barcos de GNL en unos 800 Millones de m3. Este monto implica aproximadamente 68 barcos de GNL, cuando el año pasado fueron 55, con un costo de 1100 millones de dólares. Se prevé que a un precio estimado promedio de 15 dólares por MMBTU (precio que ya está atrasado en función de la situación de la guerra en Europa) el costo se iría a 2436 millones de dólares. Por su parte, la Secretaría de Energía estimo un precio de 23,7 dólares por MMBTU, lo cual supondría un costo total cercano a los 4 mil millones de dólares.
Cabe recordar que el precio spot en medio de fuertes fríos en Europa no se lo puede tomar como un valor válido para todo el período estival. Por ello conviene tener un equipo apoyado por Relaciones Exteriores para desarrollar inteligencia y un relevamiento detallado de alternativas. El salto de precios es de una envergadura insostenible para la Argentina por la falta de divisas, ante desembolsos en sólo cuatro meses de más de 2400 millones de dólares.
Costos
El costo unitario promedio ponderado del gas fue de 3,94 dólares por MMBTU el año pasado y la Secretaria de Energía propone pasar este año a 4,84 dólares por MMBTU. Es un incremento del 22,8 por ciento en dólares, lo cual choca con las condiciones del país en cuanto a disponibilidades de divisas. En tanto, los precios del gas boca de pozo (PIST) de la producción nacional se mantienen con un promedio igual al 2021, no registrando ninguna baja a pesar de la mayor producción y competitividad.
Cabe recordar que los costos de extracción del gas en un pozo horizontal se hallan en torno a los 10 millones de dólares. En cuanto a la capacidad de producción, la zona gasífera de Vaca Muerta posee, en base a los informes de la Agencia Internacional de Energia, un Estimated Ultimate Recovery (EUR) de 20,19 Bcf/Km2, unos 565 Millones de m3 por Km2. Un pozo horizontal tipo de 2500 metros de longitud posee una EUR de 353 millones de m3. Los plazos operativos de estos pozos poseen picos en los dos primeros años y luego decaen. Con estos números básicos, es posible evaluar un costo unitario directo de extracción en torno a los 0,78 dólares por MMBTU.
Considerando los costos de operación y mantenimiento, gastos indirectos, impuestos y regalías, el costo estimado llega a 1,60 dólares por MMBTU, equivalente a 60 dólares por Mm3. Sin embargo, el precio de venta a la demanda prioritaria en el 2021 fue de 3,53 dólares por MMBTU, igual a 130 dólares por Mm3. Es decir, hay un beneficio de 70 dólares por Mm3 que es más que holgado, dando ingresos en cinco años de producción por más de 22 millones de dólares, lo cual más que duplica a la inversión inicial, con altísimas tasas internas de retorno. Estos números muestran por qué a los reiterados pedidos de organismos de defensa de los consumidores las empresas nunca explicitaron los costos de extracción del gas.
Plan Gas
El año pasado se lanzó el Plan Gas, con grandes expectativas de producción gracias a precios generosos. Con ello se lograría la disminución de las importaciones de barcos de GNL. El Plan Gas no anduvo como se lo promocionaba. Este año, el subsidio del Estado y la importación de barcos de GNL, en lugar de disminuir, se incrementarán con erogaciones impagables. La situación de la provisión de gas se volvió muy crítica.
La inmensa mayoría de los productores se han volcado al crudo y abandonaron las perforaciones en zonas gasíferas. La situación amerita la asunción de cierta responsabilidad respecto de las necesidades del país. Una vía posible es condicionar porcentajes de perforación obligatorias en las zonas gasíferas hasta obtener el autoabastecimiento de gas. Es posible también arrimar alguna solución económica de retenciones adicionales a la exportación hasta que la ecuación energética sea más digerible para el país. Cabe preguntarse si no resulta urgente corregir o establecer otro Plan Gas.
Mientras no ocurra el autoabastecimiento del gas natural, la legislación vigente posibilita la aplicación de una política para privilegiar la producción de gas. Dado que el Estado asume costos enormes de importación, sería una política energética clave obtener precios competitivos del gas nacional en el 2022.
Gasoducto
El inicio de la construcción del gasoducto de Tratayén-Saliqueló es una noticia alentadora. Falta encarar las obras de almacenajes en depósitos criogénicos. Son proyectos complementarios al gasoducto y es urgente avanzar sobre ellos.
Se requieren depósitos de como mínimo unos 200 millones de m3 en GNL en la zona del AMBA, que posibiliten en pleno invierno mitigar la demanda pico. También es urgente avanzar en la licuefacción del gas nacional en un barco tipo FLNG (Floating Liquifed Natural Gas) y transportarlo en barcos GNL alquilados hasta Escobar para vaporizarlo.
La licuefacción con gas local, el almacenaje, la descarga a barco, transporte y vaporización puede obtenerse en pesos al 50 por ciento de los precios de Qatar o similares. Es una oportunidad para lograr bajar la necesidad de divisas.
Frente a los vaivenes de los precios internacionales del GNL cabe realizar algunas reflexiones. Resultaría beneficioso establecer, con Europa como asociado, un principio de regulación internacional sobre el precio del GNL en el mundo. Ello posibilitaría una mejor política de inversiones en diversos escenarios y compensar las especulaciones que implican problemas para cubrir en forma sustentable la calefacción de millones de personas en el mundo y la actividad económica de los países.
Un acuerdo multilateral que posibilite la solidaridad frente a la mecánica salvaje del mercado. Es decir, por ejemplo, establecer topes al GNL. El gas puede conformar un camino de acuerdo internacional que permita una transición donde el tiempo extra de las enormes provisiones de gas natural se combine con precios que tengan un sendero sustentable.
La energía es un insumo central y esencial del desarrollo económico, por lo cual su disponibilidad y accesibilidad a un costo sustentable es fundamental. El aprovechamiento de los recursos naturales energéticos debe ser decidido, por su carácter estratégico, con la coordinación del Gobierno Nacional.
* Integrante del IESO y del grupo BOLIVAR.