Los impactos económicos de la guerra entre Rusia y Ucrania ya empiezan a sentirse en los bolsillos de los y las argentinas. El trigo, insumo para realizar harina y pan, cotiza 441 dólares la tonelada en el Mercado de Chicago, el máximo valor de los últimos 14 años. El efecto fue directo: la bolsa de 25 kilos de harina pasó de 900 a 1500 pesos entre enero y marzo de este año. Como respuesta, el Gobierno aceleró un mecanismo que venía negociando con exportadores y productores agropecuarios, la creación del fideicomiso de trigo a fin de que moderar el impacto de la suba internacional en el mercado interno. 

Se trata de un esquema de subsidios cruzados entre privados por el que parte de la renta que reciben los exportadores, beneficiados por el aumento de precios a nivel mundial, se destina a subsidiar el precio de aquellos que venden en el mercado interno y no se benefician de las subas internacionales. El Estado como actor monitorea y regula este acuerdo para garantizar el abastecimiento a precios accesibles de 800 mil toneladas de trigo, la producción que se necesita para producir los fideos secos y la harina 000 que se encuentran dentro del programa +Precios Cuidados. 

Su formalización será mañana vía boletín oficial y estará vigente hasta el 31 de enero de 2024. Desde la Secretaría de Comercio Interior, que trabaja desde diciembre junto a Agricultura en la medida, aseguran que servirá para "desacoplar precios para proteger el consumo interno en un contexto global de conflicto bélico, potencial escasez de productos e interrupción de la cadena de suministro, y con el precio internacional del trigo alto y sostenido".

El instrumento beneficiará sobre todo a las empresas productoras de esos alimentos. Además, se contempla la posibilidad de que los abastecedores que quieran adherir voluntariamente al fideicomiso puedan sumar sus productos al programa de precios de referencia.

Los integrantes de la Mesa de Enlace se manifestaron en contra del esquema que calificaron de "otro mordiscón fiscal al productor, otro impuestazo para intentar sujetar el andamiaje que se cae a pedazos de intervenciones y fijaciones de precios unilaterales. El campo ya no acepta más nada de esto, por lo que le pedimos a los funcionarios que recapaciten sobre sus propuestas y posibles acciones".

De Rusia a Churros el Topo

La guerra en Europa impactó no solo en los bolsillos, sino también en el corazón de los y las argentinas: los churros. "Proveedor de harina me manda mensaje diciendo que no hay entregas “momentáneamente” por conflicto bélico", exponía vía Twitter el CM de la clásica churrería de Villa Gesell, hoy con presencia en otras localidades de la Costa Atlántica, CABA y Bariloche. 

Si bien hay un alza de precios de commodities a nivel mundial, el trigo es el grano más afectado por la guerra ya que Rusia y Ucrania concentran un tercio de las exportaciones de este grano a nivel mundial.  Según un informe realizado por el Instituto para las Negociaciones Agrícolas Internacionales (INAI) de la Bolsa de Cereales de Buenos Aires (BCBA), entre Rusia y Ucrania concentran el 28 por ciento de las exportaciones de trigo.

De esta forma cotizó hoy 441 dólares la tonelada, cifra que representa un aumento de 13 por ciento diario y 34 por ciento desde que Rusia reconoció la independencia de las repúblicas separatistas del Donbás en Ucrania. La parálisis del tráfico de buques cargueros en la zona del Mar de Azov y del Mar Negro, donde se ubican los puertos exportadores más importantes de trigo, hizo disparar los mercados futuros. 

Avanzando en la cadena de producción, la bolsa de 25 kilos de harina que utilizan los panaderos aumentó casi un 70 por ciento desde enero, previo al conflicto. Gastón Mora, presidente del Centro de Panaderos de Avellaneda, confirmó que los aumentos van desde los 900 pesos a los 1500- 1700 pesos en la última semana: "No hay precio para la harina", explicó.