En 1966, The Beatles desembarcaron por primera vez en la India. Aunque se trataba de una escala previa en su vuelta a Inglaterra, la banda aterrizó en Nueva Delhi, vía Bangkok, básicamente huyendo de Filipinas. Habían dejado plantada a Imelda Marcos, Primera Dama de ese país, en un evento de carácter oficial que iba a ser televisado a nivel nacional. Entonces temieron por sus vidas. Una vez en la capital india, aprovecharon la improvisación del viaje para hacer algo de turismo y comprar una cítara. Si bien George Harrison ya se sentía atraído por esa cultura -lo que quedó de manifiesto en una de las escenas de la película Help!-, durante ese breve periplo terminó de cautivarlo. A tal punto que, un año después, animado por su esposa Pattie Boyd, conoció al Maharishi Mahesh Yogi en Londres. Meses más tarde se los presentó al resto de sus compañeros y en febrero de 1968 volaron todos juntos hacia los pies del Himalaya para asistir a un entrenamiento avanzado de Meditación Trascendental.

La realidad es que el disparador de ese periplo en la ciudad de Rishikesh fue la muerte de Brian Epstein, manager del grupo. Los cuatro estaban devastados, por lo que pensaron que esta experiencia les vendría muy bien para recuperar energías, el foco y sobre todo el vínculo. Cuando arribaron a la India (junto a esposas, novias, asistentes y periodistas), The Beatles se sumaron a la comitiva de 60 personas que estudiaban para ser profesores de Meditación Trascendental, entre los que destacaban los músicos Donovan, Paul Horn y Mike Love (Beach Boys), al igual que la actriz Mia Farrow. Y es que a mediados de los '60 las tradiciones indias comenzaron a permear en la cultura pop manufacturada por Occidente, sincretismo que bien supieron patentar en la música (incluso antes que el cuarteto) grupos ingleses de la talla de The Kinks, The Yardbirds y hasta los Rolling Stones (“Paint It Black” salió previo a “Norwegian Wood”, primer acercamiento beatle a los ecos sonoros hindúes).

Musicalmente, la aventura decantó en treinta composiciones. La mayoría fueron a parar al disco The White Album (incluyendo el primer tema de Ringo Starr para la banda, “Don’t Pass Me By”), en tanto que “Mean Mr. Mustard” y “Polythene Pam” aparecieron en Abbey Road. Aparte de las canciones colectivas, John Lennon aseguró que en el plano individual Paul McCartney escribió 12, George Harrison 6 y él unas 15, de las que sobresale el primer esbozo de lo que luego fue “Jealous Guy”. A contramano de la producción artística, cada uno de los músicos vivió esa travesía de forma distinta. Ringo no se adaptó a las costumbres indias y regresó a las dos semanas, mientras que Paul tuvo que volver a Inglaterra un mes después por asuntos comerciales. John y George se quedaron unas seis semanas, pero se fueron del lugar tras desacuerdos económicos con el Maharish, sumado a los rumores de que éste se comportaba inadecuadamente con sus alumnas (esto inspiró el tema “Sexy Sadie”).

Para celebrar los 50 años de ese encuentro de los Fab Four con la nación asiática, la editorial Penguin Books le encargó a Ajoy Boce un libro que recreara esos acontecimientos. Across the Universe es el título de esta investigación, cuyo recorrido es tan fascinante que, aunado a nuevos hallazgos y entrevistas, tomó la dimensión de un documental: The Beatles and India. Disponible en la plataforma HBO Max desde el pasado 21 de diciembre, esta producción audiovisual es asimismo el debut del periodista indio especializado en política como director. “Cuando surgió la idea del libro, la editorial no quería a un experto en música porque les interesaba explorar el lado cultural de la visita de The Beatles a India”, explica Boce a través de Zoom. “Si bien soy fan del grupo, lo que más me sorprendió de ambos proyectos fue redescubrirlos. Todo el tiempo aparecen nuevos datos e informaciones sobre ellos. Es toda una responsabilidad repensar a la banda pop más famosa del mundo”.

-¿Qué rasgo del grupo potenció ese viaje a la India?

-A pesar de que disfrutaban de un éxito que nadie se atrevería a poner en riesgo, no se lo pensaban dos veces al momento de reinventarse. Justo en uno de esos arrebatos, descubrieron la música y los instrumentos hindúes. Esto coincidió con la decisión de dejar de hacer shows en vivo para dedicarse a experimentar en el estudio. Eso, a su vez, los llevó a conectar con la espiritualidad india. Entonces pasaron de cantar temas de amor a meterse con lo que sucedía en el mundo, a ahondar en la filosofía. Se volvieron más complejos. Por eso vinieron a la India, para conocer mejor acerca de la Meditación Trascendental, lo que derivó en que mucha gente la descubriera. Eran unos iPads culturales.

El film es el primero que dirige Ajoy Boce.

Sin intención de espoilearlo, se podría decir que The Beatles and India se divide en dos partes: el contexto en el que los cuatro músicos llegan al país asiático y la relación con el Maharishi. Justo esto último también lo aborda uno de los diálogos de Get Back, el celebrado documental de Peter Jackson que estrenó Disney+ un mes antes que el de Boce. Ahí Paul McCartney hace alusión a esa visita con cierto sabor agridulce. “Ese viaje lo hicieron aún siendo jóvenes, por lo que supongo que para ellos fue complejo entender lo que estaban viviendo”, dice el periodista indio. “Mi sensación es que ellos creyeron que el Maharishi era una especie de semidiós que les iba a mostrar una parte mágica del cielo, tras la muerte de Brian Epstein. Si consideramos la vida del músico y su exposición a tantas cosas, me parece que ellos se dieron cuenta mucho tiempo luego de lo que aprendieron durante esas semanas. Al final era una herramienta para encontrar la calma”.

-George Harrison estuvo muy impactado por las tradiciones indias, no sólo en lo musical sino también espiritualmente, al punto de que adoptó el budismo como religión. ¿Hubo algún otro beatle influenciado por su país?

-Me encanta la imagen de cómo un joven de la clase trabajadora de Liverpool se ve afectado por una civilización antigua. Eso es algo difícil de entender, es a lo que llamo “conexión kármica”. George era diferente porque siempre buscó estar en paz y descubrir las tradiciones indias le dio un zumbido especial. La India fue un segundo hogar para él. Era más indio que nosotros. John, a su manera, también estuvo influido no sólo por la India sino por El libro tibetano de los muertos y un montón de cosas más. El profundizó en los conceptos de Maharishi sobre el mantra, lo que le ayudaba a espantar sus demonios. En el caso de Paul, él terminó por manejar a la banda tras la muerte de Brian Epstein. Estaba muy entusiasmado con la idea de que ese viaje les cargara las pilas y los llenara de canciones nuevas, mientras que Ringo tenía sentimientos muy positivos hacia Maharishi. Quiero creer que ese encuentro les permitió seguir relacionándose entre ellos con calidez y afecto.

-Del círculo de la banda que estuvo en Rishikesh, la única que participó en el documental es Pattie Boyd. ¿Convocó a los demás?

-Sí, lo hice. Pero conseguir entrevistas con estas celebridades es casi imposible, aunque sus agentes de prensa fueron muy educados. De todas formas, intenté no excederme en cuanto a los testimonios porque creo que hay suficientes. Sin embargo, el mayor desafío era tener imágenes que no suelen verse o incluso que no se conocían. Además de la entrevista de Pattie, que originalmente hice para el libro, otra cosa que rescato es una nota inédita a George en All India Radio.

-Si la India llegó a mover los cimientos de The Beatles y la cultura occidental, ¿este hecho tuvo algún tipo de consecuencia en la sociedad de la nación asiática?

-Tenemos un país muy vasto, por lo que no creo que The Beatles haya tenido un impacto masivo. Quizás en Bollywood o en la clase media poscolonial. Hay que considerar además que la India se había independizado no hacía mucho del Reino Unido y la mayoría del pueblo no estaba dispuesto a adorar su cultura. Y más si hablamos de una población que en buena medida era semianalfabeta.

-¿Sigue siendo la India una fuente de inspiración?

-Creo que sigue siéndolo, tanto como lo es hoy Latinoamérica o la población afrodescendiente. La cultura de la espiritualidad india no es algo que esté dormido sino que sigue en movimiento, tiene muchas ideas para seguir aportando. Por eso me alegra que la gente joven siga viniendo para acá. Si lo hace es porque siente la misma conexión que tuvieron The Beatles.